Áureo López, de 88 años y usuario de la Residencia Santa Eugenia de Cevico de la Torre, se convirtió el pasado 27 de diciembre en el primer vecino de Castilla y León en recibir la primera dosis de la vacuna contra la covid-19. ... Desde hoy será también el primer castellano y leonés al que le administren la segunda.
Publicidad
Noticia Relacionada
Marco Alonso
Este trabajador del campo jubilado asegura sentirse feliz por acabar el proceso y poder salir a la calle, que no pisa desde el 12 de marzo. «Tengo mucha ilusión de ponerme la segunda vacuna, sobre todo para poder tener un poco de vida normal. Espero que a principios del mes que viene podamos salir por fin a la calle», explicó ayer este palentino, natural de Alba de Cerrato, que reconoce que detrás de esas ganas por lograr la inmunidad hay razones más allá de su ansiada libertad de movimientos. «Cuando ves la noticias, te das cuenta de que todo cada vez va peor. Hay más contagios y más muertes cada día, así que cuanto antes nos pongan las dos vacunas, menos riesgo tendremos de contagiarnos», añade.
Áureo López estaba convencido antes de que se le administrara el remedio de Pfizer de que la única forma de acabar con las consecuencias de la pandemia era mediante la vacuna. No obstante, afirma que no todos los residentes opinaban como él, algo que ha cambiado ahora, que en el centro se han vacunado todos los usuarios y los trabajadores en activo y nadie ha presentado reacciones adversas. «Todos estamos bien. A mí me ha preguntado mucha gente que cómo me encontraba y a todos les he dicho lo mismo: que solo noté un poco el primer día el pinchazo. Nadie ha tenido fiebre ni otros síntomas, así que todos tenemos ilusión por acabar con esto», asevera poco antes de reiterar el llamamiento que ya hizo cuando se puso la primera dosis. «Animo a todo el mundo a que se la ponga porque todos unidos podemos hacer más fuerza. Si unos se la ponen y otros no, no se consigue lo que todos queremos, que es erradicar el virus», explicó.
Pese a que ya se les ha administrado la primera dosis, los usuarios y trabajadores de la residencia de Cevico de la Torre no conseguirán la inmunización hasta que pasen 28 días de la administración de la primera vacuna, por lo que el centro ha seguido manteniendo sus férreas medidas para evitar contagios, incluso en Navidad. «Dicen las noticias que muchos de los contagios de ahora son por culpa de que la gente se ha relajado durante las navidades, pero aquí no ha pasado eso. Hasta en Nochebuena y Navidad hemos mantenido las medidas. Otros años comíamos y cenábamos en unas filas largas de mesas, pero este año hemos comido cada uno en nuestra mesa para evitar contagios», explica.
Publicidad
Si todo va según lo previsto, los residentes podrán salir a la calle 326 días después de que se cerrasen la puertas del centro, y este octogenario señala que, después de tantas semanas de encierro, sus piernas no son las de antes de la pandemia. «Hemos estado mucho tiempo sin caminar. Yo antes me daba paseos largos, de cuatro kilómetros por la mañana y tres por la tarde. Ahora sé de sobra que no voy a poder hacerlo. En los primeros momentos me conformaré con salir y hablar con mis amigos de Cevico, que es lo que más he echado de menos durante estos días», afirma Áureo, que a primera hora de la mañana se convertirá en el primer castellano y leonés que complete el ciclo de la vacuna contra la covid-19.
Más sobre la vacuna en Castilla y León
La segunda persona a la que se le administrará la vacuna será la supervisora del centro, Mari Bilbao, que afirma encontrarse entusiasmada porque por fin van a terminar los duros días que le ha tocado vivir por culpa de la pandemia. «Ya se acaba todo. Si el día 1 no hay nadie que presente problemas, espero cogerme vacaciones, que falta me hace. El 2020 me ha pasado mucha factura. Hemos conseguido que no entrara el virus en la residencia y estamos muy orgullosos, pero para conseguirlo ha habido que hacer muchos sacrificios», se sincera la responsable del centro, que tanto ha peleado durante estos días que esta semana ha tenido que ser ingresada en el Hospital Río Carrión por lo que finalmente resultó ser un cuadro de estrés.
Publicidad
Ahora ya solo queda por saber si la segunda dosis genera alguna reacción adversa a residentes y trabajadores, algo que Mari Bilbao tiene muy presente y espera que no suceda. «Sabemos que puede dar dolor de cabeza y fiebre a algunas personas, pero esperamos que no tengamos muchos problemas y que acabemos con esto de una vez por todas», concluye.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.