«Después de salir no he notado secuelas y he vuelto al fútbol»

«Conozco a gente que estuvo conmigo en la UCI con problemas en las piernas, hinchazón y sobre todo mucho cansancio, pero yo gracias a Dios no he tenido secuelas», explica Lolo Montoya, primer palentino en salir de la UCI tras permanecer catorce días sedado. Todo empezó 45 días antes, cuando Lolo notó los primeros síntomas del coronavirus. Después de eso, decidió aislarse en su habitación y a base de paracetamol buscaba una mejoría que no llegaba. Tras una semana en su vivienda de Venta de Baños, acudió al hospital Río Carrión, donde le ingresaron a las 11:30 horas. Siete horas más tarde estaba camino de la UCI. «Tras unos días días sin mejorar, decidí ir al Hospital y el día mismo día me ingresaron en la UCI», recuerda Montoya.

Este venteño, conocido en la provincia por su vinculación al mundo del fútbol al jugar en el Sani 2000 o el Venta de Baños, donde también dirigió al primer equipo, se encuentra completamente recuperado y actualmente ha vuelto al fútbol como segundo entrenador del Palencia Cristo. «A partir de mayo volví a coger peso y a estar casi como antes de entrar a la UCI. No he detectado ninguna secuela y la vida que tengo actualmente es casi la misma que tenía antes de todo. De hecho un poco mejor porque ahora estoy en el mundo del fútbol tras cinco años de parón. Gracias a eso ahora hago mucho más ejercicio que antes», señala.

Lolo fue el primer paciente en salir de la UCI entre los aplausos y las sonrisas de los sanitarios que tan mal lo estaban pasando por aquel entonces. «Fue un momento en el que estabas un poco ido después de haber estado tanto tiempo sedado, pero lo recuerdo con mucho cariño. Tuve un trato excepcional y tenía muchas ganas de salir de allí después de haber estado tan mal. Tenía la perspectiva de estar ya bien pero no era así, ya que apenas podía tenerme en pie. Nunca olvidaré aquellos días, porque recibí mucho cariño en el pueblo y entre los sanitarios. Recuerdo que fue todo una locura por la cantidad de medios de comunicación que se interesaron en mi historia», rememora Lolo casi un año más tarde.

Tras su salida del hospital, el segundo entrenador del Palencia Cristo pudo de nuevo ver a su familia, aunque durante los días que pudo estar consciente ya había tenido contacto con ellos a través de las socorridas videollamadas. «Los catorce días que estuve sedado lógicamente no me enteré de nada y en ese momento los que sufrían eran mi mujer, mis hijos, mis padres, mis hermanos y mis amigos. Hubo momentos muy críticos en los que el médico llamaba a mi mujer para ponerle en la peor situación, pero yo no era consciente y me lo contaron después. Las nuevas tecnologías sirvieron para que, una vez despierto, pudiese hacer videollamadas continuas y eso fue muy tranquilizador y bonito para los míos», explica Lolo, que recuerda aquel momento de volver a ver a los suyos con mucho cariño.

En un año tan difícil, este venteño es consciente de que las cosas no se han podido hacer de otra manera aunque considera que la población debería de ser más cauta con la desescalada para que no haya una cuarta ola. «Ha sido muy difícil para todos. Se han tenido que tomar decisiones muy rápidas y con medidas muy impopulares. Las olas que hemos sufrido a lo largo de todo el año han ido a peor y la sociedad muchas veces se no hecho caso de las normas. El máximo error ha venido en las navidades, cuando la gente se ha juntado más y eso lo hemos visto traducido en más contagios y en lo mal que ha estado Palencia».

Lolo ha vuelto, quizás más fuerte que nunca, a su pasión: el fútbol. «Me embarqué en el proyecto gracias a Rubén Gala que es un buen amigo y están saliendo las cosas muy bien. Es todo muy ilusionante, ahora a ver si podemos ascender aunque queda mucho», concluye Lolo Montoya casi un año después de una auténtica pesadilla.