Hotel Miralba.
Palencia

La continua subida de los precios obliga a cerrar dos hoteles de la Montaña Palentina

Los establecimientos, ubicados en el término de Velilla, no podrán afrontar los gastos del combustible y del alquiler, por lo que cerrarán a primeros de octubre

Jueves, 22 de septiembre 2022, 00:05

Han fijado la fecha para primeros de octubre, en torno al día 5 en ambos casos. Y la verdad es que no hay mucha diferencia entre las dos situaciones. La continua subida de los precios y la imposibilidad de hacer frente al gasto que supone encender la calefacción hacen insostenible la continuidad de estos dos hoteles rurales, que en los últimos años se habían convertido en referentes del cada vez más demandado turismo en grandes espacios al aire libre.

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Pero los propietarios de ambos negocios reconocen que no pueden más, que las cuentas ya no salen y que tienen muy claro que una vez terminada la temporada de verano el mantenimiento de las instalaciones resultará inviable.

Se trata, por un lado, del hotel restaurante Miralba, ubicado en Alba de los Cardaños, y en el otro, del albergue El Caserón, un establecimiento que aúna las funciones de albergue y de hotel rural, situado en el cercano pueblo de Cardaño de Abajo. Las dos pequeñas localidades dependen administrativamente del Ayuntamiento de Velilla del Río Carrión.

Albergue El Caserón.

«Nos da mucha pena, porque lo hemos intentado durante cuatro años, pero ya no podemos más. Los gastos son imposibles. Todo ha subido y nos espera un invierno muy complicado, por lo que hemos decidido cerrar el 5 de octubre. La única posibilidad que nos queda es negociar una rebaja del alquiler con los propietarios, pero ya nos han dejado claro que no, con lo que tendremos que cerrar», explica Ramón Moreno, propietario del hotel Miralba, quien señala que con un alquiler de 1.800 euros más el IVA, al que hay que sumar en estos momentos unos 5.000 euros de gastos, la continuidad resulta inviable.

«Ya no podemos más. Los gastos son imposibles. Todo ha subido y nos espera un invierno muy complicado»

«Es que todo ha subido mucho, y si queremos abrir en invierno hay que calentar el edificio y eso en estos momentos, con los precios del combustible no lo podemos asumir. Pero si abres tienes que dar el mejor servicio posible. Y ya sabemos cómo es de duro el invierno aquí», explica Ramón Moreno, al tiempo que recuerda que trabajan de forma habitual tres personas durante la temporada baja, «y la verdad es que los días de diario sobramos los tres, porque no viene nadie». La plantilla crece en verano porque la demanda es mucho más elevada, «pero no podemos seguir abiertos para funcionar solo durante la temporada estival, con lo que como no se dé un milagro estos días y nos rebajen el alquiler, tendremos que cerrar», recalca el hostelero, que gestiona además otro pequeño restaurante de montaña en la cercana zona de Puente Agudín, que actúa también como centro de interpretación turística de la comarca.

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El bar continúa

«Son negocios diferentes y la situación no tiene nada que ver. El bar de Puente Agudín lo vamos a mantener, porque tiene una actividad muy distinta. El hotel está pensado para otro tipo de cliente y los gastos son muy elevados», explica el hostelero.

En cuanto al Caserón, la situación es similar a la que sufre el hotel Miralba. Los propietarios tampoco podrán sufragar los gastos que se avecinan para los próximos meses, con lo que el cierre ya se ha fijado para el próximo octubre. «Esto en invierno es muy duro y apenas recibimos clientes. Imagínate lo que puede costar calentar un edificio como este para solo una pareja, por ejemplo. Es insostenible. En verano, aunque los precios han subido mucho hemos podido aguantar, pero tampoco te creas, porque este último verano ya no ha sido lo mismo que los anteriores. Con todo esto de la pandemia, los dos últimos años la gente ha buscado lugares muy apartados, al aire libre, con mucho espacio y para nosotros fue muy bueno, porque la demanda ha sido altísima, pero este verano las cosas ya no han sido así, todo se ha normalizado y con los precios que hay...», recalca Pablo Villavieja, propietario del albergue El Caserón de Cardaño de Abajo.

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«En estos momentos, llenar el depósito de gasóleo para la calefacción puede oscilar entre los 2.700 y los 4.000 euros. Es que da hasta miedo y así no podemos seguir. Porque además, ya sabemos que esta zona es muy complicada, está muy despoblada, cuesta incluso encontrar mano de obra, con lo que nos queda más remedio que cerrar el albergue», indica Pablo Villavieja, quien coincide en que otro problema es el pago del alquiler, «porque esto solo da un poco de rentabilidad en verano, y el resto del año, nada».

El hotel Miralba, que ofrecía también servicio de restaurante, cuenta con diez habitaciones, equipadas con camas matrimoniales o individuales.

Por su parte, el albergue El Caserón, que comenzó funcionando como hotel rural, se adaptó posteriormente para ofrecer el servicio de albergue. Cuenta con habitaciones individuales y dobles, pero también con otras dotadas de literas para acoger a los alberguistas.

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