Una marea naranja. Eso se vivió este domingo por las calles de Palencia. Y no tuvo nada que ver con Naranjito, ahora que España vuelve a ser sede –para 2030 y compartida– de un Mundial de fútbol. El motivo fue la carrera contra el cáncer, que, en su undécima edición, reunió a 4.500 palentinos dispuestos a caminar cuatro kilómetros y a mostrar su apoyo para los que padecen esta enfermedad y también para sus familiares. Y así ayudar, con el coste de la inscripción, a que se continúe investigando la misma, necesario para que se siga incrementando la supervivencia de los pacientes oncológicos.
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Almudena Álvarez
'Ahora, ahora, que parece que ya andamos', le decía una mujer a su acompañante. Y es que habían transcurrido diez minutos desde la salida, marcada a las 12 horas desde República Argentina, y aún había muchos participantes que no habían podido moverse de la plaza Pío XII ni comenzar el recorrido urbano. Eso sí, todos estaban equipados con gafas de sol, pantalones cortos y gorras porque las altas temperaturas siguen imponiéndose a pesar de estar en octubre. Patinetes, sillas de bebés y sillas de ruedas compartían ayer protagonismo y asfalto con niños pequeños, ancianos o incluso perros. Todos unidos por una misma causa.
«Esto no es una competición. Estar aquí y participar es una forma de acompañar al enfermo y al familiar, que sientan el apoyo de la sociedad», señaló este domingo la presidenta de la asociación palentina, Rosa Andrés, quien reconoció que se habían quedado cerca del objetivo, que no era otro que llegar a los 5.000 andarines.
La avalancha final fue tal, esto es como estudiar el último día antes del examen, que tuvieron que abrir también el sábado por la tarde las mesas para continuar con las inscripciones y ayer mismo se seguían dando durante la carrera. «El año pasado nos quedamos en 2.900 y este año hemos superado los 4.000», añadía con orgullo, a pesar de no haber llegado al deseado número.
Por segundo año consecutivo, la organización situó el escenario, para repartir los premios y animar la prueba, y las casetas de avituallamiento en Pío XII, al coincidir esta cita solidaria con la feria gastronómica de Naturpal, situada en el parque del Salón, donde también está actualmente la exposición de la Caixa. Eso sí, en esta ocasión, se colocó el escenario al lado del río, para que los participantes no se quedasen al principio como ya ocurrió el año pasado.
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Los ganadores de los sorteos que se realizaron al final de esta undécima edición no tenían que subir obligatoriamente para recoger el premio, ya que había tantas personas que se decidió que se anunciasen también en redes sociales tanto los premiados como los dorsales.
Sin tiempo para el descanso, la asociación ya prepara el Día del Cáncer de Mama, que se conmemora el 19 de octubre, y que este año también vestirá de rosa la escultura de La Mujer Palentina en la Calle Mayor, donde darán información a los viandantes y venderán sus productos solidarios.
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«La investigación es muy importante. El cáncer de mama tiene ahora una supervivencia del 80%, cuando hace setenta años era del 25%», argumentó Rosa Andrés, quien remarcó la clave de los tratamientos personalizados contra la enfermedad.
Los 4.500 andarines que este domingo se pusieron la camiseta naranja y las zapatillas de deporte apoyaron y ayudaron a que se continúe con la investigación y también con la prevención, claves para luchar contra el cáncer.
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