En busca de la canción perdida

No hace mucho tuve oportunidad de volver a ver la película. Confirmé que era una bazofia, que la Adriani era preciosa (una actriz que, además, mejoró con la edad) y que la canción que me había perseguido casi toda la vida estaba allí. La información en los títulos de crédito era escueta: «Las canciones 'Jugando al amor' y 'Despedida' interpretadas por SIRARCUSA». ¿Quién diantres era Sirarcusa? Husmeando por los callejones de bits no tardé en descubrir que Sirarcusa sólo había editado tres singles. Uno de ellos estaba formado por los dos temas de la película y ambos estaban firmados por Manuel de la Calva y Ramón Arcusa. ¡El Dúo Dinámico! ¡No me lo podía creer! Yo que iba a hablar de ellos por sus últimas declaraciones («El cambio climático es una estafa, la pandemia no existió, nos enfada el feminismo y el gobierno genera bulos») y ahora que están gagás y negacionistas tengo que hacerles un monumento por haberme regalado uno de los mejores recuerdos de mi adolescencia. El segundo single de Sirarcusa tampoco tenía desperdicio. La cara A se titulaba 'Give me your love' (otra maravilla disco con coros voluptuosos) que me resultaba muy familiar. La solución me la dio el tercer single, en esta ocasión firmado al alimón con Phil Trim, el famoso cantante de los Pop-Tops. La canción fue famosísima en torno al 77, en plena fiebre disco, pero había algo más. Ese tema lo recordaba también con letra en castellano. Efectivamente, resulta que Julio Iglesias, que ya había empezado a trabajar con Ramón Arcusa, grabó con las trillizas de oro 'Un día tú, un día yo', temazo sin desperdicio que se puede encontrar fácilmente en santa Internet.

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En fin, que después de haber descubierto todo esto, al Dúo Dinámico (¿Ramón es el epidemiólogo y Manolo el climatólogo o es al revés?) le perdonamos todo. Ya sabemos en qué andan ellos, pero ¿qué fue de Phil Trim? Por lo visto, a pesar del bombazo de 'Oh, Mammy Blue', tema inmortal del que se han hecho hasta 246 versiones, terminó trabajando de vigilante nocturno en un centro comercial. ¿Y qué fue de Patricia Adriani, la actriz de los ojos turbios, musa de la modernidad que tenía la mirada en blanco y negro de las películas en color? ¿Qué ha sido de aquella mujer, morita fina de la morisma española, niña de ojos africanos y sonrisa estudiantil, morisca de la aristocracia mora, morita de nombre italianizante de la que tanto hablaba y escribía el maestro Francisco Umbral? Sabemos que, de la noche a la mañana, desapareció y dejó de hacer cine. Por cierto, hemos empezado hablando de cine erótico y hemos terminado hablando de Julio Iglesias. Bien pensado, y conocida la trayectoria sentimental-amorosa del truhan/señor más famoso del mundo mundial tampoco parece nada descabellado que así haya sido. ¡Y lo sabes!