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Rodrigo Jiménez
El perrito sabio
Vidas breves

El perrito sabio

Los regalos inesperados salpican el calendario, aunque no vienen envueltos, y con frecuencia no somos conscientes de haberlos recibido

Lunes, 30 de diciembre 2024, 07:56

Una niña agota su madre en la cola de una tienda. «Entonces, ¿puedo pedir un perrito? ¿Por qué no puedo? Por favor, lo pago con mi dinero». La madre le habla bajito, que si esto y lo otro, razones que le ha explicado mil veces. ... Una y otra vez. Si la pequeña creyera en los Reyes Magos, como se presupone, la solución sería fácil: pediría un cachorro. Pero en las cartas a Sus Majestades pocas veces los niños dicen la verdad. Muy pronto aprenden a agradar a los padres y buscan su aprobación. «He sido bueno y si os parece bien me traéis esto y lo otro», siempre cosas homologadas y a la venta. Peticiones un tanto burocráticas porque, si eres bueno y obediente, como los Reyes marcan, no procede exigir un elefante, una avioneta o pisar la cara oculta de la Luna. Los tres Magos tienen un extraño contacto directo con sus delegados en la Tierra, que al fin y al cabo son los padres. Descubrir hasta qué punto es íntima esa relación defrauda más que desilusiona: algo sospechaban ya.

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