Mañueco y Ayuso, a la llegada el pasado jueves al Foro Económico de El Norte de Castilla. ALBERTO MINGUEZA
Opinión

El deseo de todo gobernante

El árbol de la carta de Pedro Sánchez está impidiendo ver el bosque de la política y resulta que al filo de la medianoche del martes en Castilla y León se abrirá otra etapa

J. I. Foces

Valladolid

Domingo, 28 de abril 2024, 01:19

T antos años viendo desfilar políticos por las listas electorales y los cargos públicos, tantos años viendo acusaciones de todo tipo, unas que se archivaban, otras que se caían por su peso y otras que por increíbles ni se publicaban, han llevado a elevar la ... perplejidad a cotas impensables. Por eso, a este cronista lo que lleva cuatro días haciendo Pedro Sánchez no le produce frío ni calor. Cada uno medita como y cuando quiere, calcula sus fuerzas y toma decisiones. Eso sí, las consecuencias de lo que haga.... esas queman, ¡vaya si queman!

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Sólo hay una cosa segura de lo que vaya a pasar mañana, lunes, decida el presidente del Gobierno lo que decida: nada va a ser igual en España. Si sigue, porque será imposible no verle como un 'pato cojo', que es como se ve a los presidentes de Estados Unidos en su segundo mandato por que ya no se pueden presentar a un tercero; te paras una vez porque consideras que puede no merecer la pena seguir, ¿por qué no vas a parar más veces? Y si no sigue, por que será una sacudida institucional y en el PSOE que seguro aparece hasta en la Escala Richter, que es la que mide los seísmos. Eso sí, si no sigue, los que llevan desde el miércoles rogándole que no se vaya se pondrán a adorar por la peana al que llegue.

Pero el árbol de la carta presidencial no está dejando ver el bosque de la política general y, muy especialmente, la de Castilla y León. Y resulta que al filo de la medianoche de pasado mañana, martes 30, se abre una nueva etapa en estas tierras de dimensiones electorales incalculables en este momento. Entre la tarde de mañana y la jornada del martes hasta bien entrada la noche, se debatirá en las Cortes de Castilla y León el proyecto de Presupuestos de la Comunidad para 2024. Alfonso Fernández Mañueco aprobará, dada la mayoría del PP con Vox, lo que Sánchez ha sido incapaz de sacar adelante en España, los presupuestos, la única ley que tiene obligación un gobierno de aprobar. Sánchez ha prorrogado los anteriores. Mañueco pasado mañana tendrá unos Presupuestos que le permiten llegar hasta febrero de 2026, límite de esta legislatura. Vigentes para 2024, si no pudiera aprobar otros, puede prorrogar estos para 2025, año en el que a finales tendrá que convocar las elecciones de Castilla y León que correspondería celebrar en febrero de 2026. Eso recoge el calendario para unas condiciones políticas normales. ¡He ahí la cuestión!

El término 'normales' es la clave, pero como las condiciones políticas en España son de todo menos normales (¿Alguien pensaba el miércoles pasado por la mañana que el presidente del Gobierno de España, segunda autoridad del Estado, iba a cogerse cinco días de asuntos propios?), desde la medianoche de pasado mañana en la política castellana y leonesa estará el presidente Mañueco a un nivel y el resto de los responsables de todos los partidos, a otro. El primero, por encima, lógicamente porque el ordenamiento jurídico le otorga en exclusiva el mayor poder que puede tener: accionar el botón electoral de nuevo.

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Pedro Sánchez y su esposa se besan en un acto electoral del PSOE. Fernando Alvarado-EFE

Y, fíjense. Un escenario posible, con independencia de lo que decida mañana Pedro Sánchez, es que este año pudiera haber una convocatoria de elecciones generales. No antes del 23 de julio, ya que en el primer año de una legislatura estatal no puede haberlas, excepto que en los dos meses desde la primera investidura fallida no hubiera sido elegido un presidente del Gobierno. Pero como Sánchez fue investido en noviembre, desde el 24 de julio podría haber otras generales. Todo depende de lo que decida Sánchez mañana y del resultado de las Europeas del 9 de junio. Una convocatoria electoral nacional sería la coartada perfecta para que Mañueco hiciera coincidir con ellas, adelantándolas, las de Castilla y León.

En los despachos de Vox, socio del PP como antes lo fue Ciudadanos, hay temblores (Gallaaaardo, Gallaaaardo..., se escucha de fondo) pensando que cualquier día se enterarán, por vaya usted a saber qué método, de que Mañueco les ha expulsado de la Junta ya que desde pasado mañana por la noche no necesitará a los de Abascal para gobernar puesto que tendrá nuevos presupuestos. Si fue Mañueco el primero en meter a Vox en un gobierno, ¿por qué no va a ser el primero en sacarlo? Esta pregunta sobrevuela ya todos los cenáculos en la región.

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Este pasado jueves en la visita que la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso efectuó a Castilla y León para participar en el XV Aniversario del Foro Económico de El Norte de Castilla, fue imposible no pensar que ella, ahora con mayoría absolutísima, también gobernó inicialmente, como Mañueco, en coalición con Ciudadanos. Que después, aunque sin meterle en su gobierno, tuvo que apoyarse en Vox y que hoy gobierna en solitario. ¡El deseo de todo gobernante! Por supuesto, el del presidente Mañueco, también.

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