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Isabel Díaz Ayuso, de oficio ariete político, cargó siguiendo la estrategia que Miguel Ángel Rodríguez, su jefe de Gabinete y estratega, admitió en el programa de Jon Sistiaga. «A cada insulto recibido, respondemos con dos». Así que al «ataque desmedido» que dijo haber recibido ... contra su «familia, entorno, jefe de gabinete… un ataque del que no hay precedentes», replicó, en el momento idóneo, con un revés sin piedad. «Quien hace dos días jugaba a estadista se descuelga con una carta que nos deja en el desgobierno total, sin dar una sola explicación y poniendo en la diana a la propia justicia. Sus redes mediáticas lo convierten en un acto de lo que llaman lawfare. Su carta alegal nos deja en un limbo institucional».
Era el momento de Isabel Díaz Ayuso y lo sabía.
Mañueco hacía las presentaciones formales a su llegada al Foro Económico de El Norte de Castilla, que cuenta con el patrocinio de Banco Sabadell, Gullón y Collosa. El director general de El Norte, «Goyo Ezama, el CEO de Vocento, Iñaki Arechabaleta», incluso «el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero», aunque los tres dirigentes populares se habían tomado una caña la tarde anterior en Valladolid. «Y estos que nos rodean son los medios de comunicación», remató el presidente de la Junta. Empleó el verbo más ajustado. Rodean. Alberto Núñez Feijóo programó su intervención ante los medios, tras 'La Carta de Sánchez', a las 12:30 horas en Génova. Pero por azares de la agenda la intervención de Isabel Díaz Ayuso, programada desde hace más de un mes, cayó unas horas antes. La presidenta, némesis de Sánchez desde la pandemia, iba a ser la primera reacción relevante de la mañana. Y congregó toda la atención.
«Sánchez está buscando que a partir del lunes los medios que le sean incómodos, que son una mayoría, o los jueces, que se atengan. Y adversarios políticos, ver cómo cercarlos. Viéndose acorralado, vuelve a improvisar una situación para que solo se hable de esto y mientras tanto ver cómo salir», lanzó.
El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, supo salir en la foto de la jornada con su discurso inicial de bienvenida. Marcó la línea a seguir para el PP de Castilla y León desde la primera frase y la acopló perfectamente al posterior discurso de Ayuso: «El tiempo de Sánchez se ha agotado», dijo Mañueco. Y añadió: «En España necesitamos un presidente que gobierne, que actúe con responsabilidad y que no se coja cuatro días libres para pensar qué es lo que tiene que hacer cuando se ve asfixiado por la corrupción».
La presidenta de la Comunidad de Madrid contrapuso la situación de Sánchez con la suya para componer un cuadro comparativo en el que el presidente del Gobierno sale, a su juicio, beneficiado. «Llevo cinco años recibiendo todos los ataques posibles. Todos. Desde el aspecto personal, retorciendo mis palabras, reinterpretando lo que decía, intentando minar mi propia seguridad con todo tipo de ataques desmedidos para que me arrugara o no me presentara. Nada más llegar a la Comunidad de Madrid se me recibió con una comisión de investigación contra mi propia familia pactada con mis propios socios de Gobierno. Luego han decidido hacer un árbol genealógico de todos mis familiares y uno a uno les han tejido una trama. El presidente Sánchez, desde la tribuna de oradores, ha calumniado a mi familia. Mi entorno abre portadas a cuatro columnas día tras día».
El PSOE, que ha cerrado filas en torno a su jefe, replicaba casi en tiempo real. Luis Tudanca lanzaba un tuit, ante las acusaciones de Mañueco de corrupción del Gobierno, enumerando «la Perla Negra, polígono de Portillo, Enredadera, Púnica, Gurtel», que de un modo u otro ha salpicado al Gobierno autonómico. Después, incidían en un comunicado de Manos Limpias, la organización que ha provocado el seísmo con su denuncia admitida a trámite contra la esposa de Pedro Sánchez, en el que descargaba en el juez la responsabilidad de decidir ahora si las informaciones que sustentaban la denuncia son falsas o no.
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Ayuso conoció la carta de Sánchez ya en Valladolid, la tarde anterior. «Siempre pienso que lleva truco, como todo lo que hace el presidente, cuando no le dan las cartas le pega una patada al tablero. Sé qué es lo que busca, confundir, embarrar y victimizarse», señaló. «Victimizarse» es el verbo que ha escogido el PP para calificar la acción sorpresa del presidente del Gobierno y ahí Ayuso siguió la táctica de partido. «Sobre todo busca promover sentimientos entre su gente y ese sentimiento de agravio. Según fue pasando la tarde y lo fui comprendiendo todo comencé a sentir estupor y mucha preocupación. Hace siempre política de tierra quemada con tal de seguir un día más. Empecé por el desconcierto, el estupor y nos vamos preparando para la performance del lunes», concluyó con tono burlón.
La política madrileña, que basó gran parte de su intervención en desgranar «los éxitos» de su gestión en la comunidad de Madrid, completó su crítica con un epílogo: «Sánchez no debería seguir un minuto más por todo el daño que está haciendo a España y que se está convirtiendo en irreversible». ¿Y qué hará el presidente del Gobierno el lunes? «Sánchez se va a cerrar cinco días para ver cómo triturar a los jueves, a la oposición y a la prensa independiente a partir de entonces», aseveró la presidenta de la comunidad de Madrid. Los analistas se enredaban en cábalas. ¿Dimitir? ¿Anunciar que se somete a una cuestión de confianza en plena campaña catalana y poner a Junts y ERC en el disparadero? ¿Seguir sin más? La respuesta a esa incógnita fue una pregunta de la propia Isabel Díaz Ayuso: «¿Alguien tiene información de algo de lo que sucede en la Moncloa?».
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