Colorín-colorado para Gallardo

Los responsables políticos castellanos y leoneses arrojan un balance cuando menos paupérrimo a efectos del impulso que deberían recibir la economía, el empleo y el bienestar de los ciudadanos (las personas de Castilla y León, diría Mañueco). El presidente de la Junta y del PP ha limitado su semana a tres apariciones: en Galicia, para apoyar al candidato de su partido, Alfonso Rueda; en el Ministerio de Educación, con su titular y portavoz del Gobierno de coalición PSOE-Sumar, Pilar Alegría, y en Peñafiel, para conocer la biblioteca municipal e inaugurar nuevas instalaciones de la Bodega Protos. Y un único contacto con la prensa, en Madrid, no sea que si lo hace aquí le pregunten por asuntos espinosos, como el inminente el juicio de la Perla Negra, que dilucidará si hubo corrupción de cargos del PP en el alquiler y la compra del edificio de Arroyo de la Encomienda en tiempos de Juan Vicente Herrera presidente.

Al lado del PP, como si de una Junta bis se tratase, la 'Operación Aburrimiento' muestra a Vox, con Juan García-Gallardo al que parece que las lluvias le han empapado la pólvora política. Es inexplicable que esta formación, que venía a comerse al PP y a meter en cintura todo lo que a su juicio se ha apartado de sus cánones trasnochados, incluida la Santa Madre Iglesia, parezca haber sido engullida por no se sabe bien qué. ¿Cómo es posible que en plena elaboración del Presupuesto de la Comunidad para 2024 Vox no haya hecho bandera pública de alguno de sus asuntos preferidos para poner en aprietos al PP? El famoso león Vox, que con un rugido hacía temblar las sedes del Partido Popular, se ha transformado en un minino de medio pelo, que ya no asusta a nadie, empezando por el PP. El 'vicenada' de la Junta y su trío de consejeros (el de Toros, Gonzalo Santonja; 'Cazacomunistas Veganzones' y el de Agricultura, Gerardo Dueñas) han perdido iniciativa en el ámbito de la derecha y hacen que Vox hoy en Castilla y León sea una mala copia difuminada de lo que aparentaba ser en 2021.

Con la aprobación del Presupuesto para 2024, Mañueco llegará tranquilo a las autonómicas de 2026. Podría incluso hacerlo en minoría, sin necesidad de gobernar con Vox en 2025. ¿No se ha enterado Gallardo? Y si lo tiene presente, ¿cómo es que no hace 'casus belli' de la elaboración del Presupuesto y trata de, como poco, aparentar que está obligando alPP a tragar (que al PP se le da bien, antes con Ciudadanos y ahora con Vox) con postulados de esos que generan el lío que le gusta a Vox? Si Gallardo no tiene presente que la aprobación del Presupuesto 2024 de Castilla y León marcará el principio del fin de esta legislatura autonómica y, ojo, de buena parte del peso de Vox (recuerden que el 23 de julio Gallardo perdió 5 de los 6 diputados nacionales por Castilla y León), puede que los de Abascal en estas tierras estén ya más desfondados de lo que parecen mostrar en alguna gran ciudad como Valladolid, donde los tres concejales que encabeza Irene Carvajal actúan como la inmejorable muleta que el PP necesita para llevar a cabo sus planes, de los que el primero es meterle el mayor y más contundente bocado de votos que pueda a Vox.

Como la cosa siga así, más de uno en el PP pensará en aplicar a los de Vox, con García-Gallardo a la cabeza, el final que le pueda dar el partido mayoritario de la derecha, trasladando a estas tierras el dicho que salió esta semana de la boca de Jordi Turull, por quien habla Puigdemont en España, al referirse a Pedro Sánchez y las imposiciones independentistas: si no traga el PSOE (que lo hace tan bien con Junts como el PP con Vox), colorín-colorado (sic) a la legislatura estatal. Si Vox baja en las elecciones del primer semestre (Galicia, País Vasco y Europeas) y se hace prescindible en la Junta...

Mañana empieza la semana 3 de la 'Operación Aburrimiento'. La clase política regional está a la espera de si hoy en La Coruña acaban de envolver en papel de regalo al secretario regional, que no líder, del PSOE, Luis Tudanca, para escribir su final aquí. Desde luego, en expresión de Luis Mariano Santos (UPL) esta semana el PSOE de León ha vuelto a mostrar que no pinta: los dos ministros de Valladolid entran la ejecutiva federal, la nueva portavoz es de Burgos y la leonesa que era secretaria federal de Igualdad, Andrea Fernández, expulsada del 'sancta sanctorum' socialista. Para el PSOE de León, un baldón.