Secciones
Servicios
Destacamos
El viento político de 2023 ha soplado en Castilla y León a favor de Alfonso Fernández Mañueco. Y eso que empezó el año con un órdago por todo lo alto de su socio de Gobierno, con Juan García-Gallardo presentando un protocolo antiaborto como ... vicepresidente de la Junta que generó tensión interna entre los socios en la comunidad y en Madrid y un encontronazo oficial con el Gobierno de España.
Noticias relacionadas
Susana Escribano
Susana Escribano
Mañueco tuvo que frenar en seco ese protocolo que implantaba –con nota explicativa de la Consejería de Sanidad, del PP– la escucha del latido fetal a mujeres que se planteaban una interrupción voluntaria del embarazo, reconociendo cuatro días después de la presentación de Gallardo que los profesionales y los responsables de la Junta podían incurrir en un delito de coacciones hacia esas gestantes. La dirección nacional de Vox amagó con romper el pacto si el protocolo no se aplicaba, pero el pulso de los de Abascal quedó en un farol.
El año estaba por estrenar y Castilla y León lo hacía con polémica política y con la Junta sin presupuesto operativo al 100%, al haber votado Vox y PP en contra de su propia Ley de Medidas en diciembre tras equivocarse y aceptar todas las enmiendas tributarias del PSOE. Los socios tumbaron su texto y eso obligó a retramitar la norma en las Cortes. Hasta marzo no se votó, en puertas de una primavera con los partidos volcados en confeccionar candidaturas para unas elecciones municipales que motivaron cambios en el Gobierno autonómico. Mañueco sustituyó a Jesús Julio Carnero, en la Consejería de la Presidencia, por Luis Miguel González Gago.
De aquella toma de posesión queda la anécdota de que fue imposible tomar la foto de familia del Gobierno del PP y Vox. Faltaba Juan García-Gallardo. Era lunes y el vicepresidente enlazaba tres días de mítines de Vox en Canarias con dos en Galicia.
2023 ha sido un año con políticos volcados en su versión electoral. Hubo municipales y generales. No autonómicas en Castilla y León, que las vivió por adelantado en febrero de 2022, pero los resultados de las comunidades en liza tuvieron su lectura aquí. El PSOE perdió terreno y avanzó el PP, necesitando a Vox en territorios como Extremadura, Aragón, Valencia, Baleares y finalmente Murcia.
Esos nuevos gobiernos de coalición restaron tensión a Alfonso Fernández Mañueco. Había sido el primero en asociar al PP con los ultraconservadores, pero ya no era el único. Y eso ocurría tras unas elecciones municipales en las que los populares desalojaron al PSOE de alcaldías principales en Castilla y León como Valladolid, Burgos o Segovia.
Si en las municipales el PP ganó terreno al PSOE, en las elecciones generales que vinieron inmediatamente después Mañueco arañó suelo político a Vox. A izquierda y a derecha. Si los escrutinios de 2023 han alegrado la vida a alguien en Castilla y León, ese alguien ha sido Alfonso Fernández Mañueco, que mira por el retrovisor, cada vez más alejadas, aquellas urnas de abril de 2019 cuando el PSOE logró más diputados y más senadores que su partido, y las de mayo de ese año, cuando le adelantó Luis Tudanca en las autonómicas.
Aquello es pasado electoral. Tiempo pretérito. Ha cerrado julio arrebatando a Vox cinco de los seis diputados que los de Abascal lograron en Castilla y León y recuperando todos los senadores que el PSOE había ganado al PP en 2019. El socio fuerte de la coalición autonómica es Alfonso Fernández Mañueco, que cierra el año 2023 y encara el 2024 con un Vox decreciente electoralmente.
El álbum fotográfico del año deja estampas impensables, como el asalto de los ganaderos a la Delegación Territorial de la Junta en Salamanca. De fondo, los controles para detectar y erradicar la tuberculosis bovina que la Consejería de Agricultura (Vox) suavizó saltándose la normativa de la UE, con llamada de atención de Bruselas, crisis con el Ministerio de Agricultura y marcha atrás de la Junta. Ese asunto sigue coleando en un año en el que las Cortes han sido noticia por los incidentes en el hemiciclo y la bronca más que por el debate. El que fuera el primer parlamento autonómico bajo presidencia de Vox es hoy, además, más opaco en el acceso a la información que el que dejó Silvia Clemente hace cinco años.
El presidente de la Junta abrió el año con la implantación de un cheque bebé de hasta 2.500 euros para gastar en productos de crianza en comercios de Castilla y León. Era una promesa electoral. La cuantía no es compatible con la desgravación regional en el IRPF. Mañueco retomó curso, en septiembre, anunciando una ayuda para la 'mudanza' a familias que vengan a empadronarse en la comunidad. El padrón autonómico recoge 2.385.907 habitantes en el último recuento de este otoño, que es provisional. Por primera vez crece algo la población, en 2.205 personas. El recuento nacional ofrece datos positivos en todo el territorio, con Castilla y León y Asturias a la cola de España en tirón demográfico. La cifra está lejos de los 2.549.174 del padrón de diciembre de 2008. La proyección del INE, basada en saldos vegetativos, edad media, emigración, es negativa para Castilla y León. Prevé llegar a 2037 con 2.279.851 habitantes.
La Junta no ha enviado presupuesto a las Cortes y Castilla y León entra en 2024 con prórroga presupuestaria. Un año en el que el 23 de abril vuelve a estar pintado de rojo en el calendario y duele aún al Gobierno regional el rapapolvo judicial del Tribunal Superior de Justicia que anuló el calendario de festivos impuesto por Vox desde la Consejería de Industria, que excluía el Día de la Comunidad.
Al frente de esa consejería, puntal ideológico de Vox, está Mariano Veganzones, sombra de Gallardo en muchos actos de agenda del vicepresidente y 'competidor' en las movilizaciones contra la investidura de Pedro Sánchez. Veganzones fue grabado coreando 'puto rojo el que no bote' y Gallardo, al megáfono, reclamando un «Noviembre Nacional» en la calle Ferraz.
El Año Nuevo no supone vida nueva. Seguirán, recrecidos tras los pactos de investidura de Pedro Sánchez, los conflictos entre la Junta de Castilla y León y el Gobierno de la nación. Y también los pulsos internos entre los socios, con la diferencia de que los escrutinios han reforzado a Mañueco y el tiempo juega a favor del socio mayoritario, que duerme o acelera proyectos según le interese. De las dos normativas que Vox obligó a incluir en el pacto de Castilla y León, la Ley de Violencia Intrafamiliar y la que derogaría el Decreto de Memoria Histórica y Democrática, no hay noticias.
Y el botón de la convocatoria de elecciones está en el despacho del presidente Mañueco.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.