Quiérase o no, es una frontera: allí acaba, en gran parte, el derecho a ser y sentirse plenamente ciudadano. Hay que pasar la vía, o lo que es lo mismo, hay que hundirse en un túnel y llegar así a Pilarica, a Pajarillos Bajos, Pajarillos ... altos, Delicias, etc. Es decir, la mitad de la ciudad que está al otro lado del ferrocarril. Pasar el túnel, si ya es de anochecida, se hace con cierta prevención y hasta con un cierto temor, incluso con algo parecido al miedo.
Una muralla rompe el tránsito en superficie a lo largo de kilómetros, pero muchos de los ciudadanos de Valladolid jamás han tenido la necesidad de cruzar, de pasar la vía, de pasar 'a la otra parte'... El ferrocarril rompe Valladolid por medio, todo «lo que está más allá de la vía» son los barrios, es decir, la parte más desconocida y más necesitada de la ciudad.
Sobre la vía se han dicho y escrito muchas cosas, desde hace mucho tiempo... Pero siempre ha existido 'una poderosa razón' para dejarla ahí, tal cual. Es verdad que muchos vallisoletanos jamás la han pisado por falta de necesidad o del interés suficiente para ir a uno de esos barrios... ¿Para qué? Otros, contados a miles, se ven obligados, sin embargo, a pasar la vía varias veces al día por causa de su trabajo, la compra, el colegio de los niños o, simplemente, por la imperiosa necesidad de saber que viven en una ciudad llamada Valladolid que presume de tener una Plaza Mayor, un hospital o un Ayuntamiento.
La vía estuvo 'abierta', con paso libre hasta hace muy pocos años, desde los tiempos de Isabel II, a mitad del siglo XIX, cuando fue inaugurada por el General Espartero, jefe del Gobierno y duque de la Victoria... Ya ha llovido desde entonces, pero todavía aquellas instalaciones en el margen de la ciudad siguen ocupando el espacio más idóneo y más susceptible de convertirse en una amplia avenida arbolada que iría desde más allá de las Delicias hasta la salida de la ciudad en el barrio Belén.
Deberíamos ir programando la ciudad del futuro, que no debería ser muy lejano. En otras ciudades, la 'Operación Recambio' de vía de ferrocarril por avenida urbana ha dado magníficos resultados. Se trata de una operación costosa, pero no arriesgada. Las tres administraciones (estatal, autonómica y local) puestas de acuerdo podrían acometer el proyecto y llevarlo a cabo en plazos razonables. Soluciones urbanas de este carácter han sido puestas en marcha en otras ciudades con satisfacción general.
Valladolid es una ciudad que está en condiciones de poder soportar la carga de un proyecto tan ambicioso y a la vez tan necesario. Casi la mitad de sus habitantes han sido expulsados 'más allá' del camino de hierro. Algunos soñadores –que siempre son quienes hacen avanzar la historia– apuntan a una posibilidad de convertir esa vía en una generosa avenida de comunicación normalizada de carácter urbano, al darle un uso similar a lo que el metro significa en las grandes ciudades. Transformar la vía en un medio de comunicación, en vez de ser un impedimento para la misma como lo es ahora.
Una ciudad con proyectos de futuro, ambiciosos pero reales por posibles, transforma no solo la geografía urbana, sino, y sobre todo, confiere a sus ciudadanos el carácter de emprendedores, de personas libres para construir su ciudad a tono con su gente, sus gustos, sus necesidades y, también, sus posibilidades.
La 'vía-toda-vía'... Ya va siendo hora de ir pensando en levantarla o de aprovecharla al máximo, de ponerle plazos, de ir acopiando fondos, y de marcarse etapas de ejecución. Va siendo hora de posibilitar que quienes viven en los márgenes de la ciudad se puedan integrar sin barreras con los del centro o, mejor aún, que deje de existir 'la periferia', que se equilibren los asentamientos y se vayan igualando para todos los habitantes de Valladolid, los pobladores de esta ciudad, similares condiciones para disfrutar de la misma.
Supongo que no se trata de un proyecto demasiado sencillo, pero tampoco demasiado difícil. Quien se atreva, desde el poder de la Administración, a ponerlo en marcha se habrá ganado el afecto y el recuerdo permanente de esta ciudad. Me consta que algunos colegios profesionales valoran su disposición para colaborar en el proyecto y desarrollo de esta operación urbanístico-quirúrgica de un Valladolid que lo necesita. Lo demás son parches de pura segregación.
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