El Gordo lo bendice un leonés: «Nos tenían que sacar en el anuncio de Loterías»

Desde hace 22 días, el leonés Juan López esperaba este momento a las puertas del Teatro Real de Madrid. A las 8 de la mañana, las puertas del edificio se abrían para poder acceder al patio de butacas y disfrutar del Sorteo Extraordinario de Navidad. Fue el primero en llegar, el pasado y ya lejano 1 de diciembre. Tras él lo hizo Manoli, que a sus 87 años se vuelve a enfundar su disfraz de bombo.

El obispo de la Lotería ha estado «al pie del cañón» para que no le quitaran el puesto. Durante estas semanas ha participado en festivales y entregas de premios y reconoce que lo peor han sido estos últimos días. «El viernes nos dio un bajón de golpe porque estamos ya cansados. Pero nos vinimos pronto arriba», cuenta a Leonoticias.

Su familia, mujer e hija, acudían de apoyo moral para superar las últimas horas y desde este sábado, a las 6 de la mañana, ya no se ha movido de la cola. Ha tocado pasar la noche a la intemperie, amenizando la velada con el sonido de los villancicos y a base de café. «Estuvimos todo el rato haciéndonos fotos y hemos llegado a ser unos 500 en la cola». Hasta antes de la pandemia, la madrugada hubiera sido diferente ya que los trabajadores de Loterías y Apuestas del Estado les llevaban el desayuno, chocolate con churros, a sus clientes 'fijos' del Sorteo Extraordinario de Navidad.

En estos días se ha podido reencontrar con los habituales: además de Manoli, también llegaba su imitación y superior, el papa de la Lotería, así como el Quijote y el hombre del traje con los billetes del sorteo. «Comemos en un bar de enfrente, que es muy barato, y luego nos dejan las sillas para que nos sentemos». El frío también les ha llevado a reducir los turnos de noche, los hacen de tres horas, porque estos días ha arreciado con fuerza en Madrid.

Y lanza un guiño a la organización: «Tenían que contar con nosotros para hacer el anuncio de la Lotería», solicita, ya que son «parte del sorteo».

De este 22 de diciembre espera llevarse «un pellizco» para León y confía la suerte al «número de la realeza», los cinco ceros. De momento ha accedido a primera hora al Teatro Real, donde no tiene un sitio fijo. De hecho, suele pasarse la mañana de palco en palco, atendiendo las llamadas de la prensa.

El obispo recuerda que hace dos años pudieron cantar en el propio teatro un Gordo y un Quinto y también hace memoria sobre una niña que alargaba mucho el canto de números, la echaron la bronca, y ellos la empezaron a gritar «tú sí que vales».

• Temas
• Lotería de Navidad