Un votante deposita su papeleta en las pasadas municipales en Valladolid. Alberto Mingueza

Lucha encarnizada por el voto útil en Castilla y León

Sumar reivindica su papel mientras Óscar Puente le concede «nulas opciones» de escaño en Valladolid y el PP intenta anular a Vox, que echa cuentas

Antonio G. Encinas

Valladolid

Viernes, 21 de julio 2023, 21:31

La táctica de Óscar Puente y del PSOE es pedir el voto útil, «con respeto para Sumar y sus votantes», para lograr 2 diputados, y si puede ser 3, y reducir las esperanzas de la derecha. Porque Sumar, dice, no va a sacar un escaño ... por Valladolid. La estrategia de Sumar, además de lucir la cara sonriente de Yolanda Díaz, es reivindicarse como voto útil para frenar a la derecha. Porque, calculan, si son tercera fuerza sumarán un diputado y se lo arrebatarán a Vox, que quedaría como el cuarto partido en liza. Vox, evidentemente, se proclama voto útil porque es la forma de forzar al PP, si llegan al Gobierno, de que cumpla con su parte del programa, y también coge la calculadora. «El voto a las opciones entre el 14% y el 22% es bastante más útil que el voto a las opciones que están por encima del 23%», decía Pablo Sáez, su candidato por Valladolid, a El Norte. Porque con tan pocos escaños en juego, ese tramo del 14% al 22% es el que permite hacerse con el que sueltan los dos mayoritarios, tanto en Valladolid (5 diputados) como en las provincias con cuatro (Burgos, León, Salamanca) o tres (Zamora, Ávila, Segovia, Palencia). Y el PP se llama voto útil porque así podrá, dice Feijóo, gobernar en minoría y sin las ataduras de un socio correoso.

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A tres días de las elecciones, el voto útil es el tema candente. El PSOE apuesta fuerte por él. Marcial Barba, ex senador, se hacía eco en Twitter de un mapa de España en el que se repartían las provincias como aquellas donde el voto útil es el partido socialista y las demás. La divisoria está en los 6 diputados. A partir de ahí, hay opciones de que varias fuerzas cojan escaño. En Valencia se reparten 16, por ejemplo. Por debajo de los 6 hay 26 provincias. Entre ellas, las nueve de Castilla y León.

Puente reclamó el voto útil en Twitter en la misma tarde del debate electoral. «En este momento en Valladolid hay cinco diputados. Dos de ellos son del PSOE; dos del PP y uno de Vox. Y eso que el PSOE ganó las elecciones en 2019. Las opciones de Sumar de ganar un diputado en Valladolid son nulas, remotísimas. Solamente Podemos sumó un diputado en 2015, en su momento de máximo esplendor, y esa situación no se ha repetido», explicaba.

En 2015 se dio algo inédito durante décadas. En Valladolid, cuatro partidos se llevaron algún escaño en las generales: PP (2); PSOE (1), Podemos (1), Ciudadanos (1). El bajo momento de los dos mayoritarios y la irrupción entusiasta de los nuevos partidos provocó que el porcentaje de voto de PP y PSOE fuera bajo en comparación con comicios anteriores, 36,9% y 21,5%. Ciudadanos logró un escaño con un 17,14% y Podemos el suyo con 15,27%.

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Cuatro años antes el porcentaje de voto de los minoritarios dejó sin hueco al resto de contendientes: 52,9% (PP) y 28,9% (PSOE).

Cuanto más suban PP y PSOE en estas elecciones, cuanto más se acerquen a ese 80% que acumulaban entre los dos, más imposible se volverá el escaño en las provincias pequeñas para Sumar y Vox. Y sin embargo ambos dependerán para su objetivo de quién sea la tercera fuerza. Yolanda Díaz lo ha tenido claro. En Castilla y León solo ha pisado Valladolid. Necesita conquistar los territorios donde más escaños hay en juego. Comenzó campaña en La Coruña (8 diputados). Siguió por Zaragoza (7), Valencia (15), Sevilla (12) y Cádiz (9). Palma (8), Madrid (37), Málaga (11), Barcelona (32), Girona (6). Solo se salvan de esa estrategia la propia Valladolid, Vitoria (4) y Navarra (5), en este caso sus incursiones en el norte de España.

En las pasadas municipales, en Valladolid capital, PSOE y PP sumaron el 72,91% de los votos. Si se diera ese porcentaje en las generales, ni Vox ni Sumar lograrían escaño. Eso es aún más palpable en las provincias con tres diputados en juego.

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Iván Espinosa de los Monteros (Vox), en vista de que la petición del voto útil se ha convertido en tendencia, quiso lanzar su propio mensaje en las redes sociales. Ponía el ejemplo de otro de esos casos de provincias con 3 escaños, Cuenca. En 2019, el PSOE ganó dos escaños y el PP, 1. «El tercero se quedó en disputa entre el PSOE y Vox. Se lo llevó el PSOE por 227 votos. Quiere decir que de los 33.000 votantes del PP sobraron 16.811 votos que no tuvieron ninguna utilidad. Si de ellos, un 1% estaba pensando en votar PP ó Vox y se decantó por el voto útil, esos habrían servido para que el PSOE no sumara un escaño y Vox sumara el suyo». Unas cuentas que, evidentemente, firma Sumar, que se encuentra en la misma tesitura.

Ninguno de los cuatro grandes quiere conceder opciones a los partidos territoriales que se presentan esta vez. Sin embargo, Por Ávila, UPL, Soria ¡Ya! y Zamora Sí insisten en reivindicarse como el auténtico voto útil. El que lleva a sus territorios al Congreso «para ser escuchados». Se enfrentan a la misma dificultad que Sumar y Vox: necesitan un porcentaje de voto muy elevado para optar a un diputado. Sin embargo, pueden restar apoyos a los mayoritarios y rebajar el listón, lo que tendría un efecto añadido.

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