![El silogismo de Vox: Sánchez es el mal, el PP vota con Sánchez, luego el PP es el mal](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2024/05/29/1481809542-kwvB-U220293114187hJ-1200x840@El%20Norte.jpg)
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En el escenario, de fondo de los oradores, se sitúan unos cuantos chavales jóvenes. Uno de ellos, bien centrado el plano, saca una banderola con el pin de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Agenda 2030 que combate Vox, tachado con una equis negra. Reparó ... en ella Jorge Buxadé durante su mitin en la Plaza de la Universidad, y alentó al chico a mostrarla de nuevo. «Este es nuestro pin», arenga. Porque en torno a esa agenda y al pacto verde europeo, defendido por socialdemócratas y populares en la UE, gira la estrategia de campaña de Vox. «Votan el 90% de las cosas juntos», asegura. «¡El 90%!». Y asegura que ni los matrimonios coinciden ella y él, él y ella, tanto monta, al 90%. «No son una coalición, son una cohabitación».
El silogismo se sigue fácilmente. Cuando Jorge Buxadé y Pepa Millán salen a escena hay gritos de «viva España», de «España se hunde». Y hay un personaje que concentra las iras políticas de la tropa, Pedro Sánchez. Si Pedro Sánchez es el enemigo a batir y el PP vota el 90% de las veces como el enemigo a batir, entonces el PP es también un enemigo a batir. Uno peculiar, porque los votos de unos y otros se hallan en vasos comunicantes y porque por la tarde, de mitin, son rivales, y por la mañana, en el Consejo de Gobierno de la Junta o en el Ayuntamiento de Valladolid, son socios.
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«El PP trata a los españoles como idiotas. Dicen que el 9J hay que echar a Sánchez. ¡Es una estafa!», insiste Buxadé. «Si no está Vox, como en Castilla y León, os tiemblan las piernas», acusa. Y la claque, que incluye a los procuradores de las Cortes, al presidente del parlamento autonómico Carlos Pollán o a los concejales del Ayuntamiento, aplaude a rabiar. Que a Santiago Abascal le supla Pepa Millán no es casual. Primero, se defiende la ausencia del líder por su papel reconducidor con Israel. «Las relaciones diplomáticas han tenido que ser salvadas por el viaje de Abascal. Ha resuelto un problema gravísimo», aseguró Buxadé, aunque la parte del conflicto Israel-Palestina no es la que encontró más entusiasmo en los aplausos. Pero Pepa Millán, sobre todo, está porque tiene 29 años y recuerda «otra España diferente», la España en la que creció, dice. Es decir, la España de, pongamos, 2005 en adelante. Y sus recuerdos son de una España donde «las puertas estaban abiertas y no como ahora, con el aceite de oliva con alarma en los supermercados», a pesar de que la crisis económica de 2008 en adelante le pilló con 14 años.
Millán es el ejemplo de la conexión de Vox con el votante joven. Y el argumentario de Vox se lanza a dos objetivos: el mundo rural, agrícola y ganadero, «maltratado» por las políticas europeas pactadas por PP y PSOE, y el de los jóvenes, acosados por la falta de oportunidades, la precariedad o la islamización. Y, curiosamente, con algún toque que encajaría perfectamente en el primer Podemos, el de 2015, «el legado del bipartidismo».
Buxadé acabó felicitando a Juan García-Gallardo por su paternidad y poniéndole como ejemplo. «Hay que tener 25 millones de españolitos», dijo, para que no se produzca ese relevo demográfico por los inmigrantes que pregona Vox. «Así los que estéis en edad de procrear, a por ello. ¡De forma ordenada!».
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