Raúl de la Hoz, número 12 en la lista del PP al Parlamento Europeo

«Los extremos, PSOE y Vox, se ponen de acuerdo en atacar a los que estamos en el centro»

-En la última entrevista que le hice, le pregunté si el grupo parlamentario había contratado a Pedro Viñarás, al que había despedido Génova -Pablo Casado y Teodoro García Egea- y me dijo que no. Pero era que sí. De hecho, además ahora es director adjunto de campaña. Por si quiere rectificar algo.

-Pues sinceramente ya ni lo recuerdo. Pero vamos, el tiempo pone a cada uno en su sitio y en relación con Pedro Viñarás, también, el tiempo pone a cada uno en su sitio.

-Los que echaron a Viñarás ya no están. Es difícil sobrevivir en política.

-La política va a un ritmo a veces inabarcable. Todo sucede muy rápido. Y nuestra memoria además es muy selectiva en relación con el pasado. Por tanto, debes pensar muy mucho cómo enfocar las cosas y saber qué valora la ciudadanía. Lo vimos en las pasadas generales. Lo lógico es que se valorara la gestión del covid durante la campaña, pero no se habló de ello. Hay asuntos en la campaña que están muy presentes hoy que dentro de tres meses habrán pasado al olvido. Eso pasa también con los partidos, que algunos aparecen y desaparecen a la velocidad del rayo.

-Dicen en Vox que eso no va a pasar con ellos.

-No lo valoro. Antes decía que el tiempo pone a cada uno en su sitio y en relación a los nuevos partidos, también.

-Usted lleva mucho en política. Me decían que se entendía que diera el paso de Bruselas porque tantos años en un mismo puesto acaba en monotonía, en rutina.

-No, no, no. En absoluto rutina o monotonía. Siempre he estado al servicio del partido y trabajando donde el partido ha querido que trabajara. He sido leal a Castilla y León y después a las siglas, y el partido ha querido que represente a los ciudadanos en Bruselas y lo hago con una extraordinaria ilusión.

-No sé qué ve en el futuro. Unos años en Bruselas, volver después…

-Estaré donde el partido quiera que esté. En política las maletas deben estar preparadas siempre. A corto plazo tengo un proyecto ante mí ilusionante y hay mucho por hacer en Bruselas.

-Queda mucho por hacer, pero puede que en un sentido contrario al de los últimos cinco años. El PPE apostó por el pacto verde pero ahora parece recular ante la emergencia de nuevos socios más a la derecha.

-Es verdad que se debe dar un giro en relación a algunas políticas que se han realizado en los últimos años y se han visto ineficaces. Europa está perdiendo competitividad con otros bloques y no está teniendo un papel tan relevante como debería en los conflictos internacionales. Esta legislatura que viene debe ser la de la competitividad y de la defensa de nuestras relaciones internacionales. La compatibilidad entre la lucha contra el cambio climático y el desarrollo de nuestra industria y de nuestro sector primario.

-Es una batalla que hemos visto a pie de Cortes, con las tractoradas y PP y Vox batallando por acercarse a ese voto.

-Nunca hemos peleado con nadie por adueñarnos de ninguna protesta. Los ciudadanos son suficientemente inteligentes para saber cuál es el papel de unos y otros y cuál es nuestra responsabilidad con los hechos. Tenemos buena relación con las organizaciones agrarias y con los agricultores no organizados. Somos conscientes de los problemas del sector, de la necesidad de reducir burocracia y de apoyar a la ganadería y despojarla de esos prejuicios ideológicos que algunos imponen y tanto les castigan. No somos negacionistas del cambio climático ni tampoco catastrofistas.

-Habla de llevar a Bruselas políticas contra la despoblación. Las primeras críticas fueron '¿y por qué no lo ha hecho antes?'.

-Eso es todo muy fácil, sobre todo cuando las críticas te llegan desde un partido -PSOE- que ha puesto de titular del Ministerio a la que ahora es candidata -Teresa Ribera-. Y me pregunto, ¿qué ha hecho el Ministerio por el reto demográfico en los últimos años? Pues nada. Castilla y León ha sido un ejemplo en los últimos años de desarrollos de proyectos de lucha contra la despoblación: mantenimiento de escuelas con tres alumnos, mantenimiento de la red de consultorios más amplia del país, o del sistema de dependencia más amplio del país. Pero no es un arma que nos podamos arrojar. El 80% del territorio de la UE tiene problemas de despoblación. Si le sumamos la baja natalidad y el envejecimiento, concluimos que debemos tomárnoslo con seriedad en la UE. Ha habido medidas parciales, pero no un planteamiento global. Y es el momento de afrontarlo. Quien me critica ahora, me habría gustado que en los 20 años que lleva en la UE sin hacer nada hubiera tenido cinco minutos para hacer un planteamiento similar. Pero de esa persona -Iratxe García- solo conocemos la foto con Puigdemont suscribiendo la amnistía y la cesión de 15.000 millones en condonación de deuda y una fiscalidad diferenciada para Cataluña.

-En Bruselas, la política es de mucha negociación. Vox lo utiliza en campaña diciendo que ustedes votan lo mismo que el PSOE.

-Vox nos acusa de pactar con el PSOE, el PSOE nos acusa de pactar con Vox. Es divertido. Los extremos se ponen de acuerdo para atacar a aquellos que estamos en el centro. No tendremos problema en pactar con unos y con otros en beneficio de nuestro país sin atravesar ninguna línea roja: los valores de la Constitución y los valores fundacionales de la UE. A los ciudadanos no se les ayuda con posiciones sectarias y polarizadas, se les ayuda con políticas constructivas que surjan del diálogo.

- En el caso de la ley que impulsaba Igea con ustedes, para la que prepararon 56 enmiendas, decidieron tumbarla por una ofensa de Igea al consejero de Sanidad. No casa mucho con hablar de negociar.

-He hablado de líneas rojas. Nosotros con tránsfugas no pactamos.

-Incluso aunque estaban de acuerdo en impulsarla. Algo bueno le verían.

-Era una compilación de normas ya recogidas en otras leyes. ¿Estaba bien compilarlas en una sola? Sí. ¿Aportaba algo? Tampoco.