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Aunque parezca inverosímil, 25 años en las Cortes de Castilla y León no dan para ser el político más conocido para el público en general. Pero esos 25 años, la mitad de los 50 de su biografía, le han servido a Raúl de la Hoz (Valladolid, 1973) para erigirse en el dueño de las bambalinas. Abogado de formación, exprime su conocimiento del reglamento parlamentario para controlar a los procuradores propios y a los socios. Era la vía abierta con Ciudadanos en las Cortes mientras Francisco Igea desquiciaba a sus socios en la Junta. Es el negociador de iniciativas con Vox, capaz de presentar la Ley de Concordia junto a Carlos Menéndez (Vox) y pocas semanas después defender el voto favorable de su partido a una proposición no de ley del PSOE sobre la memoria histórica, en pleno cabreo del socio de Gobierno. Y con mensajito para los enfadados: «Si mañana se vuelve a presentar la misma iniciativa, volveremos a expresarnos en idéntico sentido», dijo.
El modo en que gestionó ese hecho define bien su proceder habitual. Leyó la postura del PP sobre la ley de Concordia registrada con Vox. No suele leer. Ese día sí porque necesitaba atenerse al texto y no dar lugar a interpretaciones. Prudencia que abandona cuando le toca ejercer el papel de provocador. Con las mascarillas y los periodistas ausentes del hemiciclo, en esos plenos retransmitidos, no llegaba al otro lado de la pantalla su vozarrón, pero se podían adivinar sus interrupciones a los oradores rivales solo con ver el modo en que se revolvían en el atril y miraban hacia la posición de la que había salido el recadito. «Señor De la Hoz, le estoy oyendo más a usted que yo a mí. De verdad, no es por nada... Es que me pierdo, si no», le decía Pedro Pascual (Por Ávila) en junio de 2022. «Y usted cállese, señor De la Hoz, que parece... que parece el presidente. ¡Es que es verdad, siempre tiene que hablar este hombre!», lanzó José Luis Cepa (PSOE) en noviembre de 2022. El mismo día que Francisco Igea también se refirió a él: «Yo no sé de qué se ríe el señor De la Hoz. De verdad, es que no se puede ser más maleducado de lo que es. Ahí hablando por teléfono mientras los demás estamos intentando intervenir».
Igea ha sido su némesis. El ex de Ciudadanos le ha llamado «procurador en Turín» porque su familia reside en Italia, se ha enfrentado con él en los plenos y ha plantado batalla dialéctica. Reducido a ser un procurador sin partido, De la Hoz se ha movido junto a Vox para considerar a Igea tránsfuga y despojarle de sus derechos como parlamentario. Después, según fuentes del partido, ha sido quien ha ideado la estrategia de hacer el vacío a Igea y no responderle ni en las comisiones ni en los plenos. Algo que ha llevado al ex vicepresidente a pasar algún momento duro en el Pleno de presupuestos.
Criado en Nuevas Generaciones, se formó políticamente al lado de Tomás Villanueva y pasó por un momento complicado cuando estalló el caso Arroyo y él fue secretario de la empresa municipal de suelo de la localidad (EMUVA), en la que permaneció desde el 2 de febrero de 2004 hasta mediados de septiembre de 2006. «Nunca he hecho nada ilegítimo», dijo entonces, y lo cierto es que el caso pasó de largo del portavoz popular mientras sí salpicaba a otros altos cargos de la formación.
En esa trayectoria parlamentaria hubo un momento en que sus opciones se tambalearon. Fue en las elecciones de 2011. Raúl de la Hoz ocupó el octavo puesto en la candidatura. Por delante, además de los 'cabezas' Tomás Villanueva, José Antonio De Santiago-Juárez, Pilar del Olmo y Ramiro Ruiz Medrano, se le colaron María Álvarez-Quiñones, Crescencio Martín y Alfonso García Vicente. Los populares obtuvieron 9 escaños de los 15 que se repartían en Valladolid, en el triunfo más incontestable de Juan Vicente Herrera, 53 procuradores de los 84 del hemiciclo. Fueron los últimos comicios antes de la fractura del bipartidismo. En 2015 se quedaron en 7; en 2019, en 5; y en 2022, también en 5.
«Gracias a Núñez Feijóo y a Alfonso Fernández Mañueco por la confianza que han puesto en mí para formar parte de la candidatura del PP al Parlamento Europeo. Tremendamente ilusionado ante este nuevo reto y con muchas ganas de seguir trabajando duro por Castilla y León y por España», escribía en sus redes De la Hoz.
En las elecciones anticipadas de 2022, Raúl de la Hoz fue designado director de campaña, en un tándem con Pedro Viñarás, el hombre de las grandes citas electorales que pudo costarle un disgusto al presidente de la Junta. Viñarás fue despedido del PP por Pablo Casado y Teodoro García Egea, indemnización de 70.000 euros mediante, y Mañueco lo repescó como asesor del grupo parlamentario en las Cortes, lo que motivó que Génova le abriera un expediente que pillaba también de refilón a De la Hoz, cabeza visible del grupo del PP en las Cortes. Esto fue en enero de 2021. La caída de Pablo Casado y García Egea se produjo un año más tarde. Tenían en mente la renovación de las estructuras del partido y en el caso de Castilla y León, el expediente abierto y en hibernación podía activarse para forzar una eventual salida del presidente de la Junta. Sobrevivió Mañueco, cayó Casado. De la Hoz siguió en su puesto, como Viñarás. García Egea no.
«Raúl de la Hoz tiene un magnífico bagaje y experiencia detrás; es y ha sido uno de los mejores parlamentarios que han visto las Cortes de Castilla y León«, defendía ayer Mañueco en un acto en Sant Joan Despí, donde hacía campaña por el candidato del PP en Cataluña, Alejandro Fernández. «La voz de Castilla y León se va a escuchar en Europa», añadió. La del PP autonómico, que estaba ausente desde 2019 y que ahora recupera protagonismo.
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