El respaldo de Yolanda Díaz a la lista unitaria de VTLP, ejemplo para otras izquierdas
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El 'aquelarre' de la fundadora de Sumar junto a María Sánchez reúne a cuatrocientas personas sentadas y un centenar largo de pieEl acto central de campaña de Valladolid Toma la Palabra, un aquelarre en el argot del extinto Pablo Casado, pintó la sala blanca del Lava de verde, acorde a la mercadotecnia. Con el tono inclusivo y sostenible habitual, que a veces provoca un exceso ... de «todos y todas» que te lleva a defender a las «personas dependientes y dependientas», lapsus de Yolanda Díaz, pero que no es óbice, más allá de la anécdota, para que se tengan en cuenta detalles como reservar espacios a las personas con movilidad reducida.
Si el concepto acuñado por Casado se refería a la reunión, al agregado de fuerzas, pues entonces lo del Lava, con cuatrocientas personas sentadas y un centenar largo de pie alrededor, repleto, sí tiene algo de aquelarre.
Valladolid como ejemplo de aglutinamiento de todo lo que se mueve a la izquierda del PSOE.
Valladolid transmutado en Zugarramurdi.
Y Valladolid Toma la Palabra como un remedo municipalista de ese movimiento que Yolanda Díaz, vicepresidenta del Gobierno, quiere convertir en el siguiente paso evolutivo de Izquierda Unida y Podemos, Sumar. Aquí se han conseguido aunar siglas en 29 candidaturas. Se ha resistido La Cistérniga, donde Izquierda Unida va por un lado y Podemos por otro. Más allá de las fronteras de la provincia la cuestión se vuelve más compleja. En Zamora, Izquierda Unida gobierna con mayoría absoluta la capital y no quiere añadidos. Y en Segovia, la división IU-Podemos puede hacer que uno de los dos, probablemente los morados, se queden por debajo del 5% y sin representación. Y eso, decía ayer mismo una encuesta de Sigma Dos para CyLTV, puede devolver la Alcaldía al PP junto a Vox.
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«Os pido que os movilicéis», tres veces. «Modelo de ciudad», seis veces, aunque con leves matices. «Unir a pesar de las diferencias», un mensaje central enviado de diferentes maneras desde el escenario durante una hora de evento. Mantras en torno a los que se articularon los discursos de Jonathan Racionero, Rocío Anguita, Alberto Bustos y, principalmente, María Sánchez y Yolanda Díaz.
[Acotación para los aficionados al examen indumentario de la vicepresidenta: ambas de blusa blanca y vaqueros azules. Ese es el uniforme-mitin habitual en ellas y en ellos. Así posaron Alfonso Fernández Mañueco, Conrado Íscar y Jesús Julio Carnero (PP) con Isabel Díaz Ayuso. Y así lucían Óscar Puente, Luis Tudanca y Pedro Sánchez (PSOE) en un acto de campaña en 2016. Ya lo cantaba Martirio, 'arreglaos' pero informales»].
A la vicepresidenta del Gobierno aún le queda tiempo, hasta diciembre, para fajarse en campaña. Lo de ahora es otra cosa. Es buscar adhesiones y exhibir gestión, que es el modo de construir la candidatura para las generales. Así que salió al escenario y defendió la reforma laboral, el incremento del salario mínimo, la ley de vivienda y su apuesta por incluir la salud bucodental y la salud mental en la cartera de servicios sanitarios públicos.
A partir de ahí, halagos a María Sánchez. «Conozco bien España, he 'sumado' por todo el país y sois un caso único. Servicios públicos fundamentales y que se han convertido en un latrocinio por la gestión de la derecha, como las aguas, están en manos de lo público y sin hacer negocio. La funeraria pública (Nevasa). Esta candidatura representa algo que me gusta mucho: la política útil».
Escenario listo para la actuación principal. La que, después de 'sumar', tiene que restar para sumar. En álgebra político: una vez sumados IU más Podemos más Equo más Alianza Verde, que da VTLP, hay que restar el eje de Gobierno al PSOE para que VTLP consiga sumar todos los votos y no pase como en 2019, que se fueron cinco mil al zurrón de Óscar Puente y sus compañeros de viaje se quedaron con un concejal menos y forzados a renegociar sus competencias a la baja.
Esta ecuación la resolvió María Sánchez con contundencia y contención. «El PSOE no era partidario de municipalizar el agua. Prefería una empresa mixta. Los hechos han demostrado que el modelo funciona y han hecho que el Gobierno municipal siga ese camino, por eso se ha hecho pública la gestión del aparcamiento de Plaza Mayor, el nuevo sistema de bicicletas… Incluso el PP ha llegado a afirmar que si gobierna no privatizará el agua otra vez. Esta afirmación la veo como un éxito propio y de todo el personal municipal. Once sentencias judiciales más tarde y seis años más tarde, lo público genera unanimidad», presumió.
Y luego dejó ver la espina clavada. «No siempre es sencillo negociar en coalición, Yolanda lo sabe. Pero en estos ocho años hemos demostrado que nuestra lealtad está con la ciudadanía, nunca hemos permitido que nuestras diferencias pusieran en peligro el futuro para nuestra ciudad. Nunca hemos permitido que el ruido saliera hacia afuera. Pero somos humanas y a veces cuesta asumir que alguna gente atribuya tu esfuerzo y tus logros a solo una parte. A veces pensamos que si tuviéramos más fuerza podríamos aportar mucho más a esta ciudad».
Traducido a yolandadiacismo: «Os pido que os movilicéis».
La campaña avanza y ya han pasado por Valladolid Feijóo y Díaz. En lontananza asoma ya Pedro Sánchez, que llegará el domingo. De Ciudadanos nada se sabe salvo el trabajo en solitario de su candidato, Pablo Vicente, enfrascado en propuestas y debates para intentar llegar a todo. Y Vox intuye que vendrá algún primer espada nacional, pero aún no ha concretado nada. Sí presentó, el sexto día de campaña, el programa electoral. Llega tarde y con el baldón de haber compartido, hasta ahora, un programa genérico que la formación de Santiago Abascal considera válido para todos los municipios de España. Y a Irene Carvajal le toca explicar ahora que no, que este es el bueno y que contiene concreciones con denominación de origen Valladolid.
La misma DO que el alcalde, Óscar Puente, se llevó a Cannes con esmóquin y muleta. Allí tenía que presentar a Valladolid como la sede de los Premios Goya 2024, con un discurso que se incluía dentro de los actos que celebran a España como país invitado del festival francés. 'El momento de nuestro cine', ha sido el lema elegido.
Eso hizo que despejara su agenda de campaña tanto para el miéroles como para el jueves, que estará de regreso. La labor más prosaica, la de desgranar medidas, recayó el primer día de ausencia en Martín Fernández Antolín, que se ocupó de las cuestiones previstas para participación ciudadana, y lo hará este jueves en Rafi Romero, del área de servicios sociales.
Jesús Julio Carnero prosigue con su estrategia de siete ruedas de prensa para siete ejes programáticos. Después del Medio Ambiente, que incluyó proyectos para Soto de la Medinilla o para la convivencia con las mascotas y una piscina fluvial en las Moreras -piscina que ya proyectaba León de la Riva para 2015, cuando perdió el bastón de mando-, hoy seguirá con las propuestas de Valladolid con el futuro, y el lugar, la esquina de las calles Vía y Unión, ya aporta pistas del asunto. Pasada ya la brillantina de Ayuso y Feijóo, a Carnero aún le queda por delante una campaña de picar piedra, propuesta a propuesta y vecino a vecino. Y sin un aquelarre a medio camino que sirva de avituallamiento para el ánimo de la tropa.
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