El soterramiento busca la superficie

No ocurrió.

Entre otras cosas porque el soterramiento, con más o menos relevancia sobre el resultado final de las elecciones en Valladolid, pone en juego un número de votos. Y sobre el escenario había cuatro opciones para esos posibles votantes, situados además de derecha a izquierda en gradación de intensidad: Irene Carvajal (Vox), Jesús Julio Carnero (PP), Pablo Vicente (Ciudadanos) y Cecilio Vadillo (Contigo Avanzamos). En el patio de butacas, 181 ocupadas de las 265 disponibles en el Centro Cívico Zona Este, más 'cecilistas' que de los demás, aunque los aplausos fueron para todos. Se entiende, claro, que los cuatro están a favor de soterrar.

¿Los cuatro? No. O eso defendió Irene Carvajal, que recordó que su concejal, el ya expatriado de la formación Javier García-Bartolomé, fue el único que percutió con el soterramiento desde el primer Pleno del mandato hasta el penúltimo, ya que al último no acudió. «Solo Vox ha mantenido y en solitario el proyecto de soterramiento», defendió. Y sin salir de la primera intervención ya dejó claro que no quería armisticios. El primer mandoble, al PP. «El PP tampoco lo ha ejecutado, ni cuando confluyó con gobiernos en Ayuntamiento, Junta y Diputación. Y Carnero estaba en la Junta cuando se firmó el nuevo proyecto», asestó. Un argumento, por cierto, que firmaría Óscar Puente (PSOE). Y sin dejarla caer, zurriagazo a Ciudadanos. «En esta cuestión, se ha puesto de perfil».

El PSOE ha defendido que el soterramiento «no es una preocupación» de los ciudadanos. «El soterramiento no está entre sus diez primeras preocupaciones, ni siquiera entre los ciudadanos que viven al otro lado de la vía», aseguraba Puente hace apenas dos meses. Sin embargo, hay cuatro formaciones que pelean por convertirlo en el gran eje de la campaña. Y hay dos cuentas en este asunto.

Por un lado, las económicas. Cuánto cuesta, cómo financiarlo, quién lo paga, en cuánto tiempo. Ahí hay material de todo tipo, desde quienes abogan por que lo pague el Estado, que para eso está (Jesús Julio Carnero), hasta quienes conceden que el Ayuntamiento pague su parte (Irene Carvajal). Y con disparidad sobre los costes, con o sin terrenos, a cincuenta millones el kilómetro soterrado o a cien. Y quienes desconfían de la cifra que aportan los dos partidos que forman el Gobierno municipal, y que se sitúa muy por encima de los mil millones de euros. «Según el Tribunal de Cuentas, el coste sería de más de 1.300 millones de euros», aseguraba Óscar Puente días atrás. Y aún aseguraba que Adif, en documentos oficiales de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad, lo sitúa en 1.500. Y habría que actualizar el proyecto, porque hay que añadir una tercera vía que no se contemplaba en el cálculo de costes inicial, con lo que el túnel debe ser más amplio o, incluso, doble. Y más caro, claro.

Por otro lado, están las cuentas electorales. Los votos. Las encuestas publicadas hasta ahora conceden a Contigo Avanzamos, el partido del ex socialista Cecilio Vadillo, menos de un 2% de los votos válidos. Necesita sumar un 5% para poder optar a entrar en el Ayuntamiento. Es decir, que con una participación similar a la de 2019 podría lograr en torno a 2.500-3.500 votos. Serían precisos 8.500, así que lo tiene complicado.

Pero son sus rivales quienes necesitan que obtenga esos votos.Concretamente, que los saque del granero socialista, que se concentra en los barrios más obreros y especialmente en Delicias, Pajarillos, San Isidro... En el PP, vistos los sondeos, cuentan con que parten en desventaja respecto al actual alcalde. Necesitan, cuanto menos, empatar y que Vox supere a Toma la Palabra. Como de momento parece que los de María Sánchez aguantan en torno al 13%, lo que les garantiza mantener los 3 ediles, los populares tienen que lograr subir y que el PSOE se deje uno por el camino. Y ese uno son los restos que le tiene que birlar Cecilio Vadillo.

Y ahí está el primer impulso al soterramiento.

A Jesús Julio Carnero, sin embargo, le debió quedar claro en el debate que no le será fácil erigirse en la cara del soterramiento. Trata de defender las obras que sí se hicieron –soterrar el tramo del Pinar de Antequera, iniciar el desvío de mercancías, poner las bases para sacar los Talleres de Farnesio– y de ceñirse a su hoja de ruta de los seis primeros meses a la espera de la promesa de Alberto Núñez Feijóo, «que previsiblemente compita y sea el nuevo presidente del Gobierno de España» a final de año. «Tenemos que mirar al futuro», pedía.

Pero los rivales rebuscan en el pasado. «En 2019 usted estaba sentado en el Ayuntamiento aplaudiendo la renuncia al soterramiento», le reprochó Irene Carvajal. Y apostilló Pablo Vicente: «No hicieron el soterramiento porque no lo necesitaban, era un momento en el que había dos partidos y no necesitaban atender los intereses de los ciudadanos para obtener los votos».

La campaña empieza a coger tono después de un primer fin de semana apático. Jesús Julio Carnero convocó por la mañana en Parque Alameda para hablar de políticas de empleo y de proyectos para el barrio y Óscar Puente, que comenzó la mañana con la negociación con Inobat y el ministro de Industria, Héctor Gómez –por videoconferencia–, se marchó rumbo a Cannes, donde intervendrá este miércoles, pero solo después de enviar sus propias ideas sobre empleo. Y María Sánchez cambió el centro cívico Zona Este por un acto, precisamente, en Parque Alameda.

Las propuestas de pasarelas peatonales –una tendencia en esta campaña electoral– y los programas siguen su continuo desgranar. El soterramiento del ferrocarril, el gran sueño de una ciudad durante más de tres décadas, reclama su espacio una vez más y trata de colocarse por encima de todo lo demás. «Irrenunciable», dicen en un lado. «Imposible», replican en otro. Pronto se sabrá quién convence a quién.