Secciones
Servicios
Destacamos
Aquel domingo 24 de agosto de 2003, Fernando Alonso, con tan solo 22 años, sujetó con firmeza el volante de su Renault RS 23. Al tiempo, millones de espectadores se situaban ante el televisor a varios miles de kilómetros de Hungaroring. El mejor tiempo del joven asturiano les hacía soñar con un triunfo, con el primero de un español en la Fórmula 1 desde que el 13 de mayo de 1950 iniciase su andadura el Campeonato del Mundo de Pilotos. El veterano aficionado recordaba que su padre le hablaba de Paco Godia, Alfonso de Portago y Antonio Creus. Él mismo, de pequeño, tenía grabadas las imágenes de Alex Soler Roig, y, más tarde, de Emilio de Villota. Y claro, las más recientes de Adrián Campos, Luis Pérez Sala, Marc Gené y, por supuesto, Pedro Martínez de la Rosa, en activo en ese momento. Diez pilotos españoles que, en bastantes casos, más que luchar por un triunfo habían luchado por estar en la parrilla.
Ahora, este 24 de agosto, Alonso ocupaba la 'pole', el puesto en la parrilla que se había ganado con su mejor tiempo en entrenamientos. Era el lado limpio de la pista y cuando las luces del semáforo marcaron el inicio de carrera, dejó atrás a sus rivales.
Poco a poco aumentó su diferencia y cuando entró en boxes a repostar, en la vuelta trece, llevaba una buena ventaja. Cuando volvió a la pista, era segundo tras el Mclaren-Mercedes de Räikkönen. Tres vueltas después había recuperado el liderazgo. Cuando en la vuelta treinta entra en boxes para la segunda parada, su ventaja es tal que, al salir, continúa primero. Pasan las vueltas. Alonso no pierde el primer puesto.
Noticias Relacionadas
Santiago de Garnica
Santiago de Garnica
Santiago de Garnica
No ha sido un camino fácil. Su padre, gran aficionado, un día construyó un kart para su hija Lorena, de 8 años de edad. Pero el pequeño Fernando, con tan solo 3, se subió y empezó a mostrar que tenía 'manos'. El karting era el primer paso: a los siete era campeón de Asturias de su categoría, en el 94 ganaba el Campeonato de España y dos años después el Mundial. De los karts a la Fórmula Nissan, y luego a la Fórmula 3000, Adrián Campos como manager... En 2001 debuta en el Gran Premio de Australia con Minardi. Diecinueve carreras con el equipo italiano, con sus carencias técnicas y económicas, una dura escuela. Hay que buscar nuevas posibilidades. Renault vuelve a la Fórmula 1 después de veinticinco años de su debut, con Flavio Briatore dirigiendo el equipo. En 2002 Alonso es piloto de pruebas, mientras que Jarno Trulli y Jenson Button son los que conducen en las carreras. Para 2003, Button anuncia que se va a BAR: es la oportunidad de Fernando.
Hungría 2003. Pasan las vueltas, y Alonso sigue en cabeza. Las paradas en boxes no rompen su liderazgo. Llega la setenta. La bandera a cuadros baja al paso del coche número 8, el Renault de Alonso. El sueño se ha hecho realidad.
Y el veterano aficionado mira la pantalla. Piensa en los grandes premios que ha seguido de niño, en aquellas retransmisiones televisivas que amputaban los grandes premios. Recuerda los nombres de Soler Roig, de Villota, de Zapico intentando clasificarse para correr el Gran Premio de España con un coche inconducible. Luego vendrá el Alonso campeón, pero el 24 de agosto de 2003 sería muy especial, irrepetible. Más de cincuenta años esperando ese día...
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.