La Roja se enrolla en Villanubla y dribla en el hotel

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Desde las siete de la tarde, cerca de un centenar de aficionados mantenían el tipo en este enclave, blindado con vallas y vigilado por agentes de la Guardia Civil, para ver a sus ídolos. Con banderas, camisetas y, sobre todo, con muchas ganas de mostrar su cariño a los jugadores, se tuvieron que conformar con algún saludo fugaz, que se producía solo cuando alguno de los presentes se desgañitaba para llamarles la atención, en especial con Morata. En general, la imagen a las puertas del alojamiento fue la clásica de estos deportistas de élite: mochila al hombro, cara como de muy concentrados y 'palante como los de Alicante'. Directos a cenar y a la piltra para estar descansados de cara al entrenamiento de este sábado, previo al partido con Georgia del domingo.

Se quedó la pobre Inmaculada Calvo, «madridista a muerte», algo triste con el resultado de su expedición. «Llevo aquí desde la cinco de la tarde, soy de La Rondilla, hemos venido en autobús hasta Vallsur y luego hemos cogido un taxi hasta el hotel», relataba junto a su hija, Paula. Su objetivo era único: ver de cerca a Carvajal. Pero no pudo ser. Se tuvo que conformar con un leve movimiento de mano del de Leganés desde el dintel del hospedaje. Tampoco pudo Fernando López entregarles las réplicas del trofeo que les había elaborado con su impresora 3D. «He estado 32 horas haciéndolos, a ver si se acercan y se lo puedo dar por lo menos a alguno de ellos», comentaba antes de la llegada de un autobús, que entraba en el aparcamiento exterior del AC a las 21:42 horas. Pero tampoco lo logró.

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Así que la afición que se desplazó hasta el hotel de Arroyo de la Encomienda se tuvo que conformar con los breves cortes de vídeo, a una distancia más que respetable, que pudieron hacer con sus teléfonos móviles. Pero bueno, menos da una piedra. A pesar de la lógica decepción, sí se palpaba en el ambiente ilusión con este equipo. Con una bandera española como capa, confirmaba esas buenas sensaciones Jorge Escudero: «Tenemos gente muy potente y hay posibilidades de ganar la Eurocopa; yo creo que el cambio de entrenador ha venido bien; Luis Enrique lo hace mejor en clubes», analizaba. Una impresión compartida por José Antonio Serrano, culé, pero muy fan de Morata. «Lo están haciendo bien», apuntalaba.

El domingo, esta afición anfitriona y volcada, que esperaba algo más de sus estrellas, lo dará todo por ellos desde las gradas. A tope.