Roberto, con Ivo, Hugo ANTONIO TANARRO

La fábrica de Rober, así se moldea el talento

El director de cantera de la Segoviana habla del equipo de División de Honor y su legado en Ivo, Hugo Marcos y Arranz , asentados en el primer equipo

Viernes, 10 de marzo 2023, 10:04

En Segovia se tira de la cantera, no se duda, aquí pueden tener su gran oportunidad». Ese es el valor de marca que de la Gimnástica Segoviana después de que tres de sus juveniles del curso pasado –Hugo Marcos, Ivo y Pablo Arranz– estén plenamente ... asentados en el primer equipo, todo un tercer clasificado en Segunda RFEF. Lo defiende su director de cantera, Roberto Álvarez, que ve ahora los frutos a la generación juvenil que ascendió a División de Honor. «Para que puedas conseguir esto, tienen que venir varias hornadas de jugadores muy interesantes. Se apostó, el esfuerzo del club fue muy importante con ellos y se trabajó a un nivel brutal. Nos volcamos porque sabíamos que había varios jugadores que podían ser válidos para el club».

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Esa es la fábrica, que también incluye a Oliva, el tercer portero que cubrió con nota el expediente en sus dos titularidades con el primer equipo. «Y hubo posibilidades de que entrara más gente. Se profesionalizó muchísimo ese equipo; yo lo expuse y el club dijo que para adelante>». Roberto señala que el ingrediente principal es el talento. «Si no tuvieran condiciones, no hubieran llegado». El segundo es el entorno. «Están en unas edades muy complicadas, la figura de la familia es fundamental. Que les haga ver la situación y no se desvíen». En los tres jugadores, fue un apoyo crucial para su maduración.

Pablo Arranz llegó a los ojos de Roberto mientras militaba en el Parquesol en el año del ascenso del juvenil azulgrana. «Veo en él un jugador completamente diferente a todo lo que había en la categoría. Un extremo puro, descarado, que te juega por fuera y quiere siempre el balón. Me informo y me hablan de él como un chaval muy centrado, que quiere ser futbolista». Con todo, cometió un «error» porque tuvo una pelea en un partido. «A mí me generaba dudas por el carácter. Su físico era muy delgadito, igual le falta algo para competir en estas categorías... Pero el día que nos enfrentamos al Parquesol yo veo que es diferencial». Virtudes como saber qué hacer cuando llega con el balón a línea de fondo.

Hugo Marcos llegó a la Segoviana en edad infantil. Como cadete ya subía con los juveniles, tanto como central y lateral derecho. «Ahí vemos su potencial, que podemos generan un lateral con mucho recorrido que te puede incluso crear superioridad por dentro, que es rarísimo». Destacaba su rapidez, su anticipación o sus prestaciones en el juego aéreo. Y plantearon el reto a su padre: Hugo tenía que ser un juvenil diferencial. Unas conversaciones que fueron paralelas a las que tenían con el entorno de Ivo. «Dedicamos mucho tiempo a hablar con ellos, intentando orientarles, que se centraran. Que quisieran ser futbolistas, porque tenían todas las capacidades».

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El exfutbolista señala el entorno como factor clave: «Están en edades muy complicadas, la familia es fundamental»

Roberto conoció a Ivo cuando jugaba en el Quintanar y propuso su convocatoria como sub-12 con la selección de Castilla y León. Ya era ese jugador diferente por dentro, que quiere el balón, juega a uno o dos toques, se perfila y encima tenía gol. Estaba la duda de cómo se adaptaría un jugador pequeño cuando subiera de categoría. «Como juvenil de primer año da un paso adelante, pero en el segundo nos generaba dudas sobre si iba a ser importante en el equipo que ascendió». Su entrenador, Tito Domingo, le sacó de suplente en el primer partido y le quitó después, un palo duro. «Lo más fácil para el chico hubiera sido mandar todo a tomar por saco, pero hablamos con ellos. El mensaje desde su casa fue muy positivo y, desde ese día, hace un auténtico temporadón. Nos sorprendió a todos, tiró la puerta». En División de Honor asumió la capitanía y el nuevo reto era lograr que no se frustrara. «El equipo no gana y él quería hacer más de lo que tenía que hacer».

Son procesos a fuego lento. «Les tienes que convencer. Ellos saben que son buenos, pero ven que es muy difícil llegar al primer equipo». El reto es que no paren, que sean ambiciosos, que deseen tirar la puerta, como Manu, Arribas, Rubén o Gómez. Con los ejemplos que ellos han protagonizado será más fácil convencer a la siguiente generación.

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Por el camino quedaron otros como Víctor Salamanca, central del juvenil que ascendió. Álex Medina llegó a jugar en el primer equipo con Manu González y marcó un gol el año del ascenso a Segunda RFEF. Pablo González, un mediocentro que se fue a estudiar a Estados Unidos. O Diego Fernández, que se fue al Getafe en División de Honor tras haber marcado 19 goles el curso anterior como azulgrana. «Hay jugadores que a lo mejor no tenían tantas condiciones, pero que podían estar ahí perfectamente con paciencia y trabajo».

Recambio

¿Hay generación de recambio? Roberto reconoce que el juvenil no está bien. «El equipo tendría que estar más arriba». Pero habla de Álex Maroto, César del Prisco o Anatoliy Smekhunov. «Tenemos mucho trabajo con ellos porque son jugadores muy jóvenes que todavía no asumen la responsabilidad que tienen. Lo que hice con Hugo o con Ivo hace años tengo que hacerlo con esta generación». Roberto confía en su maduración para «volver a intentar subir a División de Honor». Algo para lo que, avisa, será necesario traer refuerzos de fuera, como el primer equipo. «En Segovia, tenemos lo que tenemos. El club nunca lo había hecho y llevamos tres años haciéndo».

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Lo dice alguien que estuvo la semana pasada en un vestuario con chavales que «están con un pavo auténtico» haciéndoles ver lo privilegiados que son y sus posibilidades «a corto plazo». Porque derribar la puerta ha dejado de ser una excepción .

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