25 años de 'El hereje'
La novela más larga y enigmática de Delibes, reto de bachilleres25 años de 'El hereje'
La novela más larga y enigmática de Delibes, reto de bachilleresEste curso habrá bachilleres franceses, sicilianos y suecos que conocerán a Cipriano Salcedo a través de unas gafas de realidad virtual. Antes de venir a Valladolid, recorrerán la ruta que les preparan sus correspondientes del Instituto Juan de Juni sin salir de su país. Forma ... parte de su programa de intercambio, presentar a los compañeros algo de su ciudad. Los profesores del centro vallisoletano, comandados por Sonia González, han convertido 'El hereje' en lazarillo de la villa del siglo XVI. Historia, arte, literatura, medicina, comercio, la novela abrirá muchas ventanas a distintos campos del saber. La han elegido por eso, también porque cumple 25 años y porque, siendo el autor vallisoletano, resulta fácil pasar de la virtualidad a la realidad. Recorrerán los lugares de la novela 'in situ' con los estudiantes foráneos cuando vengan.
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Miguel Delibes es junto a Camilo José Cela uno de los autores de la literatura española del siglo XX que 'entra' en la EBAU y su última novela, lectura recomendada. La Consejería de Educación de Castilla y León ha editado 'Dos cuentos' para los alumnos de primaria, 'El camino' para los de la ESO y 'El hereje' para los bachilleres.
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Diego Gómez es profesor de bachillerato en el Instituto Zorrilla. Cada año cuenta menos manos cuando pide en su clase –antesala de la universidad– que levanten las suyas quienes les gusta leer. Ha trabajado con 'El hereje' como lectura obligatoria. Delibes les suena a todos, las placas de la ciudad les resultan familiares. Otra cosa es zambullirse en el albur de la Edad Moderna, en la confrontación religiosa y en la cuestión moral. La literatura demanda ayuda de los profesores de historia y filosofía. «Se nota mucho los que han estudiado historia, es más fácil entender la falta de tolerancia y conocen la Inquisición. Quizá no tanto el protestantismo y lo que supuso el cisma luterano», explica Diego Gómez.
Pero segundo de bachiller no es curso para investigar sino el gimnasio hacia el trampolín universitario. Los que busquen saber de qué va aligerando horas de lectura están de suerte. Malograda la película pese a las gestiones de José Luis Garci primero, José Luis Cuerda después y Antonio Giménez-Rico finalmente, los 25 años de la publicación de la vigésima novela de Delibes estarán acompañados por una exposición en Las Cortes de Castilla y León. 'El fuego de la conciencia' estará abierta hasta el 17 de febrero de 2024, todos los días de 11 a 19:00 h.
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Aunque nada es comparable a la recreación que cada lector haga de Cipriano, de Minervina, del Valladolid de expósitos y palacios renacentistas, de católicos y protestantes, de autos de fe antes que capital del imperio, a partir de las palabras de Delibes.
Las obras del novelista que se desarrollan en el medio rural plantean al joven del siglo XXI el reto de conocer plantas, animales, usos y herramientas de un mundo que no han habitado.
'El hereje', en su viaje al XVI, eleva el listón. Primero conceptual: Qué era herético en ese momento, cómo llegan a España las ideas erasmistas inicialmente y luteranas después, en qué se fundamenta la autoridad moral de la Inquisición, qué derechos y libertades están en juego. Después, de resistencia: es la novela más larga del autor de 'Las ratas'. Tres semanas empleó en el 'El camino', tres años en 'El hereje'. Tercero: el afán delibeano por la precisión es la misma, solo que aquí abre aún más el abanico lingüístico. Hay glosarios que explican lo que es una boruga, una aljofifa o una gallofa. «Al final, los chicos no dan tanta importancia al significado concreto de una palabra como al sentido general», dice Diego Gómez.
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Probablemente Delibes, que escribió también sobre cómo debía ser la literatura para lectores noveles, no hubiera osado poner esta novela a disposición de los nietos de esa edad (17-18 años). Quizá Diego y Ricardo en el Zorrilla o Sonia en el Juan de Juni echen mano del anecdotario que rodea al libro, al autor, a la ciudad. A veces el camino a lo difícil se comienza por lo fácil.
El cómo llega un autor que había dedicado sus 19 novelas anteriores al campo y a la burguesía de una ciudad mediana a interesarse, pasados los setenta, por los conventículos protestantes y 'graduarse' en historia para poderlos contar es, a pesar de los argumentos conocidos, un misterio.
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¿Por qué germina una idea en cierto momento? Uno de los primeros libros que su tutor en esos estudios, Teófanes Egido, recomendó al estudiante Delibes fue 'Valladolid en el Siglo de Oro', de Bartolomé Bennassar. Fue la tesis doctoral del hispanista galo tras una década de investigación bajo la supervisión de Braudel. Pues bien, en 1983 la Universidad de Valladolid, en la que se formó e impartió docencia Miguel Delibes, reconoció con un doctorado honoris causa al modernista francés, a Delibes y a Ramón Carande, el autor de 'Carlos V y sus banqueros'. Un narrador entre dos historiadores dedicados al momento que abordaría casi quince años después. Allí están, inscritos en la misma pared del Palacio de Santa Cruz.
Tiempo antes, su amigo y compañero en este diario José Jiménez Lozano había publicado 'Los cementerios civiles y la heterodoxia española' (Taurus, 1978). Ambos merodearon por la obra de Menéndez Pelayo, 'Historia de los heterodoxos españoles (1880-1882)'.
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Ambos eran escritores de la órbita cristiana, que escribían en 'Cuadernos para el diálogo'. Delibes, hombre de acción. Lozano, hombre de ideas. Hay una primera aproximación al dilema religioso fe/duda y a su expresión pública en la célebre 'Cinco horas con Mario', novela que Delibes dedica a su amigo por las largas «parrafadas» previas. Precisamente en la exposición de Las Cortes hay un tarjetón del abulense que vivió en Alcazarén en el que felicita a Delibes por 'El hereje' y le emplaza a otra parrafada. No será hasta el empujón de Ángel Torío, en los noventa, cuando el autor de 'Viejas historias de Castilla la Vieja' decide trasladarse al Valladolid del XVI. «Allí donde se queman libros, terminan por quemar personas», sentenció Heinrich Heine en el XIX. Y así fue en el Valladolid de 1559.
La Biblioteca Histórica del Palacio de Santa Cruz guarda unos cientos de libros censurados por los funcionarios de la Inquisición. Erasmo y Galileo son los exponentes más célebres del «veneno de los libros» y de la coerción intelectual que ejercía la Iglesia. «Los antierasmistas han puesto espías en las librerías para acusar de herejía a los lectores», dice Delibes en la novela.
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El humanismo viajaba en libros que traían comerciantes y tratantes en contacto con las rutas del norte de Europa. Cipriano comienza así la narración, con un viaje en barco, eco del pasado marinero del escritor. El arte de navegar se afina tras los viajes de Colón. Sin más reloj que el de sol, astrolabio, brújula y portulanos son los recursos para no perder el rumbo en el XVI.
Levantar el trampantojo de aquella sociedad pasaba por saber de su economía, de sus hábitos amorosos, de sus creencias bajo un Estado que identificaba pecado y delito. El profesor Teófanes Egido, que ha formado a generaciones de discípulos en la historia de las mentalidades, le puso en liza el material. Por su parte el narrador trabajó con la intención de que «la historia no devorara la fábula».
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La vida de Cipriano Salcedo está marcada por la muerte, desde la de su madre que fallece en el parto. Para su padre el bebé, «arrojado al mundo», será una carga que descansará en los brazos del aya Minervina. Esa existencia ayuna de amor se abre paso en una comunidad poco dada a las manifestaciones de cariño. Sobran pequeños que vagan por la Corredera de San Pablo, donde nace el protagonista.
El niño desamparado es un arquetipo en la literatura de Delibes. La muerte, otra de sus constantes. Tardará Salcedo en ocupar el lugar que le procuran sus bienes. Decía Delibes en la recepción del Premio Cervantes que había vivido su vida a través de sus personajes. Cipriano es el último, el del dilema religioso, un reformista que encuentra su sitio en el conventículo de los Cazalla. La secta luterana le ofrece el cobijo que no encontró con su mujer. Enviado a hablar con Melanchon, sucesor de Lutero, a su vuelta será perseguido como el resto de esa fraternidad. Su silencio, su negativa a acusar a otros, su coherencia, determinan su condena. No arrastra a nadie, no es un líder, «no es un símbolo de una época caracterizada por la persecución sino una víctima, el perdedor de mayor alcurnia», dice Delibes.
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Muere en un espectáculo público, en un auto de fe con otros condenados, y muere solo, consolado por la mirada de Minervina, la única persona que le ha querido de verdad.
Fernando Zamácola, director de la Fundación Delibes, considera que esta novela resume y evoca «toda la trayectoria de Miguel Delibes en su defensa de la libertad religiosa, de conciencia, de pensamiento, reunión y expresión». Por eso es un buen ariete para incitar entre los jóvenes la reflexión en torno «si hoy se muere por las ideas, si vemos amenazada nuestra libertad».
Mario Crespo ha planteado una exposición temática con el crepitar del fuego de fondo «inquiriendo al espectador sobre el lema, sobre su libertad de conciencia».
El equipo del instituto Juan de Juni trabaja sobre ello desde hace cuatro años, atesora premios. Los alumnos preparan la llegada de sus compañeros internacionales. En la etapa universitaria, sin embargo, Pilar Celma, directora de la Cátedra Miguel Delibes, reconoce que aún no ha dirigido ninguna tesis sobre esta obra. «Sí he dirigido dos tesis sobre los personajes marginales de Delibes y otra de su relación con el ecologismo. Sé que hay otra francesa sobre la caza». Mientras, avanza el curso definitivo para los alumnos que aspiran a ser universitarios el próximo año. Sobre las mesas de algunos de ellos espera 'El hereje'.
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El Norte de Castilla publica en su página web hasta el próximo 4 de noviembre una sucesión de noticias, reportajes y vídeos que analizan 'El hereje', la última novela de Miguel Delibes cuando se cumple un cuarto de siglo de su llegada a las librerías. La oferta informativa con motivo de esta efeméride, que se agrupará en el especial digital '25 años de 'El hereje' , culminará el próximo 4 de noviembre con un suplemento monográfico sobre la obra del escritor vallisoletano que se ofrecerá junto al periódico impreso.
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