Cada uno tiene su estilo. Y aunque la base de los productos es la misma, el pan utilizado o el toque final con azúcar, miel o canela tiene como resultado que todas sean diferentes. También influye el grosor, el tipo de leche y la cantidad ... de aceite, pero como se suele decir siempre, 'las mejores las de mi madre'.
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Silvia G. Rojo
Andrea Díez
Hoy te proponemos hacer unas torrijas caseras, un clásico de la gastronomía de Semana Santa que también se disfruta en la víspera de Todos los Santos, aunque realmente si a uno le gustan puede prepararlas en casa en cualquier momento del año o en las ocasiones especiales.
Se pueden utilizar barras de pan especiales que comenzaron a venderse hace unos años en las grandes superficies cuando se acercan las festividades en las que se consume este postre. Pero también se puede optar por un pan brioche o la clásica barra de pan, o bien aprovechar el que se haya quedado duro del día anterior. En todo caso, se cortan rebanadas gruesas.
En una cazuela, para infusionar la leche, se calienta con una rama de canela, tres cucharadas de azúcar y una cáscara de limón. A fuego suave se atempera durante unos minutos y se deja reposar. Después se retira la canela y la cáscara de limón.
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Por otro lado, se calienta el aceite en una sartén. Mientras coge temperatura se empapan bien las rebanadas de pan en la leche infusionada, pero con cuidado para que no se deshagan. A continuación, se pasan por el huevo batido y a la sartén. Se fríen hasta que queden bien doradas por ambos lados.
Se colocan en un plato con papel absorbente para retirar el exceso de aceite y listas. Solo quedará darles el toque final a gusto del comensal, con un poco de azúcar, miel o espolvoreadas además con canela.
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Ingredientes: una barra de pan, tres huevos, un litro de leche, aceite de oliva, canela, azúcar y/o miel.
Proceso: Se cortan rebanadas de pan gruesas. En una cazuela se calienta a fuego suave leche durante unos minutos con tres cucharadas de azúcar, una tira de canela y una cáscara de limón. Después se retira la canela y la cáscara de limón y se deja reposar. Por otro lado, se calienta el aceite en una sartén y se empapan las rebanadas de pan en la leche infusionada, pero con cuidado para que no se deshagan. A continuación, se pasan por el huevo batido y a la sartén. Se fríen hasta que queden bien doradas por ambos lados. Se retiran en un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite y listas. Solo quedará darle el toque final a gusto del comensal, con un poco de azúcar, miel o espolvoreadas también con canela.
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