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Kiti Mánver, muestra su Espiga de Honor en el teatro Zorrilla. Foto: A. Mingueza; Vídeo: R. Ucero

Seminci

Espiga de Honor para la actriz grande de papeles pequeños

Kiti Mánver reivindica el protagonismo de las intérpretes veteranas con 'Mamacruz' y con el reconocimiento de la Seminci

Antonio Corbillón

Valladolid

Jueves, 26 de octubre 2023, 00:04

«¡Que se jodan. Ahora ya no soy secundaria!», bramó ayer en el Salón de los Espejos del teatro Calderón, una Kiti Mánver agradecida por su protagonismo tardío y un poco harta de esa etiqueta de actriz grande pero de papeles pequeños. Casi coetánea de ... Nathalie Baye (desde anoche comparten Espiga de Honor de la Seminci), arrancó su larga trayectoria tratando de emitir algún sonido gutural ante José Luis López Vázquez en 'Habla, mudita' (1973). Desde entonces, ni teatro ni cine ni televisión han callado a la cara andaluza de la 'movida madrileña' (Antequera, Málaga, 1953).

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Ayer tenía doble motivo para defender esa «felicidad sostenible» que desea a todo el mundo. A la Espiga de Honor que recibió por la tarde en el teatro Zorrilla se añade su protagonismo absoluto en 'Mamacruz', película de la venezolana Patricia Ortega que indaga en el deseo sexual crepuscular de una mujer mayor. Una cinta muy bien recibida en el 'sancta sanctorum' del cine 'indie' de Sundance (EE UU).

Circunstancia que, acompañada del resto del elenco de la cinta, aprovechó para agradecer «una vejez dulce» (acaba de estrenarse como septuagenaria) y reivindicar «más papeles para las mujeres mayores porque tenemos muchas cosas que contar y no como hasta ahora que todo se contaba desde posiciones masculinas».

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Sin embargo, hizo falta que un director como el bilbaíno Enrique Urbizu le pidiera que cambiara de registro en 'Todo por la pasta' (1992) para que explotara todo su poderío en el celuloide. Y, de paso, llevarse el primer Goya de su carrera por aquel 'thriller'.

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Ayer se presentó en Valladolid, con su rotunda melena plateada a un lado, chal con bolillos al hombro y chaqueta y zapatos con lentejuelas. Repartió abrazos a diestro y siniestro y, en un aparte, se justificó: «Es que yo he venido mucho a Valladolid, no solo a trabajar. También de incógnito. Y tengo muchos amigos y muchas anécdotas... también en este teatro Zorrilla».

En la gala de entrega de su Espiga, la Mánver tuvo una madrina inesperada y muy querida para ella, la también actriz Susi Sánchez. La intérprete valenciana recordó que la conoció en la cola de un casting hace 40 años para lograr un papel que ...«por supuesto se lo quedó ella». Poco después coincidieron en una versión de 'Bodas de sangre' de José Luis Gómez, y su amistad se fue cimentando de complicidades generacionales y profesionales de muy diverso cuño.

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Viva y libre

Pero siempre marcadas por «la generosidad de Kiti que lo compartía todo, sobre todo su entusiasmo fruto de una manera de entender la vida y la profesión de forma viva y libre».

Ya con la Espiga de Honor en sus manos, la Mánver admitió que el galardón es para ella una «felicidad», pero sobre todo «una responsabilidad, ¡una faena! ya que me hará sentirme aún más responsable de lo que venga». Tampoco olvidó que le ha llegado de una Seminci que tiene «casi la misma edad que yo».

Ante un Zorrilla casi lleno, la homenajeada sacó una 'chuleta' preventiva («los actores somos buenos para memorizar pero malos para hablar en público») para no olvidarse de nadie. «No se llega hasta aquí solo con tu esfuerzo sino con el apoyo de mucha gente», dijo al público. En su caso lo sabe bien ya que, en su día creo una productora como «solución para no desesperar esperando a que sonara el teléfono».

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Fue un reto enorme a todos los niveles. Ella no lo dice pero sus allegados cuentan que pagaba a sus actores con lo que ganaba trabajando en serie de televisión. «Me sirvió para hacer un poco de todo. Desde 'fregonetas' por toda España a hacer las carga y descarga de los espectáculos».

Dobló su chuleta, de la que se saltó varios agradecimientos, para volver a agradecer el «bombonazo» que le ha traído el papel prota-go-nis-ta en 'Mamacruz'.

Y les recordó a todos los espectadores presentes que el trabajo de los actores y actrices de «prescindible, ¡una leche! Os hacemos reír, llorar y hacer frente a la barbarie, aunque aún no podamos pararla».

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El día que casi se parte la crisma en el Calderón

La profesión quiso arropar a Kiti Mánver y al empezar su gala se pudieron ver vídeos de felicitación de Antonio Resines, Juan Carlos Rubio, Carlos Hipólito o el pucelano Daniel Muriel. En plenas temporadas de otoño, fue su manera de estar sin estar junto a la premiada.Después, la actriz malagueña (por pura casualidad) justificó alguna de las «muchas cositas» que le han pasado en Valladolid de tanto venir. Durante la representación de 'Sueño de una noche de verano', de Miguel Narros, Mánver hacía el papel de Titania y debía permanecer colgada por las rodillas en lo alto de un trapecio. Se acababa de casar. «No sé si fue por un mechón de peluca que se cayó o por qué pero solté las rodillas y acabé en el suelo sin poderme levantar». Curiosamente, fue su madrina anoche, Susi Sánchez, la que «me ayudó a recuperar el tono muscular gracias a su apoyo y tras un año sin moverme». La alegría de verla junto a ella era justificada.

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