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El largo periplo de contiendas electorales -generales hace 9 meses, Galicia, País Vasco y pronto Cataluña y Europa- obliga a PP y Vox, socios de gobierno en muchos territorios, a defender sus parcelas mientras tratan de ganar terreno a la linde del socio-rival. Eso ... llevó ya a fricciones entre ambos partidos al concluir los comicios gallegos, con Vox clamando por lo que consideraba una inútil llamada del PP al voto útil. Y ha pasado lo mismo en cuanto se han recontado los votos en el País Vasco. Juan García-Gallardo, vicepresidente de la Junta de Castilla y León, fue directo y rotundo en Twitter: «Feijóo no consigue su objetivo. VOX resiste, Amaia [Martínez, candidata de Vox] se queda».
Unas horas después, en el Salón Gourmet de Madrid, acudía como vicepresidente autonómico y no como representante de Vox, y se apoyó en ese matiz relevante para no hacer una valoración de los resultados. «Nosotros hemos conformado un Gobierno que ha servido de espejo a otros y por desgracia el País Vasco no va a tener un Gobierno como el que hay en Castilla y León», fue toda su respuesta, mucho más diplomática y conciliadora con su socio, el PP, de lo que fue el tuit de la noche electoral.
David Hierro, uno de los portavoces del grupo parlamentario en las Cortes de Castilla y León, siguió el mismo camino de mirar al socio para reprender a Feijóo su ambigüedad respecto a la formación de Abascal, que es socio preferente y a la vez socio indeseado. «Hoy es un mal día para Génova 13, no porque Bildu y PNV hayan sacado 54 escaños, no. Lo es porque Vox resiste y crece en votos», afirmaba Hierro. «España necesita una alternativa responsable que vele por el interés de España, no de su partido», concluía.
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Antonio G. Encinas
En el PP, mientras tanto, se opta por el tono bajo y la felicitación a su candidato, Javier de Andrés, por haber conseguido incrementar los apoyos recibidos en un contexto poco propicio. Los populares pasan de 6 escaños a 7 y ganan más de 36.000 votos. A eso se aferran. «Enhorabuena a Javier de Andrés y a todo el PP del País Vasco por el crecimiento en las elecciones vascas. Sois la garantía del constitucionalismo y la moderación en el País Vasco», escribía Alfonso Fernández Mañueco, presidente de los populares de Castilla y León. Francisco Vázquez, secretario general, consideraba que «los resultados de las elecciones vascas demuestran el crecimiento del PP en todos los territorios de España».
Óscar Puente (PSOE), ministro de Transportes, trataba de minimizar el aumento de apoyos de los populares. Y mostraba una tabla con los resultados, en porcentaje de voto, del PP en el País Vasco desde 1994. El resultado obtenido es el segundo peor en 30 años: un 9,23%. El peor fue el de 2020: un 6,77%. Por eso el incremento era esperable y de ahí la reacción tibia de los populares autonómicos.
Opinión
El PP venía de recuperar voto en Galicia tras el bajón sufrido de 2016 a 2020, cuando perdió 54.000 apoyos, y el País Vasco era un peldaño importante para medir su crecimiento. Una conclusión es clara: hay ganas de votar en España. Galicia y País Vasco superaron la participación de los anteriores comicios. En Galicia se pasó del 48,96% al 56,27%. Y en el País Vasco, del 50,78% al 62,52%. Pero el empujón inicial no se ha visto seguido por la misma inercia este 21A.
Al PSOE le quedaba la euforia, que remienda algo el trompazo de las elecciones gallegas y da esperanzas a los socialistas de cara a las elecciones catalanas y europeas. «Eneko Andueza ha conseguido ser decisivo», se felicitaba Luis Tudanca, secretario autonómico de los socialistas. Y reivindicaba la importancia de «una fuerza como el PSOE que sirva de equilibrio para evitar tentaciones soberanistas y de hacer políticas de derechas contra los servicios públicos. Le da equilibrio ante los riesgos de un Bildu con mayoría absoluta o un PNV pensando en aventuras como el Plan Ibarretxe o pactando con la derecha», señalaba.
Y apuntaba una clave para lo que viene: «Otra de las conclusiones que saca de allí es que España es más plural que lo que algunos nos quieren hacer pensar».
Cataluña comienza la campaña electoral este viernes y acudirá a las urnas el 12 de mayo. Doce días después de votar los catalanes se iniciará la campaña de las elecciones europeas, que desembocarán en el 9 de junio. El PP tiene como objetivo, para entonces, lograr un triunfo contundente que afiance su tendencia alcista. El PSOE, aguantar mejor el tirón de lo que prevén las encuestas, y para eso lo ocurrido en el País Vasco y lo que pueda pasar en Cataluña le puede servir como soporte. Vox quiere beneficiarse de la corriente que marcan en Europa Meloni, Orban o Le Pen, líderes de formaciones de su órbita que parecen llegar con fuerza a la cita. Y Sumar y Podemos se juegan salvarse de la irrelevancia tras sus resultados en Galicia y País Vasco, 0-1 y 0-0, respectivamente. A estos contendientes habrá que sumar los nacionalistas, que dirimirán de nuevo sus batallas territoriales, PNV-Bildu y Junts-ERC, y formaciones como Ciudadanos o Izquierda Española que tratarán de rascar su propio espacio gracias a la circunscripción única y a la tradicional baja participación de las europeas.
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