Patricia Gómez Urbán (PSOE), durante una intervención en el Pleno, con Juan García-Gallardo (Vox) y la bancada del PP al fondo. Leticia Pérez-Ical

Castilla y León

Tensión al alza y llamadas sin efecto a la «desescalada verbal» en las Cortes

El próximo Pleno, con preguntas sobre el negacionismo climático de Vox y el foco en la situación de la Sanidad, se anticipa de nuevo de los de debate caliente

Antonio G. Encinas

Valladolid

Domingo, 15 de octubre 2023, 00:04

Alfonso Fernández Mañueco (PP), presidente de la Junta, rebajó el tono de voz y el gesto e invitó a Luis Tudanca (PSOE) y al resto del parlamento autonómico a una «desescalada verbal» en el último Pleno. «Usted, cuando ha escuchado insultos, faltas de respeto, ... de decoro parlamentario de su grupo, ha estado callado. No puede decir usted eso. Y yo vengo a pedir aquí y a hacer un llamamiento a todo el mundo de hacer una desescalada verbal. Todos tenemos que preocuparnos de lo realmente importante, que es preocuparnos de la gente de Castilla y León». Un deseo, visto así, coherente con la labor parlamentaria más decorosa.

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La respuesta de Luis Tudanca fue una colección de afrentas rivales. «No, no, que bajen el tono los que lo han subido, señor Mañueco; que son ustedes los que están insultando permanentemente. Nosotros no hemos insultado en esta Cámara llamando imbécil a un procurador; nosotros no hemos llamado desalmadas a las mujeres que usan la ley para defenderse de la violencia de género; nosotros no hemos llamado banda criminal a ningún grupo parlamentario, como han hecho ustedes y su vicepresidente, señor Mañueco», replicaba el socialista.

Los medios nacionales consideraban hace dos semanas que el discurso de Óscar Puente en el Congreso fue «macarra», entre otros adjetivos. Pisan poco las Cortes de Castilla y León. La tensión entre los grupos parlamentarios ha sido creciente desde que Vox irrumpió en escena como compañero de Gobierno del PP. Desde el primer minuto, de hecho.Varios procuradores socialista negaron el saludo a Carlos Pollán (Vox) cuando se le nombró presidente de las Cortes.

Desde el gesto de la peineta, Mañueco ha tratado de amainar el tono y pedir moderación en los debates

Posteriormente ha habido tres peticiones de reprobación a dirigentes de Vox, sin consecuencias. Dos a Juan García-Gallardo, una por llamar «imbécil» a Francisco Igea (Cs) mientras este se encontraba en la tribuna de oradores y otra, por referirse al PSOE como «banda criminal». Después el propio Mañueco fue pillado dedicándole una peineta a Rosa Rubio (PSOE), que le afeó que se ausentara del hemiciclo mientras se debatía. Y esa peineta ha traído consigo un aumento de la tensión, con recordatorios constantes de la oposición a ese gesto. «El señor de las peinetas», le ha apodado la procuradora socialista Ana Sánchez. Pablo Fernández (Unidas Podemos), locuaz y lenguaraz, fue más lejos. «La prueba de que es un Gobierno chabacano y soez la encarna su presidente, el señor Mañueco, que en el pasado Pleno hizo una peineta a una procuradora mientras estaba en el uso de la palabra. [...] Peinetas, mentiras y falta de respeto, perfecto epítome de su Gobierno. Han convertido al Ejecutivo y a estas Cortes en una auténtica cochiquera».

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En busca de un atenuante, la estrategia del presidente popular y de su grupo ha sido hacer llamamientos a rebajar la tensión, especialmente en los últimos plenos.

Resulta complicado pensar en que eso va a producirse. Solo hay que ver las preguntas orales que se han registrado para la próxima sesión de control al Ejecutivo autonómico, este martes. Varias centradas en la sanidad, asunto siempre polémico. Francisco Igea interpelará al consejero, Alejandro Vázquez, al que según el PP llamó gordo en un mensaje en Twitter, motivo por el que decidieron retirar sus enmiendas a la ley de derechos al final de la vida, que promovía el de Ciudadanos.

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Desde el primer día, con los saludos elididos del PSOE al nuevo presiente de las Cortes, la tensión ha sido constante

Pero es que Pablo Fernández (Unidas Podemos) preguntará por el curso financiado por la publicidad institucional de la Junta a un instituto fundado por la nieta de Jean Marie Le Pen, vinculado a la formación de altos cargos de Vox. Y el PSOE lanzará una cuestión con doble sentido: «¿Considera la Junta de Castilla y León que la Consejería de Industria, Comercio y Empleo goza de buena salud?». Una invectiva por el sinfín de cargos intermedios que desfilan hacia la puerta de salida del departamento que dirige Mariano Veganzones (Vox).

Precisamente Veganzones es uno de los que azuza el ambiente con algunas de sus respuestas. Como cuando se refirió a las «políticas sanguijuelas» de las que, a su juicio, se benefician los sindicatos.

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El debate parlamentario de este martes, por tanto, vuelve a anticiparse caliente. No es la primera vez. Carlos Pollán, presidente de las Cortes, llegó a tomar la determinación insólita de advertir a sus señorías antes de comenzar la sesión del 4 de octubre del año pasado. « Antes de comenzar con el primer punto del orden del día, quisiera hacer un llamamiento a todos los presentes. [...] Todos –entre los que, por supuesto, me incluyo–, seguro que hemos cometido errores involuntarios en algún momento en estos meses. Les ruego, una vez más, que pongamos en el centro de los debates y las intervenciones las cuestiones que importan a los castellanos y a los leoneses, y no las provocaciones y las descalificaciones. [...]».

Un momento de distensión antes de un Pleno. Ical

Ha pasado un año desde ese llamamiento y no ha menguado la crispación parlamentaria. La pelea Francisco Igea-PP es de las que brindan momentos más ásperos, con Vox como invitado de honor. En el mismo Pleno de investidura, Mañueco advirtió al de Ciudadanos: «He aguantado tres meses de insultos, de vetos, desprecios. No va a conseguir que baje a la charca infecta y pestilente donde se juega su discurso político». A Igea le llamó García-Gallardo «imbécil», pero el de Ciudadanos tampoco se contiene cuando toca entrar al barro dialéctico. «Si yo fuera como ustedes, y ateniéndome a las cosas que se permiten en esta Cámara, no les llamaría imbéciles, pero igual jetas sí, porque he visto que se puede, pues entonces sí diría que son jetas. No diría que son unos sinvergüenzas porque no me dejarían», dijo en abril. Y en septiembre del año pasado le dirigió este mensaje a Carlos Fernández Carriedo (PP): «Tiene que ser difícil ser portavoz de un Gobierno que tiene un vicepresidente que anuncia medidas a las once y media, virgen y mártir; otro consejero de Empleo que se ha convertido en una especie de facha de llavero, de souvenir, que hace unas cosas dificilísimas de explicar...».

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Momentos que han provocado momentos de incomodidad. Como mostró Jesús Julio Carnero, entonces aún consejero, después del mencionado «imbécil». «Mal ejemplo damos todos nosotros si mantenemos un tono y un debate como en el que este instante se acaba de producir. Apelo al sentido común de todos los procuradores de esta Cámara para mantener el debido respeto y el debido decoro», dijo entonces. Un llamamiento que, como los demás hasta ahora, no ha tenido efecto.

Alicia González, procuradora de UPL, accede a su escaño de las Cortes. Miriam Chacón-Ical

Los aspavientos para Twitter y la sorpresa de una novata

Vanessa García, de Soria ¡Ya!, comenzó por mostrar su estupefacción por un epíteto, a priori, inocuo. «Qué obsesión tienen con llamarnos 'los nuevos', con desprecio, como si fuera un insulto. Si estamos aquí los nuevos es porque 'los veteranos' no han hecho bien su trabajo». Y su compañera de grupo, Alicia Gallego González, leonesa, de UPL, también novata en las Cortes de Castilla y León, recogió el mensaje y lo prolongó. «Como decía la compañera del Partido Soria ¡Ya!, los que venimos de nuevas pensábamos que esto era otra cosa, y lo que vemos aquí son insultos, descalificaciones y faltas de respeto, a las que a nosotros también se nos dirigen de forma constante por parte de algunos partidos políticos».

Era el Pleno en el que se debatía una de las dos reprobaciones que se le han pedido a Juan García-Gallardo.«Creo que usted va a tener un récord, efectivamente, pero es el que es el procurador con más veces que va a ser reprobado por esta Cámara como sigamos así», le dijo.

Y Ramiro Ruiz Medrano (PP), en su turno de palabra, aportó un argumento que quizá explique, al menos en parte, este encrespamiento de la política autonómica. «Hoy podría ser también un buen día para recuperar ese espíritu [de la Transición] por la ilusión política; ese espíritu de convivencia y de respeto para seguir trabajando por lo importante. Pero no debemos de salirnos del tiesto para tener razón, no debemos actuar de forma aspaventera –algo frecuente en esta Cámara– para conseguir un titular periodístico o llamar la atención en Twitter».

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