Castilla y León

Sanidad ya atribuye siete fallecimientos al calor en julio

Los datos revelan que las olas de calor aumentan el riesgo de muerte debido a la sobrecarga térmica del cuerpo humano y a la disfunción de múltiples órganos, así como al agotamiento, los calambres y la insolación

El golpe de calor es una hipertermia y, a diferencia de la fiebre, el aumento de la temperatura corporal no responde a una infección yes una verdadera urgencia sanitaria pues el organismo puede no responder.

Los enfermos más vulnerables son los que padecen insuficiencia cardiaca o renal o con deterioro cognitivo, los mayores y los niños. Entre los síntomas iniciales aparece congestión de la cara, dolor de cabeza y cansancio excesivo a la vez que la piel se enrojece y la sudoración aumenta. Es importante detectarlo entonces para buscar resguardo del sol e hidratarse.

Cuando el cuadro clínico continúa, aparece el mareo acompañado de náuseas y vómitos, el organismo empieza a dar signos de que está fracasando. El pulso y la respiración se aceleran. El calor extremo impide que el hipotálamo, el centro regulador de la temperatura corporal funcione bien y puede conducir a que fallen las funciones respiratoria y circulatoria del cuerpo. La temperatura ideal para que las funciones vitales se desarrollen correctamente están, generalmente, entre los 36ºC y los 37ºC, aunque puede variar dependiendo de la salud y de la personas. Cuando las temperaturas exteriores son más altas que las del cuerpo, este no libera bien el calor y si hay mucha humedad, el sudor no enfría la piel. Ante un golpe de calor con mareo o pérdida de conocimiento hay que llamar al 112. Sin embargo las personas que fallecen específicamente por golpes de calor son muy pocas; las altas temperaturas provocan decesos sobre todo por complicaciones de otras patologías o deshidratación sin necesidad de haber sufrido un golpe de calor como tal.

El Instituto de Salud Carlos III, sin restar importancia al peso de la temperatura sobre la salud, incluso hasta desencadenar en muerte, valora que hay otros factores que empeoran la situación como la dificultad de acceso a las asistencia sanitaria y la vulnerabilidad social. Las dificultades para ser atendido por el centro de salud e, incluso, hospital, inciden en un peor desenlace.

El impacto de las olas de calor de junio, julio y agosto de 2023 fue bastante importante a la par que heterogéneo geográficamente. El exceso atribuible a temperatura más importante se registró entonces en Madrid y Galicia, con 194 y 121 defunciones atribuibles al exceso temperatura por cada cien mil habitantes respectivamente, seguido de Andalucía, Cataluña y Castilla y León (44, 52 y 47 muertes por dicha población). Fueron 284 casos en la comunidad.

El año pasado, las defunciones atribuibles al calor son las mayores de toda la serie, desde 2016, analizada por el sistema de monitorización MOMO, aunque la temperatura máxima media de todo ese verano fue la cuarta más alta (después de 2016, 2022 y 2023) y la temperatura mínima media es la tercera más alta. El año 2022 es el que presentó mayor temperatura máxima media y también mínima media y el segundo con mayores defunciones atribuibles a calor.