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La salud mental de los médicos empeora: el 12% sufre depresiónEl balance es negativo y sin atisbos de recuperación por el momento. Los datos de distintas fuentes coinciden en el empeoramiento de la salud emocional de los profesionales sanitarios en la región. Los del programa PAIME, específico para médicos y gestionado desde la organización colegial, ... muestran tal tendencia al alza; pero no deja de ser la punta del iceberg. Hay mucho más y, en el mejor de los casos, los afectados acuden a estas terapias o a otras de manera privada y, en el peor, se automedican y arrastran fatiga, cansancio, ansiedad y depresión.
Y uno de los trabajos que mejor cuantifica esta realidad llega también de la mano de la organización colegial realizado por la Fundación Galatea, especialmente implicada en estos procesos y cuyo hospital está exclusivamente destinado al ingreso de estos profesionales cuando lo requieren. El informe del cerrado año es demoledor en toda España y los datos de Castilla y León no son mejores. Es esta la segunda encuesta, de finales de 2022 y el invierno de 2023, y compara resultados con la primera que abordaba la situación de estos facultativos tral lo peor de la pandemia. Pues bien, recuperación tras el covid, ninguna. Todo lo contrario, un empeoramiento importante según revela este nuevo trabajo.
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Y los datos del programa de atención integral del médico enfermo (PAIME) también son reveladores en este sentido. La mayoría de los indicadores de salud, especialmente los que tienen que ver con la salud mental y el bienestar emocional, «han ido empeorando a lo largo de los tres años de pandemia y se mantienen lejos de los niveles prepandémicos», recoge Galatea.
En cuanto a los médicos de Castilla y León, hay «un empeoramiento claro del estado de salud percibido: los médicos castellanos y leoneses que presentaban un estado de salud regular o malo pasan del 6,9% en período prepandémico al 23,2% a finales de 2021 y al 30% en el invierno de 2023». Una cuarta parte (27%) duerme menos de seis horas diarias (antes eran un 14%) y se incrementan los que padecen algún tipo de insomnio, que pasan del 9,4% al 33% en 2020 y al 38% en el último informe. Tres cuartas partes de ellos (75%) presentan algún indicador de fatiga, dolor con o sin estrés, incluso después de finalizado el momento álgido de la crisis, el doble de los que había antes.
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En estos tres años casi se triplica el porcentaje (del 12% previo al 31% actual) de médicos de la comunidad que se sienten sobrepasados, tienen la sensación de «no poder más», se duplican los que se sienten quemados por el trabajo (del 21% al 42%) y uno de cada cinco médicos (18%) mantiene síntomas de estrés postraumático. Todas estas situaciones se vinculan con un peor estado de salud autopercibido.
Casi una tercera parte (el 31%) considera que su estado de salud mental autopercibido es malo o regular cuando antes de la pandemia representaban un 9% y un 45% se encuentra en situación de riesgo de padecer una enfermedad mental de tipo ansioso o depresivo (algo que valora este trabajo según el GHQ de Goldberg). Finalmente, un 12% manifiesta padecer una depresión o algún trastorno de ansiedad en el momento de la encuesta al tiempo que se incrementa el consumo de tranquilizantes o de hipnóticos entre el inicio de la pandemia (19%) y el momento en que contestan la última encuesta (23%). En general, son datos un poco más favorables que la media de España pero no se trata de una diferencia significativa.
Además, un 17% ha tenido ideaciones suicidas en algún momento de su vida y un 1,7% ha protagonizado algún intento de suicidio.
Aunque se trata de situaciones transversales, las mujeres en general, los profesionales que trabajan en un centro de salud de Atención Primaria y los que tienen contratos interinos o temporales son los que presentan peores indicadores.
92 médicos-pacientes
de Castilla y León se han atendido el año pasado a través del programa PAIME; de ellos, 31 nuevos.
330 facultativos
desde 2007 en que empezó el programa, han pasado por este programa. Ha habido un caso de reingreso.
41 años
es la edad media de los médicos con necesidad de terapia, la edad más baja del dato histórico.
En cuanto al PAIME, aunque son muchos menos los casos que llegan a este programa que los que hay, también recoge esta tendencia al alza; pero, en este caso, influye no obstante el que cada vez es más conocido. Este programa tiene la ventaja y la garantía de la confidencialidad para el médico que acude al mismo tanto a la hora de recibir terapia como a la discreción cuando se requiere una baja laboral.Hay casos, sobre todo de adicciones, que requieren un internamiento de unas seis semanas en el hospital de la FundaciónGalatea, en Cataluña, que requieren una incapacitación temporal y, sin necesidad de ingreso, también otras patologías. Asimismo se busca que un médico con problemas de salud mental no comparta por ejemplo sala de espera con otros pacientes por si pudiera ser reconocido. Su profesión requiere mantener viva la confianza de sus pacientes hacia su ejercicio profesional. Los datos de Castilla yLeón de 2023 (los datos se cierran cada 31 de noviembre por lo que son doce meses pero no un año natural) muestran peores resultados en la comparativa prepandémica e, incluso, anterior y la actual.
Durante el cerrado año, el número de pacientes nuevos atendidos en el PAIME ha sido de 31 más un reingreso de una persona que había sido dada de alta en años anteriores. Otros 61 pacientes han seguido el tratamiento que comenzaron años atrás. En total han estado en terapia durante este periodo 92 afectados. El número total de consultas durante dicho ejercicio fue de 520: 403 de psiquiatría y 117 de psicología. Un año que, no obstante, no ha registrado ingresos. Asimismo se han dado 20 altas y siguen en control en el programa 72 pacientes. De las mismas, 13 fueron por alta terapéutica, una por traslado, otra por incapacidad y cinco pacientes abandonaron el programa.
Respecto a la edad de los pacientes nuevos, hay ocho menores de 31 años; once son de la treintena; tres en el grupo etario entre 40 y 50; ocho son de la quinta década y uno supera los 61. En cuanto al sexo, se observa una diferencia muy significativa con 22 mujeres y 9 hombres. Este predominio femenino es común en los últimos años, desde el 2018, pero no así antes. No obstante, hay que tener en cuenta que es una profesión muy feminizada actualmente.
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En la distribución por provincias hay: 12 en Burgos, 4 en León, 4 en Palencia, 3 en Salamanca, uno en Soria, 6 en Valladolid y otro en Zamora y en Ávila y ninguno de Segovia. Atendiendo a la especialidad, la memoria anual refleja que hay diez afectados que son residentes –la mitad de Familia y el resto de Especialidades hospitalarias–; 13 de facultativos de hospital, cinco de Atención Primaria, todos ellos de zonas en urbanas y dos médicos generales. En cuanto al motivo de ingreso en el programa, la mayoría, (25) corresponden a problemas psiquiátricos exclusivamente y, el resto, son dos casos por consumo de alcohol y otro por adicción a sustancias y tres de ellos con patología dual, es decir, un problema de salud mental asociado a dependencia de la bebida o drogas.
El objetivo final del programa es el de ofrecer una atención profesional, confidencial y no punitiva a los médicos que presentan problemas psiquiátricos o de adicciones que puedan poner en riesgo la seguridad de los pacientes por una mala praxis.
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