Juan José Aliende, doctor
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Juan José Aliende, doctor
«La excelencia del estudiante de Medicina le impide conocer la frustración»Aunque los datos son solamente en este sentido del programa de atención integral del médico (PAIME) de la organización colegial, revelan cada año que los profesionales que necesitan atención facultativa por trastornos de ansiedad, adaptativos o depresión son cada vez más jóvenes y este cerrado ... 2023 constata que un tercio de estos pacientes son graduados que están haciendo la residencia para especializarse.
«Tienen un peso importante en el balance y son muy jóvenes para sufrir estos problemas tan pronto. Creemos que, con las exigencias actuales, entran en la Facultad de Medicina alumnos con unos magníficos expedientes, hacen una carrera con una notas extraordinarias y son personas que no conocen el fracaso, que se han centrado en estudiar y estudiar para alcanzar el nivel. Y cuando llegan al hospital, al mundo real, al paciente real que no es solamente un cúmulo de síntomas que ellos han aprendido en libros y protocolos, comienzan a no saber, por primera vez, resolver situaciones, responder a los casos y comienza una frustración para la que no están preparados y llegan estas crisis», destaca Juan José Aliende, coordinador del PAIME en Castilla y León. También «percibimos que los médicos extranjeros por su cultura, más suave con otras maneras, lejos de sus países, llegan y se deprimen o sufren ansiedad. Se agobian más», añade.
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Por todo ello, el PAIME había apostado, y es algo que frenó la pandemia, por ir más allá de los tratamientos y poner en marcha también un programa de prevención, talleres y formación para enseñar a afrontar problemas, técnicas de relajación, gestionar la conflictividad, manejo de situaciones... para estas personas que han pasado por una selección brutal que, en muchos casos, conlleva una cierta desconexión con el día a día, con el mundo que otros jóvenes sí respiran».
Aliende, que actualmente ya está jubilado pero que conoció lo que es pasar consulta durante cuarenta años, destaca como causas de este mal estado de salud de la profesión que «la presión de Atención Primaria es espectacular. Faltan recursos humanos, tantos que los que hay tienen que duplicar esfuerzos. Ni sustituciones de vacaciones ni de bajas laborales que cada vez hay más, aunque no nos facilitan los datos al detalle, y hamos pasado de los aplausos de la pandemia a las puñaladas. No sabemos si es que la gente está más irascible que antes también y soporta peor una espera o la frustración y esto hace que el equilibrio se quiebre. Y ahora, con las consultas no presenciales que, salvo para cosas muy banales o resolver dudas, no convencen a los médicos, no poder ver al paciente crea inseguridad y dudas y ahora la mitad son telefónicas y aunque parezca que libera, se hace muy agotador todo esto. Y además, a los hospitales les llega mucho más de lo que debería, el ciudadano recurre a ellos en un mal uso. Ahora una urgencia es lo que el paciente decide que es una urgencia», añade.
Explica el doctor Aliende que «el PAIME ofrece confidencialidad y resultados pero el apoyo es escaso, se podría hacer mucho más y ello además evitaría luego tanta baja laboral y reduciría problemas; pero necesitamos recursos. Nos mantenemos con 30.000 euros después de recortes y hay poco empeño en apostar por ello. Incluso, la experiencia judicial indica que la mayoría de las demandas médicas están vinculadas a patologías o adicciones previas y se podrían evitar con prevención y tratamiento que algunos profesionales terminen por cometer negligencias u otros delitos», añade este coordinador de la atención del PAIME en la comunidad.
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