Por qué la reprobación a Ortega Smith puede cambiar el juego en Castilla y León

El último intento se dio el 20 de diciembre. Pero unos días después ocurrió algo. El 4 de enero el Ayuntamiento de Madrid reprobó a Ortega Smith. «La opinión del equipo de Gobierno, con el alcalde a la cabeza, fue nítida desde que se produjeron los hechos», dijo la vicealcaldesa, Inmaculada Sanz, en referencia al manotazo que Ortega (Vox) lanzó a la botella de agua del diputado Eduardo Fernández Rubiño. Y comenzó por reproducir la frase de José Luis Martínez Almeida: «Me parece inaceptable lo que ha hecho el señor Ortega Smith, debe entregar el acta, no está capacitado para representar al conjunto de los madrileños». E insistió: «No es la primera vez que usted se pasa de frenada». Y le pidió que dejara el acta. «Usted tiene un problema, y es que no asume la realidad de las urnas y trata de buscar que alguien le haga caso».

La ventaja del PP madrileño es que goza de mayoría absoluta en el Pleno, situación que no se da en las Cortes de Castilla y León. 29 de 57 concejales. Vox se quedó con 5. En las Cortes, los 31 del PP precisan de los 13 de Vox para solventar con mayoría absoluta cada trámite. Enfrente, un popurrí con 28 del PSOE, 3 de UPL, 3 de Soria ¡Ya!, uno de Por Ávila, uno de Podemos y Francisco Igea, ahora no adscrito. Con esos números saldrán adelante los presupuestos y las leyes pendientes. Y luego ya se verá.

Insiste el PSOE en que ve síntomas de ruptura, de adelanto electoral, incluso. Para empezar, hay urnas en este 2024, como las hubo en 2022 (tocaba Andalucía). Dice Luis Tudanca (PSOE) que, como entonces, Alfonso Fernández Mañueco (PP) habló de un Gobierno que funcionaba, el suyo con Francisco Igea. Además, no hay presupuestos aprobados aún, como entonces. Y empieza el proceso de tramitación de leyes pendientes, entre las que están las que impuso Vox como contraprestación programática, y que al PP se le hacen bola como en su día le ocurría con algún proyecto legislativo de Ciudadanos.

Falta, eso sí, el detonante. En aquel 2021 previo al adelanto electoral por sorpresa, el clic fue el voto a favor del PP a una proposición no de ley del PSOE sobre la sanidad rural. En contra de Ciudadanos, que se quedó solo en el hemiciclo. Fue en septiembre y ya desde ese momento se especuló con una ruptura que se produjo el 21 de diciembre. Esta vez habrá que estar pendiente de las reprobaciones. Van cuatro intentos parlamentarios con cinco reprobaciones a votar, y el PP ha acudido al rescate de sus socios en las cuatro ocasiones.

Diferentes protagonistas, mismos argumentos. En el caso de Veganzones, los populares han repicado el discurso estadístico del consejero de Industria y Empleo. «Los datos son contundentes, la realidad es clara y refleja una buena gestión de las políticas públicas llevadas a cabo por el Ejecutivo de nuestro presidente Alfonso Fernández Mañueco», dijo María de las Mercedes Cófreces en diciembre. Sin embargo, en el recitado de cifras exitosas -índice de producción industrial, exportaciones- incluyó una cuña, aprovechando la visita de representantes sindicales. «Meses de crecimiento de forma continuada… Reconocemos el trabajo de los sindicatos hoy presentes en esta sala -aplausos-… Lidera el crecimiento de las exportaciones…». En el PP, escuela de Juan Vicente Herrera y su defensa del Diálogo Social, molestan los exabruptos del consejero Veganzones y frases como «políticas sanguijuelas» referidas a sindicatos y patronal. Las consejerías 'populares' tratan de tender la mano a los agentes sociales para rebajar el daño.

En septiembre, Paloma Vallejo había defendido a sus socios con una retahíla de cifras, de nuevo. «La economía de Castilla y León crece un 1,8 % por encima de la media de España y un 0,5 % del conjunto de la Comunidad Europea. Nuestro IPC ha pasado de un 7,3 % en dos mil veintiuno a un 1,9 % el pasado mes de agosto». Pero añadía a su discurso otro matiz de réplica, el del «y tú más», que también exhibió Ramiro Ruiz Medrano en noviembre de 2022. «Desde la bancada del Grupo Parlamentario Popular hemos escuchado a sus señorías dedicarnos alabanzas como «organización criminal». Ayer lo negaba el señor Tudanca; acudan al Diario de Sesiones, nos han llamado: «organización criminal», «fascistas», «sinvergüenzas», «pacto de la rapiña»... Señorías, si de verdad quieren respeto, solo estarán legitimados para solicitarlo cuando sean capaces de darlo», espetó Vallejo al PSOE. «También podría concluir esta intervención haciendo un recordatorio de todos los improperios que, con mayor o menor intensidad, se han volcado sobre el Partido Popular, seguro que usted lo recordará, señora Gómez Urbán, pero eso no nos conduciría a nada, sino que además estaría fuera del espíritu que quiere trasladar el Grupo Popular».

Raúl de la Hoz, en la primera de las pretendidas reprobaciones, optó por el utilitarismo como argumento. Debatir eso, en puridad, no sirve a los ciudadanos, vino a decir. «A nosotros nos importa seguir siendo útiles, intentando seguir siendo útiles a los ciudadanos de Castilla y León. Y la utilidad es evidente que no está, ni va a estar nunca, en debates estériles y pueriles como el que traen hoy aquí».

La cuestión es: ¿habrá nuevas reprobaciones? Y es seguro que sí. Es año electoral, hay urnas en Galicia, País Vasco, Europeas y a final de año empezará ya la precampaña catalana. La ruptura simbólica, antes de fin de año, a nivel nacional entre PP y Vox no es más que una muestra de lo que está en juego. Vox reunió a sus vicepresidentes autonómicos y consejeros el miércoles para comenzar la precampaña. «Cumplimos lo que decimos en el programa», presumió Ignacio Garriga. En lontananza aparece el proceso de renovación de sus cargos internos, en el que habrá que ver qué papel juegan esos altos cargos.

El PSOE, como grupo más fuerte en la oposición, seguirá intentando dinamitar el tándem de Gobierno. Y esperando que en una de esas reprobaciones el voto del PP de Castilla y León emule al voto del PP de Almeida. Y esa sería la señal de que algo se avecina.