Jean Dominique Senard, presidente de Renault, y Clotilde Delbos, CEO interina de la compañía, en la presentación del plan. RENAULT

La competitividad de Valladolid y Palencia refuerza su futuro en los planes de Renault

El plan de ajuste, que contempla recortes de producción y de cerca de 15.000 empleos, respeta la estructura de las plantas españolas

Viernes, 29 de mayo 2020

El plan de ajuste anunciado por el Grupo Renault, con el que pretende ahorrar 2.000 millones de euros en tres años y que contempla reducir su fuerza laboral en 14.600 personas en todo el mundo, mantiene intacta la programación del grupo en España, su capacidad de producción y el empleo. El fabricante recortará 10.000 puestos de trabajo fuera de Francia y rebajará su capacidad industrial mundial de los cuatro millones de vehículos producidos en 2019 hasta los 3,3 millones que prevé fabricar en 2024. No obstante, en cuanto a las fábricas españolas, la CEO de la empresa, Clotilde Delbos, aclaró que «no existe necesidad de reducir la capacidad de producción en España en estos momentos».

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Tras semanas de inquietud ante la posibilidad de que la reestructuración de la Alianza Renault Nissan Mitsubishi supusiera deslocalizaciones de producción y también después del anuncio del Gobierno francés de que los ocho millones de euros en ayudas al sector automovilístico conllevarán relocalizaciones de las actividades de electrificación de la compañía, desde Valladolid, Palencia y Sevilla vuelven a respirar tranquilas.

La factoría de Carrocería y Montaje vallisoletana, por el momento a un turno de trabajo, seguirá fabricando uno de los modelos de más éxito de la marca del rombo, el Captur, que de forma inminente tendrá en el mercado una versión híbrida enchufable, la primera del grupo francés, que saldrá también de las instalaciones de Valladolid. Asimismo, Palencia conserva el Kadjar y el Mégane, que también contará con motorización alternativa en una de sus versiones en breve. Desde el próximo martes, de hecho, recoge pedidos para este modelo E-Tech.

Grupo Renault en Castilla y León

  • Valladolid: 237.006 coches, todos Captur salvo 623 unidades del Twizy.

  • Palencia: 240.126 unidades, de los que 111.669 fueron Kadjar y 128.457, Mégane.

La buena noticia culmina una semana de incertidumbre pero que tampoco ha estado exenta de otros anuncios positivos, como el de que la factoría de Villamuriel de Cerrato recuperará el segundo turno y la plantilla volverá a trabajar al 100% a partir del próximo 8 de junio. Palencia regresó a la actividad a mitad de su capacidad el 29 de abril y la empresa anunciaba entonces que el otro turno se incorporaría dos semanas más adelante.

Motores de Valladolid, que trabaja ahora mismo al 50%, y la planta de cajas de cambio de Sevilla seguirán constituyendo sendos pilares del Grupo Renault, con una producción que trasciende a los modelos e, incluso, la marca. La mecánica que sale de Valladolid se vende a otros fabricantes como Daimler, con la que el Grupo Renault prevé intensificar su colaboración.

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Fuentes de la empresa automovilística destacaron la importancia de la alusión al «mantenimiento de la capacidad de producción» y no de la «producción actual», ya que ello supone una salvaguarda para la estructura de las plantas españolas que va más allá de la coyuntura actual. Desde Renault España incidieron en que la decisión debe servir para que todo el mundo –incluidas las Administraciones– entienda que «la competitividad es una carrera de fondo y que para ganarla es necesario un esfuerzo diario».

Reducción de empleo pactada

La empresa ha anunciado que acelerará la robotización de todas sus plantas y reducirá la diversidad de componentes como método de ahorro. También especifica que abordará un «estudio de la racionalización de la fabricación de cajas de velocidades a nivel mundial».

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Las dificultades por las que atraviesa toda la industria automovilística mundial debido a la crisis de la covid-19, a las que no es ajeno el Grupo Renault, así como las urgencias vinculadas a la transición ecológica son las razones que han empujado a la compañía a acelerar su transformación. Según sus previsiones, el proyecto del plan permitirá «fortalecer la resiliencia de la empresa al priorizar la generación de 'cash flow', mientras se mantiene al cliente en el centro de las prioridades». El plan está enfocado así a tener una compañía «más eficiente en sus actividades operacionales y con una gestión rigurosa de los recursos».

En su comparecencia ante la prensa, Delbos y el presidente del grupo, Jean Dominique Senard, manifestaron su disposición a hacer «los ajustes necesarios de efectivos para permitir un retorno a un crecimiento rentable y sostenible a través de un diálogo ejemplar con los interlocutores sociales y las autoridades locales». En este sentido, el ajuste de empleo se basará «en medidas de reconversión, movilidad interna y salidas voluntarias». Se extenderá durante tres años y afectará a casi 4.600 puestos de trabajo en Francia, a los que se sumarán más de 10.000 empleos en el resto del mundo.

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Marruecos y Rumanía

En cuanto a las especificidades del plan de ajuste, Renault explicó que concentrará el desarrollo de tecnologías estratégicas de alto valor añadido en los centros de ingeniería de Francia y optimizará el uso de centros de I + D fuera del país vecino. Además, acelerará la digitalización en los nuevos proyectos de ingeniería y revisará sus capacidades mundiales de producción con la consiguiente reducción de efectivos de producción.

En línea con la disminución de la demanda mundial y el exceso de oferta en algunos segmentos, el grupo anunció asimismo la suspensión de los planes para aumentar la capacidad prevista en las fábricas de Marruecos y Rumanía, recortará su producción en Rusia y «racionalizará» la fabricación de cajas de velocidades a nivel mundial.

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De igual manera, el proyecto de plan esbozado por la marca pretende «sentar las bases de un desarrollo a largo plazo del Grupo Renault», que concentrará en Francia las áreas de negocio estratégicas de futuro: vehículos eléctricos, vehículos comerciales, economía circular e innovación con alto valor añadido.

«En un contexto de incertidumbre y complejidad, este proyecto es vital para garantizar un rendimiento sólido y sostenible, con la satisfacción de nuestros clientes como prioridad –manifestó Clotilde Delbos, respopnsable interina de Renault–. Aprovechando nuestras numerosas fortalezas como el vehículo eléctrico, los recursos y las tecnologías del Grupo Renault y de la Alianza y reduciendo la complejidad del desarrollo y producción de nuestros vehículos, queremos generar economías de escala con el objetivo de restaurar nuestra rentabilidad global y asegurar nuestro desarrollo en Francia y a escala internacional».

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Esperando a Luca de Meo

Dentro de su complejo plan de reestructuración, el constructor prevé reducir sus costes de ingeniería en 800 millones de euros a través de «la optimización de los centros de I+D en el extranjero y de la subcontrata». Otros 700 millones saldrán de ahorros en gastos generales, márketing y otras funciones del grupo. Los 650 millones restantes vendrán de la «optimización de medios industriales». Un total de 2.150 millones de ahorros estructurales que para poner en marcha requerirán una inversión estimada de alrededor de 1.200 millones de euros.

En la rueda de prensa en la que Delbos y Jean Dominique Senard, presidente de la compañía, mantuvieron en la mañana del viernes salió varias veces a colación el nombre de Luca de Meo, el expresidente de Seat que asumirá el mando de Renault a partir del 1 de julio y que será el encargado de concretar y marcar la estrategia de futuro.

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