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El último Pleno del calendario de sesiones debería servir para aprobar los presupuestos de la comunidad, «que es la última de toda España» en hacerlo, según Luis Tudanca (PSOE), porque hasta «ahora, que tenemos el déficit y el techo de gasto, no se contaba con ... las herramientas para diseñarlo», según Raúl de la Hoz (PP). El caso es que las cuentas dejan paso a un Pleno más ordinario de lo habitual, un remedo de lo vivido en los últimos. Se augura ruido porque, de nuevo, habrá dos debates que ya se han vivido y que han resultado broncos en los pasados meses.
Por un lado, el PSOE vuelve a intentar que el PP repruebe a su socio. Al vicepresidente, Juan García-Gallardo, y al consejero de Industria y Empleo, Mariano Veganzones. Para el portavoz de Vox, Carlos Menéndez, el texto que pide la reprobación es «un texto basura». «El PSOE quiere retomar la enseñanza del Partido Nacionalsocialista alemán, que a través de su ministerio de propaganda tenía la máxima de que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad», abundó. No fue tan lejos Raúl de la Hoz (PP), aunque dejó claro que tampoco esta vez habrá reprobación. «El PSOE sigue esa estrategia que les mandan. Ayer presentaron la reprobación del vicepresidente de la Junta a la vez que la del vicepresidente de la Comunidad Valenciana», dijo. «Su estrategia es generar una cortina de humo para que no se hable de que Sánchez ha entregado el ayuntamiento de Pamplona a los terroristas o que negocia con un prófugo de la justicia».
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Por otro lado, el PP hurga en la herida del pacto de investidura de Pedro Sánchez. Esta vez, después de pedir que se mantenga la igualdad entre territorios en el último Pleno, lo hace a través de las cuentas de la Seguridad Social. «Otra de las amenazas que surgen como consecuencia de los malditos pactos entre el señor Sánchez y los separatistas, la ruptura de la caja única de la Seguridad Social. Exigimos la reafirmación de este parlamento en la necesidad de mantener ese principio de la caja única», defendió De la Hoz. La defensa del PSOE ya está más o menos definida. La enarboló Luis Tudanca. Al socialista le lanzaron las palabras de Óscar Puente en defensa del pacto con Bildu en Pamplona para que los separatistas conquisten la Alcaldía. «Ayer el portavoz del PP [Raúl de la Hoz] nos acusó de tener las manos manchadas de sangre. Pero Bildu se consideraba un partido democrático por el senador autonómico de esta comunidad, Javier Maroto, en 2011. Javier Maroto pactaba con ellos los presupuestos en Vitoria. Hacía un mes que se había disuelto ETA. Hoy hace doce años. No sé si desde 2019, cuando PP y Ciudadanos votaron a favor de Maroto como senador autonómico, tienen las manos manchadas de sangre», señalaba Tudanca. «Los partidos que no son democráticos, en este país, están ilegalizados por las leyes. Hace poco hubo una moción en el Senado en la que Vox pedía ilegalizar a Bildu y el PP votó en contra. Otra cosa es que te gusten más o menos los pactos», insistió.
Raúl de la Hoz incidió en el papel de Óscar Puente, ex alcalde de Valladolid y ministro de Transportes. «Son palabras lamentables», dijo respecto a la consideración de Puente de que Bildu es un «partido progresista» y, por tanto, no tiene «ningún problema» en que ocupe la Alcaldía de Pamplona. «Como castellano y leonés me parece triste que otro castellano y leonés con importantes responsabilidades políticas al frente del segundo partido de la comunidad -en alusión a Tudanca- crea que una organización terrorista convertida en partido político sea progresista y democrático. Militan personas condenadas por delitos de sangre por atentar contra compañeros del señor Tudanca», abundó De la Hoz.
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Y ya antes de esa crítica había abierto la veda Francisco Igea. Que empieza a atacar no solo a su ex socio, PP, y a Vox, sino también a un PSOE al que una nueva formación, El Jacobino, disputará votos por la izquierda en las próximas elecciones europeas. Y a la que Francisco Igea apadrina en Valladolid con la presentación del libro de su ideólogo Guillermo del Valle. «Siento sorpresa, repulsa y asombro por escuchar a nuestro anterior alcalde llamar progresista a Bildu. Si esto es progresista, habrá que concluir que es progresista quien pide que los territorios con más ingresos sean los que más tienen, o quienes han forzado con su acoso y señalamiento al exilio a miles de ciudadanos del País Vasco. Ese acoso que han sufrido infinidad de cargos públicos, también del PSOE; no ha sido solo por los asesinatos de la banda terrorista, sino por todo el entorno de Bildu. Y que eso se califique de progresista es una abominación», señaló.
Y esas cuestiones centrarán el debate en la última sesión plenaria del año. Porque las cuestiones legislativas se van a condensar en el mes de enero. Un mes que se habilitará de forma extraordinaria como periodo de sesiones. Porque hay tajo. Tramitación de los proyectos de ley sobre el juego y apuestas, de patrimonio cultural, de apoyo al proyecto de vida de personas con discapacidad, sobre el modelo de atención en los centros residenciales. Y la proposición de ley de blindaje de los servicios públicos y la modificación de la norma sobre el Servicio Público de Empleo de Castilla y León. Y a mayores de esta actividad legislativa intensa, la tramitación de los informes de fiscalización del Consejo de Cuentas de Castilla y León.
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