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Cada curso se pierden unos 6.000 'cerebros' privilegiados por los 'pasillos' de la falta de medios para atender las necesidades especiales de los alumnos ... de Castilla y León. El último Informe Nacional sobre la Educación de los Superdotados confirma que en el curso 2020-2021 (último disponible) se localizaron en la región 1.028 alumnos de alta capacidad (nivel intelectual por encima de 120) entre los algo más de 345.000 matriculados en la enseñanza obligatoria.
Es apenas un 0,30% del al menos 2% de estudiantes que, según los expertos, alcanzan esas capacidades. Y eso significa que, de los casi 7.000 que hay cada curso en las nueve provincias de la comunidad, el último curso quedaron 5.911 por diagnosticar, un 85% del total.
Este fracaso es de carácter acumulativo. A pesar de que cada año se mejoran un poco las cifras, el sistema educativo va encadenando año tras año. El 'Informe Nacional sobre la Educación de los Superdotados 2022 insiste en que «el 75% de los alumnos siguen sin identificar en nuestros país año tras año». También que «a este ritmo anual, tardaremos más de 40 años en identificar y educar como necesitan ese 2% de alumnos».
Los dígitos varían entre provincias, y oscilan entre el 0,43% de Zamora y el apenas 0,13% de Salamanca. Valladolid se sitúa en la media regional: 0,34%, es decir solo se capta a uno de cada siete por curso. En el resto de España, las cosas no están mucho mejor, aunque el porcentaje de detección roza ya el 0,50%. En todo caso, más de 125.000 escolares superdotados del país no reciben atención específica a sus capacidades.
Y eso que los planes de ayuda a este colectivo cumplen ahora dos décadas. El Ministerio de Educación incluyó en 2002 en las leyes educativas la necesidad de mejorar la Atención Especial.
Y la Consejería de Educación de la Junta contempla desde 2004 una orden para flexibilizar los niveles y etapas del sistema educativo (con incorporación a un curso superior si es necesario). Además y desde 2005 existe en la comunidad un Plan de Atención al Alumno con Superdotación Intelectual.
La literalidad del proyecto era loable. Sus objetivos eran lograr «el desarrollo armónico e integral» en función de sus posibilidades, aportarles «atención personalizada», además de una detección temprana». La falta de medios desde un principio dejó estos deseos en un casi silencio administrativo cuando había reclamaciones de las familias.
Los planes reales de intervención de la Consejería de Educación solo se desarrollan desde hace cinco cursos. Es el programa Detecta, que se aplica a los alumnos de Primero de Primaria desde el curso 2016-2017. En el año 2021-2022, último del que hay datos, se analizaron 12.775 niños de 404 centros de la región. «Si supera el 'corte' de 100 puntos, se le pasa otro cuestionario a la familia. Si sube a 125, intervienen los equipos de orientación», indica un evaluador de estos equipos.
Si se confirma esa alta capacidad, los centros ofrecen a estos niños alternativas como la aceleración del curso (subirle de nivel) o talleres de altas capacidades para el enriquecimiento curricular. Son clases extra escolares que se realizan los sábados y en las que han participado el pasado curso 580 estudiantes. La Junta intenta mejorar y ampliar estos programas para reducir el «30% de fracaso escolar» que sufren estos niños, reconocen las fuentes de la consejería.
«Tenemos un mayor índice de fracaso escolar por detectar una pérdida de talento que nos aleja de Europa», advierte la psicóloga Carmen Sanz Chacón, que lleva décadas detectando a estos 'cerebros' en su consulta.
De hecho, el informe PISA, del que 'tiran' en regiones como Castilla y León para presumir del buen aprovechamiento educativo general, dice que en España solo hay un 7% de alumnos en los niveles de excelencia en Matemáticas, tres puntos porcentuales menos que el promedio de los países de la OCDE y del resto de la Unión Europea.
Las quejas por la falta de atención pública que llegan al Procurador del Común han ido creciendo. Al menos siete familias se han dirigido en los últimos tiempos al defensor público para pedir su amparo. En la última, que afecta a una adolescente de 15 años, el Procurador le aconseja a la Junta cosas tan elementales como «información precisa, comprensible y continuada» a los padres, una «revisión del procedimiento de evaluación» y que Inspección «haga un seguimiento de la problemática de carácter emocional de la alumna».
La mayoría de estos consejos son aceptados por la propia Consejería de Educación. Pero, «sin medios y formación en el sistema docente», todo seguirá igual, vaticina la experta Carmen Sanz.
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