Juan García-Gallardo y Alfonso Fernández Mañueco se dieron un apretón de manos, sonrisa de oreja a oreja, mientras Jesús Julio Carnero buscaba su nuevo y efímero escaño de procurador. Su primer Pleno lejos de la bancada azul del Gobierno autonómico y de los pocos ... que le quedan como parlamentario, porque a partir del 17 de junio debería ocupar el de alcalde del Ayuntamiento de Valladolid. Para eso, no obstante, hará falta que PP y Vox lleguen a un acuerdo. Y él, que vivió de cerca la negociación de hace un año, ya sabe lo que eso significa. «Tenemos claro que ni regalos ni chantajes. Tendemos la mano al PP y veremos si es posible construir la alternativa en aquellos lugares que podamos gobernar juntos», lanzó García-Gallardo antes de entrar al hemiciclo.
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La negociación se lanzará desde Madrid. «Hemos dicho claramente que quien quisiera un gobierno en solitario del PP, que votara al PP». Lo que quiere decir que pedirán entrar en gobiernos autonómicos y locales. Y el Ayuntamiento de Valladolid es una de esas plazas muy golosas en términos municipales. La 13ª ciudad de España en población. La primera de la comunidad autónoma. «Vox es un partido nacional y con esa perspectiva la negociación será centralizada, con unas directrices claras desde el partido a nivel nacional», justificó el líder de Vox en Castilla y León.
Por si alguno sigue teniendo dudas: «El Gobierno de Castilla y León servirá de inspiración para unos posibles gobiernos en otros territorios». Y para matizar aún más la flexibilidad que está dispuesto a aportar Vox, le preguntaron si hay alguna posibilidad de que Óscar Puente y Daniel de la Rosa continúen como alcaldes de Valladolid y Burgos. Sería posible si Vox no apoyara a Jesús Julio Carnero y Cristina Ayala (PP) como alcaldables, porque en los ayuntamientos, si no hay una mayoría absoluta, gobierna la lista más votada. Y en ambas ciudades ha sido el PSOE. «Eso depende en gran medida del PP y esa pregunta quien la va a contestar mejor serán los candidatos del PP», respondió.
En el PP, mientras tanto, manejan algunas premisas favorables a sus intereses. Por ejemplo, que gobernarán con mayoría absoluta ocho de las nueve diputaciones provinciales, por lo que no habrá que incluir más instituciones en el juego negociador. También cuentan a favor con un factor imprevisto, la celebración de elecciones generales. Si Vox se muestra rígido en sus exigencias y decide boicotear la toma de posesión de las Alcaldías, podría provocar que gobernara el PSOE en Valladolid, por ejemplo. En ese caso, el 17 de junio, a un mes y seis días de las urnas generales, el partido de Santiago Abascal habría permitido que la izquierda reconquistara un bastión fundamental. Y eso, opinan en el PP, sería una andanada para la línea de flotación de Vox, que pasaría de verse como un partido útil a una formación sin cintura que antepone sus intereses a la posibilidad de «expulsar a la izquierda y sus políticas», como dijo Juan García-Gallardo.
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Lo que quedó claro en el Pleno de las Cortes de Castilla y León es que PP y Vox no solo están de celebración, sino que han comenzado la campaña de las generales. Especialmente Alfonso Fernández Mañueco. El presidente de la Junta hurgó de nuevo en el «sanchismo» y sus agravios en la respuesta a Luis Tudanca, pero incrementó su ataque cuando le tocó el turno de replicar a Ángel Ceña, de Soria ¡Ya!. Esta actitud se debe leer en clave preelectoral, aunque queden casi dos meses para las urnas. Soria ¡Ya!, Zamora Sí, Por Ávila y UPL se insinúan como rivales territoriales en provincias en las que hay pocos escaños en juego. En León se reparten 4. En Ávila y Zamora, 3. Y en Soria, 2. Lo habitual, hasta la irrupción de Podemos y Ciudadanos y posteriormente de Vox, era un 2-1 para el PP, un 1-1 en Soria… Una fuerza territorial como Por Ávila, nutrida de voto del PP, puede hacer daño, por ejemplo. Igual en Soria, donde los de Ceña fueron mayoritarios en las autonómicas. Y Alberto Núñez Feijóo se jugará la posibilidad de gobernar en un puñado de escaños. «Ustedes no aportan nada, se han escondido en las elecciones municipales», le atizó a Soria ¡Ya!, que decidió que su estrategia se limitaría a presentarse a las urnas autonómicas y generales, y renunció a las municipales. «Ustedes saldrán corriendo los primeros a ponerse las medallas, pero eso ya no cuela, han dejado tirados a los sorianos», insistió.
La segunda parte de la estrategia política consiste en rebañar los votos de Ciudadanos, que no se presentará a las generales. Y para Mañueco eso incluye además un punto de vendetta sobre su ex vicepresidente, Francisco Igea. «Creo que el domingo por la noche pasó usted un mal día. Analice usted su responsabilidad en la caída de resultados de su partido. Siempre habla de la unidad y tiene razón: tenía 12 procuradores y solo tiene 1, tenía 28 concejales en capitales de provincia y tiene 1», le tiró. «Leo una noticia de El País: Igea ha pedido disolver el partido y que los dirigentes de Ciudadanos asuman responsabilidades y dimitan. Aquí tiene que dimitir todo el mundo menos usted».
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Francisco Igea había convocado a la prensa antes del Pleno. Mostró su desacuerdo con la dirección de Ciudadanos, que decidió no presentarse a las elecciones del 23J. Apuntó que seguirá en las Cortes hasta 2026, momento en el que, si no cambia la tendencia, será el epílogo parlamentario de Ciudadanos, porque antes de ese momento se someterán a votación los naranjas que quedan en los parlamentos vasco y catalán. «No somos un partido viable, no somos vistos como una alternativa. Comparto esa visión de la dirección, pero no la salida. Un partido, o se presenta a las elecciones o se disuelve. Lo que no puede hacer es hibernar», señalaba Igea.
El procurador naranja explicó que está dispuesto a aglutinar en una plataforma, con o sin Ciudadanos, a todos aquellos que la formación ha acabado por expulsar. Una plataforma que podría intentar seguir en política en Castilla y León. «Hay que intentar construir desde el centro, a izquierda y derecha, una alternativa histórica que nosotros frustramos en Castilla y León por una mala decisión», señalaba. «Una de las propuestas que he hecho ha sido construir una plataforma en la que sumemos y estemos por lo menos los mismos candidatos de fuera y de dentro, porque eso es lo que la gente entiende como renovación».
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