Mañueco cumple un año de presidente con Vox reivindicándose como «moderado»

Fernández Mañueco defendió que es «un moderado» y que su Gobierno con Vox es «moderado». Lo hizo después de que el socialista Luis Tudanca le instara a pedir disculpas por «la peineta» del pleno anterior. «Se avergüenzan de usted hasta en su propio partido. Ni en el PP creen que usted sea un moderado... ¿Es moderado el protocolo antiaborto que trataron de poner en marcha para coaccionar a las mujeres? ¿Es moderado cargarse el Diálogo Social? ¿Es moderado insultar a las mujeres con discapacidad? ¿Es moderado negar la violencia de género? ¿Es moderado tratar de declarar bien de interés cultural los monumentos de homenaje a la dictadura franquista?... Todo eso lo hace su Gobierno», censuró el secretario autonómico del PSOE desde su escaño. «Usted no es un moderado, usted lidera el Gobierno de la peineta», zanjó Tudanca.

Una argumentación que el popular intentó contrarrestar enumerando lo que son «políticas moderadas». Alfonso Fernández Mañueco recordó que ha pactado con los sindicatos la jornada semanal de 35 horas para los más de 92.000 empleados de la Junta. «En este año de Gobierno de coalición: cheque bebé, educación infantil gratuita, más apoyo a las empresas y al campo, más regadíos, más empleos, menos tasas y más becas, más ambulancias y menos listas de espera en el ámbito sanitario. bajar impuestos, ahorrar a los castellanos y leoneses en la Declaración de la Renta de ahora mismo, 120 millones de euros, yo creo que eso es importante», citó el presidente de la Junta en un debate que fraguó un intercambio mutuo de reproches entre él y el jefe de la bancada opositora sobre falta de moderación y radicalismo. Lo primero siempre propio, lo segundo, del otro.

Si Tudanca lanzó a Mañueco que en el PP se «avergüenzan» de él y de su alianza con Vox, el popular replicó con los «insultos» de los ministros a la comunidad, el abono a la «sobreactuación» de los socialistas y el uso «partidista» de los incendios para arremeter contra el Gobierno de coalición. Eso es «radicalismo del malo», en palabras de Mañueco, que aprovechó el aniversario de las elecciones autonómicas y que nos encontramos en las puertas de unas municipales para restregar a Tudanca el escrutinio por el que es presidente de la Junta. «Yo no sé si estoy aquí mereciéndomelo o no, eso es lo que han dicho las personas de Castilla y León. Desde luego, usted sí se merece estar donde está. Eso lo han dicho también las personas de Castilla y León», zanjó Mañueco.

Al presidente le quedaban otras dos preguntas de control. Una de Ángel Ceña, de Soria ¡YA!, y otra del que fuera su vicepresidente, Francisco Igea. El primero le preguntó si los anuncios de desembarco de empresas en Soria son «humo electoral» en polígonos sembrados de «cardos». Mañueco le tildó de pesimista. «Su pesimismo no sirve de nada. El pesimismo no crea empresas ni crea empleo», replicó el dirigente del PP, al que Ceña había recordado que son los anuncios que no se sustancian la 'gasolina' que mueve a Soria ¡Ya! El soriano tiró también de escrutinio, recordando a Mañueco que con él como presidente autonómico «el PP obtuvo en Soria el peor resultado de su historia».

Francisco Igea advirtió de que el año de coalición del PP y Vox hay que interpretarlo como una «señal de advertencia para este país». Enfocó el único superviviente de Cs en las Cortes de Castilla y León a las municipales, autonómicas en otras comunidades y a las generales que se avecinan. Y Pablo Fernández, de Unidas Podemos, lamentó la «cochiquera» en que, a su juicio, la alianza de PP y Vox, ha convertido el hemiciclo autonómico.

Antes, el vicepresidente, horas después de haber animado a estudiantes a que practiquen el escepticismo preguntándose si el CO2 es contaminante o no, defendió en el hemiciclo que el «fanatismo climático es enemigo del desarrollo económico» y que el único objetivo de la oposición es «desprestigiar» a la coalición: «Ustedes espantan empresas», subrayó el dirigente de Vox, en un pleno en el Juan García-Gallardo dejó las explicaciones sobre el fallido concierto solidario por el incendio de La Culebra al consejero Santonja, que pese a todo, consideró «muy positivo» para Zamora el efecto de ese 'concierto interruptus'.