Francisco Igea, exvicepresidente de la Junta
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Francisco Igea, exvicepresidente de la Junta
«Había 'koldos' a patadas, pero en Castilla y León hubo mucha generosidad de las empresas»Castilla y León no compró mascarillas a Koldo García, el asesor del ex ministro José Luis Ábalos, durante la pandemia. Dice el investigado que ofreció sus servicios a varias comunidades autónomas, entre ellas esta, entonces gobernada por Alfonso Fernández Mañueco (PP) y su ... vicepresidente, Francisco Igea (Ciudadanos). Con la Consejería de Sanidad en manos del socio naranja, con la doctora Verónica Casado al frente. Y dice Igea, hoy ya sin cargo y hasta sin partido -tras ser excluido de Ciudadanos- que probablemente llegara el mensaje de Koldo. Y que su destino fue el de todos: directo al buzón de correo del entonces secretario general de Sanidad, Israel Diego.
«Había ofrecimientos de todos los colores, aspectos y olores, y lo canalizábamos directamente al secretario general de la Consejería de Sanidad, Israel Diego, que hizo un espectacular trabajo aquellos días», recuerda Igea. «Esos ofrecimientos se canalizaban a través del secretario y él y el equipo técnico de la Consejería miraban las especificaciones y las ofertas de precio y en función de eso se decidía. Intentamos comprar siempre en el precio en el que estaba en cada momento el mercado», asegura.
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Y el Koldo-mercado no siguió adelante. Porque, en todo caso, no debía cumplir con los estándares necesarios. Que eran básicamente dos: que reunieran los requisitos técnicos y que el precio no fuera un disparate. Que lo era en todos los casos, por otro lado.
El Norte de Castilla. 15 de marzo de 2020. «La Junta lanza un llamamiento a entregar material a los hospitales y la sociedad responde / Mañueco insistió a Sánchez sobre el envío de equipos de protección e Igea trasladó una petición pública ante la «delicada» situación.
«Nos llegaron decenas o centenares de ofrecimientos, sobre todo después de que hicimos el llamamiento público a que la gente que tuviera equipos de protección los donase», rememora Francisco Igea. Marzo había comenzado con reuniones urgentes, los primeros contagios en Castilla y León y anulaciones de reservas para Semana Santa (se habían quedado en un 30%, pero aún se confiaba en que saliera adelante). En dos semanas, todo se aceleró. El día 14, el Gobierno había decretado el estado de alarma y se confinó a la población. Al día siguiente, Igea llamaba a las empresas que tuvieran material a cedérselo a la Junta para proteger a los sanitarios. «Ese llamamiento nos permitió repartir, hasta el día 24, más de 300.000 mascarillas en una semana. Pero sobre todo provocó que mucha gente se dedicara a llamarnos para hacernos ofrecimientos, de toda clase y condición». Esa fue, considera el político, la diferencia clave con otros territorios. «Había 'koldos' a patadas. Había mucha gente forrándose. Pero aquí en la comunidad hubo muchísima generosidad. Guardo aún los nombres de las empresas que nos proporcionaron material y esa generosidad nos permitió liberar millones de equipos de protección a coste cero. Mientras por ahí había gente forrándose, aquí había gente siendo generosa».
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El Norte de Castilla. 16 de marzo. La Junta elimina trámites previos para agilizar compras y aprobar medidas / Mañueco reitera a Sánchez la petición de medidas más rigurosas de confinamiento y de limitación de transporte de personas.
La picaresca creció en el momento en que fue necesario conseguir material a cualquier precio lo antes posible. Incluidos los 'robos' de aviones a pie de pista entre países de la propia Unión Europea. Las empresas chinas y otros proveedores eran claros: el dinero por delante. Castilla y León, como otros gobiernos, eliminó la intervención previa. «Una de las primeras medidas que se tomaron en el Consejo de Gobierno fue levantar la intervención previa porque si no poníamos dinero por delante no se conseguía el material», explica Igea. «La primera oferta sí recuerdo que la comentábamos con el Gobierno, con Carlos Fernández Carriedo, porque las condiciones eran leoninas. Pero es que las circunstancias eran desesperadas y el objetivo primordial era salvar el mayor número posible de vidas. Al final, cuando se ha publicado lo que se pagó entonces, se ha comprobado que la Consejería de Sanidad siempre estuvo en los precios más bajos. En la parte baja de la tabla de precios. Pero la realidad es que aquello era una situación desesperada con un mercado anormal».
Francisco Igea
El Norte de Castilla. 21 de marzo. La llegada de un avión con material sanitario aliviará los apuros de hospitales y residencias / Se trata de un suministro que la Junta logró contratar por su cuenta antes de que se centralizaran las compras a través del Ministerio.
Castilla y León se saltó el papel del Gobierno, que había decidido en primera instancia centralizar las compras. «Nosotros dimos orden de compra el 13 ó 14 de marzo, cuando vemos que la compra centralizada no va, y nos la autorizan oficialmente el 17. Es cuando tenemos el primer correo del Gobierno autorizándolo. Nosotros habíamos dado orden de compra incluso sin el permiso. Comprad y luego ya hablaremos. Por eso lo conseguimos antes que otros», explica Igea.
«Fuimos de los primeros, si no los primeros, en traer un avión a Zaragoza. Y eso que perdimos uno prácticamente en la pista», cuenta. Y recuerda situaciones tan surrealistas como esta: «Nosotros conseguimos un piloto de una aerolínea china que era zamorano y gracias a él logramos traer material, porque aquí no había aviones, la flota española de Iberia fue a tierra. Era bastante de locos conseguir aviones. Que una administración autonómica tuviese que conseguir aviones… Se hicieron cosas que no se habían hecho nunca».
Y mientras tanto llegaban ofertas de cualquier sitio. «Uno que tenía un amigo no sé dónde, otro en otro lado… Pero por todo el globo, no solo en China. Nosotros no desechábamos nada de inicio, pero sí se hacía una comprobación de qué material, qué fabricante y qué especificaciones cumplía. Y ahí se quedaba mucha gente, porque claro, para estafar a una Consejería de Sanidad tienes que saber cuáles son las especificaciones técnicas y tal y mucha gente de la que venía a dar el hachazo del siglo se cayó». Lo que no evitó que a veces se dieran problemas con lotes que incumplían los requisitos, admite. Ese «mercado salvaje» duró en torno «a dos meses o dos meses y medio», calcula. «Mucha gente ganó mucho dinero con esto y tienen todo mi desprecio».
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