Los cerca de 347.000 alumnos de Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato y FP en Castilla y León pueden ir preparando mochila, estuche, libros de texto y mascarilla para regresar al cole porque los planes de la Consejería de Educación fijan que los centros educativos reabrirán sus puertas a principios de septiembre para afrontar el inicio del curso con educación presencial. En todos los centros. Con todos los niños y jóvenes en clase (aunque con un número de personas más reducido en cada una de ellas). Y en todos los niveles. Desde Infantil hasta segundo de Bachillerato.
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La Junta no contempla, de entrada –«mientras la situación epidemiológica se mantenga tal y como está ahora»–, que haya que recurrir a la educación a distancia. O semipresencial a partir de tercero de Secundaria, como han planteado otras comunidades. En Castilla y León, el regreso a las aulas será presencial. Para todos. Aunque todavía no esté muy claro cómo se actuará si hay un caso de covid en el centro.
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La consejera de Educación, Rocío Lucas, reconoció este miércoles (cuando apenas faltan tres semanas para el inicio del curso, cuando dentro de tan solo doce días los docentes volverán a sus centros) que la Junta no dispone aún de un «documento definitivo» que determine cómo se actuará en el caso de que haya un alumno con coronavirus en un colegio e instituto.
¿Se aislará a toda la clase? ¿A todo el centro? La administración regional –que tiene entre sus labores de gestión la competencia educativa– está a la espera de una reunión (todavía sin fecha) entre los ministerios de Sanidad y Educación, con responsables de las autonomías, para que se elabore ese protocolo común, a partir de un «borrador» del Ministerio de Sanidad que ahora «está en estudio».
«Todavía no tenemos el documento definitivo de análisis ni postura común entre todas las comunidades», aseguró Lucas, quien recordó que desde Castilla y León se ha solicitado que haya un «documento común» que fije los criterios que han de adoptar «todas las comunidades» para actuar «de forma similar ante un caso de covid en los colegios». Y esas directrices ni están aún elaboradas ni hay fecha concreta para que las administraciones las pongan en común. A día 20 de agosto. Con el regreso al cole a la vuelta de la esquina.
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«Comprendo la incertidumbre, por supuesto, de las familias ante una situación de pandemia que no solo afecta a la educación, sino a todos los sectores. El ámbito sanitario es el que está determinando los aislamientos y será ese ámbito puramente sanitario, que no depende de los responsables de educación, el que determine a quién se tiene que aislar y a quién no».
Coronavirus en Castilla y León
De momento, el documento genérico de vuelta a las aulas (que los 1.300 centros de Castilla y León han tenido que adaptar a sus características) fija tres ideas generales. La primera es un llamamiento a las familias para que no acudan a clase los alumnos con síntomas (o que hayan estado en contacto, por ejemplo en casa, con familiares con sospecha de coronavirus). La segunda es que si el estudiante manifiesta esos síntomas mientras está en el colegio, en horario lectivo, deberá ser aislado en una sala covid que cada centro tendrá que reservar exclusivamente para estos casos. Tiene que ser un espacio con ventilación (y una papelera de pedal con bolsa para arrojar mascarillas, pañuelos...) en el que permanecerá el niño hasta que la familia acuda a recogerlo (con comunicación inmediata al centro de salud). La tercera, que se pondrá en cuarentena a la clase de ese niño con coronavirus.
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Pero, a partir de ahí, poco más se ha concretado, a la espera de ese «protocolo común». ¿Esa clase deja inmediatamente de ir al colegio? ¿Afecta solo a sus compañeros de aula o a todo el centro? ¿El confinamiento se da desde el momento en el que se sospeche que hay un caso o cuando se certifique el positivo?¿Qué ocurre si una zona presenta altos niveles de coronavirus, a partir de qué nivel de contagios se suspenden las clases?
«Salud Pública dijo en su momento que se aislaría el grupo [a la clase concreta donde se detectara el positivo], como en cualquier rebrote en otros ámbitos», comentó ayer Lucas. «Lo importante es tener bien identificados a esos grupos reducidos para permitir el aislamiento y la trazabilidad». Por eso, asegura la consejera de Educación, el protocolo ya cerrado es el que afecta a la organización educativa, a la planificación de clases y la adaptación de los centros. Con aulas en las que hay un menor número de alumnos. Con habitaciones exclusivas para evitar el contacto entre grupos. Con limpieza «exhaustiva». Con la obligación de llevar mascarilla (desde los 7 años) si no se garantiza la distancia de metro y medio.
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Coronavirus y educación
Lucas reconoció que «no hay un plan B como tal» ya que, desde el primer momento, se trabaja con la posibilidad de que haya brotes que obliguen a cerrar clases y colegios. «Tenemos prevista toda la digitalización de los centros para estas situaciones. Durante la pandemia, 10.000 profesores se formaron en materia digital y en julio han sido 7.000. La alternativa es que sigan la educación desde sus casas. No habrá aislamiento educativo. Será un aislamiento físico del espacio en el que se producen estas circunstancias», dijo la consejera.
Estas son algunas de las medidas adoptadas ante la vuelta al cole en Castilla y León
Clases con menos alumnos. Educación ha rebajado la ratio con el número máximo de estudiantes que puede haber en cada clase. En Infantil y Primaria serán, como máximo, 22 (antes eran 25). En Secundaria y Bachillerato no podrán superar los 25 (antes estaban entre 30 y 35). Entre las últimas recomendaciones a la población por parte del Gobierno y de las comunidades está que no haya reuniones con más de diez personas.
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Más aulas. Si se reducen las ratios, habrá cursos en los que habrá que desdoblar clases. Para eso, los centros tienen que habilitar más aulas para albergar a esos nuevos grupos. En la mayoría de los casos, se ocuparán los espacios reservados a biblioteca, aulas de música, de plástica o tecnología. Cada colegio e instituto ha tenido que preparar un plan específico que esta semana y la próxima tendrá que aprobar la consejería. Hay casos («en un porcentaje muy bajo») que presentan problemas de espacio. Educación los analizará «y propondrá alternativas, que se consensuarán con los equipos directivos y los sindicatos». Entre esas soluciones, podrían estar turnos para el uso de las aulas (mañana y tarde), pero no se contempla la educación no presencial. Este verano se han hecho obras en 251 centros educativos (por 8,2 millones)y muchas de ellas han servido para adaptar espacios. Los portales web de cada centro publicarán entre esta semana y la próxima las medidas adoptadas en cada uno (desdobles, horarios de accesos escalonados....).
Más profesores. Al haber más grupos, serán necesarios más profesores. Este curso se contratarán 600 docentes más para la educación pública y 200 en los colegios concertados para asumir ese incremento de clases. Las vacantes se publicaron el 31 de julio y desde el 1 de agosto se trabaja en los procesos de adjudicación de plazas.
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Pruebas a todos los docentes. La Junta asegura que habrá pruebas PCR para todos los docentes que lo soliciten antes de que empiece el curso, tanto en la pública como en la concertada (en este caso, estos centros deberán hacerlas a través de sus servicios de prevención).
Más limpieza y desinfección. Entre las exigencias está el incremento de los servicios de limpieza. La Junta inyectará 600.000 euros cada trimestre a los ayuntamientos para la desinfección de colegios (los institutos dependen directamente de la administración regional). El protocolo establece al menos tres desinfecciones diarias de los baños. Aunque se recomienda que cada grupo esté en su aula y no haya espacios compartidos, si hay una habitación por la que pasan varios grupos (por ejemplo, una sala de música), deberá desinfectarse después de cada uso. La consejera afirmó ayer que, por eso, tendrá que haber personal de limpieza en el centro escolar durante toda la jornada lectiva.
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Mejor trazabilidad. La premisa fundamental es que cada grupo utilice solo un aula (y que no haya alumnos de otras clases que accedan a ella). De este modo, si hay un caso positivo, entiende la Junta, será más sencillo hacer seguimiento de los posibles casos y, si fuera necesario, poner en cuarentena a esa clase sin que tenga que afectar a todo el centro.
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