Servisio de Urgencias y triaje del hospital clínico de Valladolid. Gabriel Villamil

La hospitalización en la región ajena al covid desciende en 32.229 pacientes en seis meses

La limitación asistencial durante la pandemia baja los ingresos por procesos no respiratorios entre el 10% y el 51% y los debidos al cáncer el 15%

Ana Santiago

Valladolid

Domingo, 1 de noviembre 2020, 08:06

Junto a la contención de la transmisión, el diagnostico y el tratamiento y, para ello la necesidad de evitar el colapso hospitalario, la otra gran preocupación asistencial, sobre todo en esta segunda ola, es la de evitar que la pandemia repercuta negativamente en ... la calidad y tiempo de vida de otros pacientes. La primera fase ya lo hizo.

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La Consejería de Sanidad es consciente de ello aunque reconoce que «aún no es posible valorar la repercusión de la disminución de hospitalización sobre la mortalidad; ya que no se dispone de datos oficiales del INE donde se recoge el principal motivo de fallecimiento». Lo que sí ha evaluado Sacyl y registrado es la disminución generalizada de los procesos hospitalarios por diagnósticos no relacionados con el coronavirus. Así, un análisis de más de 25 grupos de enfermedades mayores revela que, en el primer semestre del año, los ingresos por estas causas han bajado en 32.229 pacientes. Es este un cálculo diferencial entre los 109.380 ingresos del primer semestre de 2019 y los 77.161 del mismo tiempo de este 2020 (casi un 30% menos), que solo deja fuera los procesos respiratorios –que aumentan el 11,8% desde los 17.746 a los 19.839 pacientes– para conocer la influencia real en otras patologías ajenas a la pandemia. Su inclusión arrojaría aun así un descenso en 30.136 ingresos.

Sanidad compara las hospitalizaciones de medio año que hubo en 2019 con las de 2020. La distancia no solo es enorme sino que, en realidad en enero y febrero, la actividad del presente ejercicio se mantuvo normal con lo cual la comparativa incluso favorece los datos y, aún así, la caída es exponencial. La única categoría que aumenta es la de enfermedades y trastornos del aparato respiratorio, ese citado 11,8%, que, lógicamente, está relacionada con el covid directamente y los casos sospechosos. Aún así, considerando aisladamente las hospitalizaciones por EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), los ingresados descendieron el 21,59% hasta los 3.683 enfermos atendidos antes del verano.

Cada médico de Familia urbano atiende ahora una media de 42 consultas diarias, ocho más que hace un año

La actividad general de Atención Primaria, desarrollada por médicos de Familia, pediatras y enfermeros se ha visto sustancialmente modificada por la pandemia. En la primera ola, su labor sufrió un frenazo por el confinamiento y la atención de la patología relacionada con la covid. Después les llegó la recuperación de la actividad congelada, que se tradujo en un «un aumento notable del trabajo con respecto a la registrada en periodos comparables del año 2019». La recuperación de consultas atrasadas y el rastreo elevó considerablemente la presión asistencial.

Comparando la actividad registrada en las últimas semanas de los años 2019 y 2020, el informe de la Consejería de Sanidad detecta que «en el mes de agosto hay un incremento medio de un 13% en las consultas de los médicos de Familia, cifra que ha sido de un 19% en el mes de septiembre». El incremento en el medio urbano fue superior, del 25%; lo que ha supuesto pasar de 34 consultas diarias de media por médico a 42,5.

Los pediatras aún han visto más disparada la demanda. El aumento de trabajo para estos profesionales respecto al año pasado fue del 58%, similar en ambos medios, urbano y rural. estos especialistas han visto que su veintena de niños diarios en consulta ha superado las 31 citas.

La actividad registrada en enfermería sufrió un incremento del 7% medio pero en las ciudades ha alcanzado un aumento del 13%, pasando de algo más de 15 consultas a casi 18 diarias por profesional. A esta actividad directa, «hay que sumar tanto los procedimientos como la actividad centralizada en cada equipo de Atención Primaria de extracciones y procedimientos de laboratorio».

Reconoce Sacyl que «la sobrecarga asistencial que está suponiendo esta actividad, ejerce una gran presión sobre unos profesionales que, además de estar atendiendo a un proceso clínico nuevo, cargado de gran incertidumbre clínica, soportan la adaptación a nuevas formas de desarrollar su tarea habitual como la teleconsulta».

El decrecimiento de los ingresos es extraordinario y se mueve desde un descenso del 10% al 51,5% de las patologías oculares. Solo la asistencia de la enfermedad de neonatos baja menos; pero aún así cae el 5,7%, a los 1.534 casos en toda la comunidad.

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Un informe interno de la Consejería de Sanidad, documentado con el objetivo de solicitar medidas al juzgado, analiza al detalle siete patologías especialmente relevantes por su gravedad. Así, además de la citada EPOC, los ingresos por ictus se ven claramente afectados: las hemorragias cerebrales bajan el 10,77% hasta los 530 y el 14,82%, los infartos hasta los 1.667. Pero no son los más perjudicados por el acaparamiento asistencial de la covid, son los problemas del corazón los que más se precipitan. La cardiopatía isquémica aguda bajó el 21,32%; la crónica, el 33,97% y las insuficiencias cardiacas, el 24,31%.

El dato

  • 97.000 pacientes fueron ingresados hasta junio de este año en los hospitales de la comunidad frente a los 127.136 de 2019 , es decir, 30.136 menos y ello pese a incluir la covid.

  • 21,59% enfermos menos ingresan los hospitales por EPOC y 40,9% en Ginecología.

Y junto a estas causas especialmente graves de ingreso se suman las neoplasias. La hospitalización por cáncer descendió de forma global el 15,06% y mientras en 2019 se habían atendido 7.736 procesos oncológicos que requirieron estancia hospitalaria, este año hasta junio solo fueron 6.571. El único con evolución al alza es el de cuello de útero que crece el 29,69%. Los ingresos por tumores de vejiga, estómago y colon caen por encima del 23,4%.

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Sanidad advierte que aún no es posible valorar la repercusión en la mortalidad por otros procesos

La Consejería de Sanidad indica que «esta disminución generalizada de los procesos genera una gran incertidumbre respecto a sus motivos». Fuentes asistenciales consultadas indican al respecto que «la cuestión es que, en teoría, no se ha dejado de atenderse el resto de las enfermedades y cirugías no demorables»; pero «es evidente que el propio paciente ha retrasado sus consultas y, sobre todo, que se han pospuesto pruebas de diagnóstico que hubieran derivado en intervenciones quirúrgicas o tratamientos con ingreso».

Sacyl admite quelas interrupciones asistenciales de la primera ola afectarán a los años de vida perdidos

El informe de la Junta, dado que no es un trabajo de investigación epidemiológica ni clínica, no entra a valorar claramente las causas; aunque sí indica que la situación no resulta aceptable. La propia consejera de Sanidad, Verónica Casado, ha manifestado reiteradamente su preocupación por la posible desatención de patologías no covid y sus nefastas consecuencias.

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Los contagios confirmados entre los 20 y los 29 años aumentan un 4% en la segunda ola

s más jóvenes o, al menos se constatan más. Una comparación con los datos tanto del periodo hasta el confinamiento en marzo, como durante dicho aislamiento y hasta junio y los s datos de esta nueva ola confirman que, entre los 20 y los 29 años, hay un aumento en cuatro puntos del número de afectados y ahora dicho tramo de edad acapara el 12,7% de los casos, sobre una media de la primera etapa del 9,2%. También crece desde los 10 hasta la mayoría de edad y pasan de suponer el 8,2% al 11,7%. En todos los análisis, la edad con mayor afectación es a partir de los 50 y concretamente hasta los 60; pero los años de personas contagiadas sí han registrado un progresivo descenso. También ha cambiado un poco el perfil, los primeros datos señalaban más casos masculinos y ahora es la mujer a la que más afectan la enfermedad. Ahora los casos son más frecuentes en el grupo de edad de 50 a 59 años (15,3%) y los mayores de 60 años suponen el 29%.

En esta nueva etapa presentaron síntomas el 43,5% y precisaron ingreso el 8,4% de los afectados.

En toda España, el 51,6% han tenido una manifestaciones clínicas de la enfermedad. El informe de la Junta recoge también datos nacionales y constata que la mayor proporción de casos de covid se producen en el grupo de 15 a 59 años (68% del total), siendo el grupo de 15 a 29 años el más representado, con un 22% de los casos. Un 5,4% de los afectados han sido hospitalizados, un 0,4% han sido admitidos en UCI y un 0,8% fallecieron. El porcentaje de hospitalizaciones y defunciones con coronavirus aumenta con la edad, alcanzando un 26,9% y 9,5% en mayores de 79 años, respectivamente.

No obstante, este informe recoge que, en la primera ola, «se reorganizó e interrumpió la actividad quirúrgica programada, consultas, pruebas diagnósticas y otra actividad ordinaria» y que «esta situación no puede repetirse; ya que, como responsables de la planificación y gestión sanitaria, debemos minimizar esas interrupciones que, de mantenerse durante un tiempo prolongado, repercutirán en los años potenciales de vida perdidos, que son un indicador de salud utilizado para el estudio de la mortalidad prematura. Su aplicación –añade– da lugar a una ordenación de las distintas causas de muerte que puede ser muy diferente de la que se obtiene con las tasas de mortalidad». Sacyl destaca además que «los años de vida ajustados a la calidad, son un indicador combinado del estado de la salud que aúna cantidad y calidad de vida. Este indicador se utiliza a nivel internacional en evaluaciones económicas en el entorno de la salud para valorar el análisis coste-utilidad y la rentabilidad de las intervenciones sanitarias efectuadas».

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