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El freno de la transmisión del virus, ahora en descenso muy ralentizado, ha permitido ya a los hospitales públicos recuperar en gran medida la normalidad de la actividad sanitaria en pruebas de diagnóstico y, sobre todo, en consultas y cirugías.
Los hospitales ya están con ... el 73,21% de sus 177 quirófanos programados y funcionantes y ya solo el Río Hortega de Valladolid ha mantenido esta última semana –previsiblemente ya cierre del todo el envío de pacientes fuera– derivaciones a los centros privados, según fuentes sanitarias consultadas.
Las consultas han recuperado aún más actividad y ya trabajan al 98,18% de su capacidad.
Actualmente, la covid supone el 49% de la ocupación de las UCI –el 100% en Soria y el 60% en Burgos–, con 161 personas ingresadas en cuidados críticos. Es aún un número muy alto. El pico de este año, con 328 ingresos en estas unidades, se registró el pasado día 4 de febrero. Y hasta 346 ingresos en UCI hubo el 6 de abril, la cifra más alta de toda la pandemia. Pese a la tregua actual, las camas habituales de vigilancia intensiva están al 98% y las extendidas al 63%.
La Junta ha querido mantener, en la segunda etapa de la pandemia y sobre todo en la tercera, la atención del resto de patologías e intervenciones quirúrgicas para evitar retrasos asistenciales en procesos tales como el cáncer en los que, cualquier retraso, puede poner en peligro la vida o la calidad de la misma. Para evitar que la atención al covid se traduzca en un gran deterioro de la salud por otras afecciones, la Consejería de Sanidad ha derivado en esta tercera ola todavía más cirugías que en las anteriores a la privada. Básicamente todas las operaciones urgentes o no demorables.
Los hospitales privados han realizado, desde el pasado día 25 de enero, un total de 641 intervenciones quirúrgicas de pacientes de Sacyl. En la primera ola, cuando fueron intervenidos los centros privados, y quedaron a disposición prácticamente completa de Sacyl, solo llegaron a operar a 299 pacientes. Una actividad, por cierto, todavía pendiente de pago por parte de la Junta –al igual que la compensación por lucro cesante– casi un año después.
El Grupo Recoletas es el que más operaciones ha realizado para la pública en Valladolid este año, con 391 en concreto. En el Hospital Campo Grande se han hecho 190 operaciones y, en Recoletas Felipe II, otras 201 cirugías. Esta compañía sanitaria ha atendido sobre todo Oncología, Cirugía General, Urología, Ginecología, Otorrinolaringología, Dermatología, Plástica, Maxilofacial y Neurocirugía.
Recoletas ha trabajado con pacientes de Sacyl con unos cinco quirófanos diarios de sus dos hospitales, además de otros dos de su Instituto Oftalmológico IOR.
Asimismo el Sanatorio Sagrado Corazón asumió intervenciones de Traumatología del Clínico y del Río Hortega y, de este último, también de Cirugía General, con un total de 250 operaciones.
La segunda ola ha sido finalmente la que menos covid tuvo que atender en detrimento del resto de actividad; pero, aún así, la mayoría de los hospitales necesitaron cerrar más de la mitad de sus quirófanos por falta de espacio en Cuidados Críticos para atender a los pacientes de cirugía que se derivarían de ellos.
Los de Valladolid se vieron especialmente afectados por estas limitaciones, sobre todo el Río Hortega, que es el hospital que más dificultades sufre en general –aún sigue así– por falta de dotación de camas.
El sistema ha cambiado. En la primera etapa de la pandemia, la privada fue intervenida y su dedicación fue prácticamente exclusiva para la pública. Ahora, ya desde la segunda ola, se trabaja con conciertos y precios públicos establecidos, aunque los médicos –cirujanos y anestesistas– son de la pública, las instalaciones y otros recursos son de la privada. Este sistema es más garantista para los hospitales ajenos a la red de Sacyl, pero limita más las posibilidades de derivación al estar sujeto también a los recursos disponibles que pueden ofrecer los centros privados.
No obstante, aunque más intensa, la presente tercera ola ha sido más corta y la privación de medios para la actividad ordinaria para la pandemia ha sido solo de algo más de cuarenta días mientras que, en la primera, superó los dos meses donde la atención médica en Sacyl casi desapareció, al coincidir además con el confinamiento.
Además de cirugías, la Consejería de Sanidad se ha visto obligada a derivar otro tipo de pacientes, fundamentalmente para cuidados paliativos y para la rehabilitación de enfermos covid que han pasado por la UCI. El Hospital Benito Menni de Valladolid ha asumido un peso importante asistencial en este sentido.
Por traslado de las unidades de Medicina Interna y Neumología del Río Hortega durante toda la pandemia, han sido 47 los pacientes atendidos en el mismo y de la Unidad de Psiquiatría del Clínico, 31 enfermos. Asimismo, para la recuperación post-covid tras haber sufrido largos ingresos por coronavirus, otros 31. Además, para la descongestión de los hospitales de Valladolid y Segovia, 24 pacientes fueron trasladados a sus instalaciones, todos ellos en esta tercera etapa, según fuentes de lasHermanas Hospitalarias.
En esta tercera ola, han sido 18 las personas que se recuperan en este hospital privado de la infección por covid . Explica el Benito Menni que «estos son los estrictamente derivados a causa del coronavirus; pero, muy posiblemente, entre las derivaciones habituales de Sacyl haya habido también casos relacionados con esta enfermedad, sobre todo por convalecencia para lo que hay un concierto específico».
El Benito Menni, previsiblemente, continúe recibiendo pacientes en su Unidad Post-Covid de recuperación para tratar las graves secuelas que genera.
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