Vox mantiene casi inalteradas las estructuras de sus consejerías en la Junta de Castilla y León

De Vicepresidencia, puesto que ocupará Juan García-Gallardo, dependen tres cargos en el organigrama: el director de Gabinete, la Dirección de Coordinación e Interacción Social y la Dirección General de Relaciones con la Sociedad Civil. Nombres que incluyen una serie de funciones que refleja el Boletín Oficial. Y de derechos. Para empezar, la dirección de Coordinación tendrá «rango de secretario general», según se especifica. Incluye entre sus deberes coordinar «las actuaciones informativas del vicepresidente» o la gestión de «sus relaciones con otras instituciones y con los ciudadanos», elaborar comunicados o servir como asesoramiento.

En cuanto a la Dirección General de Relaciones con la Sociedad Civil, sus tareas se asimilan a las que debe desempeñar el vicepresidente, aunque un peldaño por debajo. Así, aparecen la «gestión de la coordinación de las relaciones» con el Consejo Consultivo y el Procurador del Común o la «titularidad del Comisionado para las Víctimas del Terrorismo». Competencias que en principio se le atribuyeron a García-Gallardo.

En Industria y Empleo, Mariano Veganzones (Vox) ha mantenido la misma estructura que existía, con un viceconsejero y cuatro direcciones generales, además del Servicio Público de Empleo. Solo modifica en parte el nombre de la anterior Dirección General de Trabajo y Prevención de Riesgos Laborales, que pasa a apellidarse «de Trabajo y Relaciones Laborales» en el artículo 2 del decreto, aunque recupera su antigua denominación un poco más adelante, precisamente en el epígrafe en el que desgrana sus competencias (artículo 9). La Viceconsejería se mantiene, pero en lugar de ser de Empleo y Diálogo Social pasa a convertirse en «Dinamización Industrial y Laboral».

En Agricultura y Ganadería, de la que es titular Gerardo Dueñas (Vox), desaparece una de las cinco direcciones generales que existían y se queda en cuatro. Dueñas prescinde de «Competitividad de la Industria Alimentaria» y fusiona esta con la de Cadena Alimentaria, lo que da lugar a una «Dirección General de la Industria y la Cadena Agroalimentarias».

En Cultura y Turismo, Gonzalo Santonja (Vox) conserva la misma disposición que tenía Javier Ortega (Ciudadanos) en la pasada legislatura, con un viceconsejero y cuatro direcciones generales. Cargos a los que hay que añadir, en todo caso, los secretarios generales de las respectivas consejerías.

El resto de departamentos quedan en manos del PP. Y los veteranos en el puesto son poco dados al cambio. Carlos Fernández Carriedo (Economía y Hacienda) conserva el organigrama al pie de la letra. Presidencia, que ahora depende de Jesús Julio Carnero, es la que más cambia. Introduce un segundo viceconsejero. Añade al de Relaciones Institucionales y Administración Local, que ya existía, otro de Administraciones Públicas y Atención al Ciudadano. Y acoge a las direcciones generales que dependían de Transparencia: Acción Exterior, Atención al Ciudadano y Calidad de los Servicios y Transparencia. Pasa a tener siete direcciones generales.

Cambia también, obligado, el departamento de Juan Carlos Suárez-Quiñones, que cede parte de sus competencias a la nueva Consejería de Movilidad y Transformación Digital (María González Corral). Se queda con cuatro direcciones generales y las otras tres pasan a conformar el núcleo del departamento de González Corral: Carreteras e Infraestructuras, Transportes y Logística, Telecomunicaciones y Administración Digital.

Educación, con Rocío Lucas de nuevo al frente, suprime la viceconsejería de Universidades, que se queda con la dirección general que ya existía, y mantiene el resto de la estructura. En Familia, Isabel Blanco retoca la Gerencia de Servicios Sociales, de la que dependerán la Dirección General de Familias, Infancia y Atención a la Diversidad, la Dirección General de Personas Mayores, Personas con Discapacidad y Atención a la Dependencia, la Dirección General de la Mujer y el Comisionado Regional para la Droga.