Farmacovigilancia aconseja excluir de la AstraZeneca solo a mujeres de 25 a 55 años

A este respecto, el director del Centro de Farmacovigilancia autonómico de la Universidad de Valladolid (UVA), el doctor Luis Martín Arias, explica que «esta asociación, que no causa-efecto, supone que hay que incluir un efecto adverso más; pero sin olvidar que es un caso entre 300.000 mientras que contagiarse de covid supone un riesgo de trombosis del 15% y tomar la píldora de uno por mil, y nadie deja de tomarla por eso».

La vacunación con el producto de Oxford «es absolutamente recomendable y no está justificado para nada suspenderla con los datos de los que se dispone actualmente y, en cambio, sí lo estaría por prevención y de forma cautelar, evitar vacunar con la misma a las mujeres que toman anticonceptivos o terapia hormonal sustitutiva, propia de la menopausia, o si está embarazada, porque estas tres situaciones están asociadas también a problemas de trombos».

Explica el doctor Martín que «lo ideal sería preguntar a la mujer que se va a vacunar si toma alguno de estos fármacos, que haya un protocolo al respecto, porque además bastaría con dejar estos tratamientos unos días para vacunarse, o hacerlo con otro producto, y luego volver a ellos; pero si esto fuera muy complicado sería suficiente con sacar de momento de la campaña general con AstraZeneca a las mujeres de entre 25 y los 55 años. Identificar grupos igual que se hace con la edad. Es decir, dejar fuera por precaución este perfil a la espera de los resultados de investigaciones. Nosotros las estamos llevando a cabo». Explica este profesor en Farmacología de la UVA que «no tiene ningún sentido tal decisión. La Consejería de Sanidad no nos consultó nada para tomar la decisión de suspender la campaña y somos los técnicos, nos enteramos por la prensa. En cualquier caso, ¿qué sentido tiene dejar de vacunar a los hombres, por ejemplo, si el riesgo se asocia a mujeres por debajo de los 60 años?», explica el doctor Martín.

Destaca asimismo el director de Farmacovigilancia y del CESME (Estudios de la Seguridad de los Medicamentos), que esta reacción «es una respuesta inmune que conduce a una condición similar a la que se observa a veces en pacientes tratados con heparina. El síndrome de trombocitopenia protrombótica inmune inducida por la vacuna (VIPIT) tiene dos fases. En la primera, los anticuerpos de la persona vacunada detectan 'invasores' y los atacan destruyendo sus propias plaquetas. En la segunda etapa, esta disminución, provocada por el propio sistema inmunitario, de estas células cuyo papel es prevenir coágulos, debería de provocar hemorragias; pero, sin embargo, se producen trombos (coágulos) por el aumento de trombina, una proteína que se forma como parte del proceso de coagulación sanguínea», explica este profesor de Farmacología de la UVA. «El tratamiento se basa en poner anticoagulantes, que no sea heparina, y hemoglobulinas», añade. Y «es en este incremento de trombinas donde entran en juego los anticonceptivos hormonales porque también las producen. Se trataría de evitar tal confluencia», destaca.

Por lo tanto, concluye este especialista, «es mucho más peligroso dejar de vacunar, pues hay más riesgo de trombos, que hacerlo con AstraZeneca porque no solo son raros los casos sino tratables o evitables con la identificación de grupos idóneos para inocular con ella. Además, muy probablemente tenga los mismos riesgos que las demás vacunas; pero esta es la que se pone a los jóvenes que tienen una respuesta inmunitaria mucho más fuerte. Cuanto menos edad, más virulenta es la respuesta a la vacuna porque el sistema defensa está muy vivo. En el Reino Unido, que se ha puesto en todas las edades aún baja más la estadística», añade Martín Arias.