Teñir el pelo a niños y niñas, una recompensa envenenada

Ellas son para las chicas lo que los deportistas para los muchachos. ¿Quién no recuerda el pelo amarillo pollo de Sergio Ramos o la cresta del brasileño Neymar que fue creciendo exponencialmente hasta desafiar las leyes de la gravedad? Son el 'must have' masculino y los 'looks' capilares que lucen los astros del deporte bajo la supervisión de cotizados estilistas son imitados al instante por pipiolos de medio mundo, en demasiadas ocasiones, sin ningún tipo de control.

Aunque decolorarse el pelo es una práctica antigua, los romanos ya utilizaban pigmentos y existe un texto de 1661 -'Los dieciocho libros de los secretos del arte y la naturaleza'- que abunda en este tema, Elena Rodríguez Sáez reconoce que en la actualidad es una tendencia que cada vez llega a edades más tempranas «tanto en chicos como en chicas».

Esta peluquera vallisoletana no solo recalca el aumento de escolares que se acercan a su establecimiento del Paseo Zorrilla de Valladolid para darse un toque de color acompañados de sus progenitores, sino que destaca que muchos de esos chavales acuden para que les arregle un desaguisado que «ellos mismo se han hecho». «No hay que olvidar que estamos antes productos que están al alcance de cualquiera en el supermercado», sentencia.

«Es evidente que no es recomendable teñir el pelo a los niños -recuerda Elena-, pero en el caso de hacerlo debe de ser un profesional» el que ponga las manos y los productos, «casi todos con amoniaco (sustancia química y agresiva que ayuda a abrir la cutícula para poder depositar el color en el cabello)», en los tiernos mechones infantiles.

Hay «niñas que con solo 6 años» reclaman modificar el tono de su melena y sus padres no ven inconveniente alguno en hacerlo. «En estos casos, cada vez más frecuentes, lo primero es hacer una prueba de alergias para evitar sorpresas. Aplicamos en el brazo una pizca de tinte y esperamos de 48 a 72 horas. Si no hay reacción, procedemos a teñir el pelo con los mismos productos que a los adultos porque -asegura Elena- no existen en el mercado tintes específicos para niños».

«Los más jóvenes demandan mechas rubias o en tonos fantasía -como los de las Sweet California-, pero también hay muchos casos en los que quieren teñirse toda la cabeza», explica esta peluquera con veinte años de experiencia con las tijeras y la paletina. «Teniendo en cuenta que el pelo de los niños es más débil, tratamos hacer trabajos más 'light' y, siempre que se pueda, no tocar el cuero cabelludo».

Y después del tinte, ¿qué? «Lo recomendable es hidratar en la peluquería el día de la decoloración y, a ser posible, utilizar suavizante en los lavados sucesivos». Normalmente, «con tres o cuatro cortes desaparece» el teñido que, según destaca Elena Rodríguez, «suele coincidir con la llegada de los periodos vacacionales, sobre todo al acabar el curso». «No juzgo lo que hacen lo padres, pero es cierto que hay muchos que ofrecen el cambio de color del cabello como recompensa por la buenas notas». Un regalo, a todas luces, envenenado.