Los economistas prevén un mal 2024 si los fondos de la UE no llegan a las pymes

«La realidad es que la economía se va ralentizando a pesar de la inyección de estos fondos, con el PIB en descenso, la inversión bajo mínimos y con un aumento del gasto público sin criterios claros de eficiencia y eficacia que está transformando lo coyuntural en estructural», ha señalado De Margarida.

Entre los factores que gripan la economía de Castilla y León ha citado «la subida del euríbor, la desaceleración de las exportaciones, así como la diminución del consumo por parte de los ciudadanos». Como consecuencia de ello, «la demanda interna se está resintiendo» y «los consumidores se encuentran indecisos en sus compras por la alta incertidumbre, tanto económica como geopolítica».

En la presentación del Observatorio Económico del tercer trimestre, el economista ha señalado que pese a la moderación de la escalada del IPC, «la inflación subyacente sigue disparada» y, además, «los insumos han aumentado fuertemente en lo que va de año, lo que está haciendo que las empresas de servicios incrementen sus precios y las empresas industriales los trasladen a su cuenta de resultados para no perder clientes». Esta realidad «no ayuda a la estabilidad económica y mucho menos a su crecimiento», ha aseverado.

Más optimista se ha mostrado el director de ECOVAEstudios en cuanto al mercado de trabajo y los tipos de interés, ya que «las empresas no están reduciendo puestos de trabajo y los salarios han crecido y fortalecido el poder adquisitivo del trabajador ante el consumo». Esto, a su juicio, sirve para compensar el aumento de los tipos de interés de los créditos personales e hipotecarios, «que parece que han tocado techo, aunque todavía existe margen de subida hasta llegar al 5% si no remite la inflación».

De Margarida cree que el objetivo prioritario «es no entrar en recesión», mientras persisten la incógnitas de «cuánto va a durar la disminución económica, cuándo tocaremos fondo y cuánto tiempo aguantaremos». Por ello, anima a «hacer reformas estructurales de calado, con valentía y sin fisuras ideológicas», puesto que en el momento actual «las inversiones en infraestructuras, formación y adaptación a la inteligencia artificial son determinantes para garantizar el crecimiento económico y la calidad de vida y generacional de los ciudadanos».

El Observatorio de ECOVAEstudios constata cómo la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha estimado en un 1,61% el crecimiento anual del PIB durante el tercer trimestre de 2023, por debajo del aumento previsto para el conjunto de España (1,81%). El crecimiento anual estimado para la economía regional está en la zona baja media de las comunidades, alejada 1,3 puntos de las Islas Baleares que es la que marca la cota más elevada (2,9%) y solo 0,3 puntos por encima Cantabria, que se encuentra a la cola del crecimiento (1,3%).

Las conclusiones no son precisamente halagüeñas si se tiene en cuenta que los últimos datos de la AIReF corregidos de variaciones estacionales y calendario implican que durante el último decenio (2013-2023), el PIB español ha crecido un 19,6% frente al 0,3% de aumento en Castilla y León.

Algunas de los parámetros recogidos por el estudio inciden en esta constante: según la última EPA, la población activa regional, el 55,2% de la población regional de 16 y más años es, por una parte, 0,1 puntos inferior a la del año anterior y, por otra, 4,2 puntos menor a la del conjunto de España (59,4%), que mejora en 0,6 puntos. El número de parados se sitúa en 106,8 mil personas, un 6,8% más que en el tercer trimestre del año anterior, frente a la reducción en el conjunto del país (4,2%). En este mismo sentido, la tasa de ocupación o de empleo es, por una parte, 2,4 puntos inferior a la del total nacional y, por otra, mientras que en la región se reduce en 0,4 puntos, en España mejora un punto.