La economía de Castilla y León se desacelera menos de lo esperado

«Desde el dato del primer trimestre del año (que fue de un crecimiento del 4,6% en tasa anual) se nota una desaceleración continuada, tal como estaba previsto», ha manifestado Fernández Carriedo, para quien el lado positivo está en que «la economía regional sigue creciendo a buen ritmo, por encima de la española y también más que la de la UE-27 y la Zona Euro». Según ha aseverado, «la previsión para el último trimestre será inferior al 2,8% que ha crecido el PIB en el acumulado de los tres primeros y, aun así, permitirá terminar el año por encima del 1,8% que era la previsión inicial» recogida en los Presupuestos de la Comunidad.

En el periodo de julio a septiembre, el PIB autonómico creció un 1,8% (arrancó el año con un 4,6% y siguió con el 2% en el segundo trimestre), con la construcción (3%) y el sector servicios (2,8%) «a buen ritmo», pero con la industria registrando «una ralentización» y el sector agrario aportando «el peor dato (-8,5%), que además se suma al hecho de que ya decreció en 2021 y 2022», según las palabras del consejero.

Por otra parte, el consumo de los hogares sigue mostrándose muy débil y, aunque su tasa de progresión «se estabiliza con respecto al segundo trimestre (0,7%), se encuentra en niveles mucho más bajos que en periodos anteriores» (arrancó el año en el 2,7%). Para Fernández Carriedo «es más preocupante el que no remonte el consumo de los hogares, que significa que hay quienes los están pasando mal, con algunas familias con dificultades para llegar a fin de mes» que el hecho de que el gasto de las administraciones públicas siga también una senda descendente, pese a la inyección que suponen los fondos europeos«.

«Es cierto que el gasto de las administraciones va a menos (de un aumento del 3,1% en el segundo trimestre pasa al 2,4%), pero sigue siendo mayor que el de los hogares. De los fondos europeos ya veníamos disponiendo desde 2022, también en la pandemia el gasto fue elevado, y nos comparamos con esos números ya consolidados. Lo importante es que no se reduce», ha señalado.

Ante la ausencia de Presupuestos para 2024, Carriedo no ha querido poner números a la previsión para el año entrante, si bien ha reconocido que «visto el deterioro de los últimos trimestres, se parecerá más al segundo y el tercero que al primero de 2023». Además, «será difícil que el sector agrario siga en números tan negativos», de modo que la economía contará con su aportación.

Respecto a la debilidad del sector industrial, que creció el 0,5% con las ramas manufactureras en negativo (-0,1%), el consejero le quitado importancia al afirmar que «somos la tercera comunidad con mejor evolución de la producción industrial, mientras hay otras que ya están en crecimiento más negativo; no podemos ignorar que el sector va a menos, pero Castilla y León está menos afectada».

En este sentido, ha destacado que las inversiones de las empresas, que crecen el 2,6% entre julio y septiembre, «están sosteniendo la demanda interna en un nivel alto y compensan las dificultades de algunas familias».

La incidencia que la guerra de Israel contra Hamas pueda tener en las exportaciones regionales a la zona no inquietan al departamento económico de la Junta ya que no son grandes y tienen un saldo positivo, pero sí resulta más preocupante cómo pueda afectar el conflicto a los principales socios comerciales de las empresas exportadoras de la región. «Nuestros principales socios son países europeos, que muestran ya un crecimiento muy debilitado, con algunos destinos que incluso han entrado en recesión. Que a nuestros clientes les vaya mal nos obliga a buscar nuevos destinos», ha sentenciado.