Carlos Pollán (Vox), presidente de las Cortes de Castilla y León
«Debemos dejar de tener miedo al qué dirán del pacto PP-Vox, es un pacto normal»Secciones
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Carlos Pollán (Vox), presidente de las Cortes de Castilla y León
«Debemos dejar de tener miedo al qué dirán del pacto PP-Vox, es un pacto normal»Esta entrevista se solicitó cuando Carlos Pollán (León, 1966) resultó elegido presidente de las Cortes de Castilla y León. Según el estatuto, la segunda autoridad de la comunidad autónoma tras el presidente de la Junta. Y es, asegura, la segunda que concede en estos dos ... años. Por eso la primera pregunta es obligada. ¿Por qué ese silencio pertinaz?
–Simplemente pensábamos que la actividad del presidente de las Cortes tenía que ir más encaminada por otra vía más institucional. Llegamos a la mitad de legislatura y creímos que era el momento de abrir las puertas.
–Contaba ABC hace tres meses que la acción política de Vox iba a variar: «Más pollanes y menos gallardos». Escoció.
–Ya se ha dicho por parte de nuestro portavoz nacional [Ignacio Garriga] que lo que en Vox queremos es más nolascos, más gallardos, más barreras, más antelos. Y bueno, más pollanes. Quedó claro que en este proyecto tenemos cabida mucha gente y cuanta más, mejor.
–Pero dicen que se ha buscado rebajar un poco el histrionismo, encontrar un tono más institucional. Ya no es un partido outsider, sino de gobierno.
–Cada uno tiene su punto de vista de cómo expresar las cosas y cómo decirlas. Y evidentemente no somos todos iguales. Pero el fondo del mensaje del partido es el mismo. Y todos tenemos muy claro lo que queremos para este partido, que viene a ser lo que queremos para nuestro país.
–¿Se vería como cabeza del cartel en unas autonómicas en 2026?
–No, no me lo planteo.
–¿Y serán en 2026?
–Eso lo llevo escuchando desde febrero de 2022. Pero el debate de política general que hemos tenido ha sido esclarecedor: el Gobierno está funcionando. Quedan cosas por hacer, porque era un pacto amplio y con muchos puntos a tratar. Pero desde mi punto de vista el pacto está funcionando. Y ahora estamos en ¿por qué no se rompe el pacto si no se cumple lo que está pactado? Queda tiempo. En teoría la legislatura son cuatro años.
–Ley de concordia, ley de violencia intrafamiliar. Una iba a estar lista antes de julio. De la otra no sabemos mucho. ¿Han tropezado ustedes con la burocracia interna de las Cortes y con un partido que sabe manejar mejor los tiempos?
–Nadie nos dijo que fuera a ser fácil. Nosotros venimos con unas ideas que el PP ha aceptado en ese pacto de gobierno. Y queda tiempo. La proposición de ley de concordia ya ha entrado en estas Cortes. Se iniciará el trámite cuando los dos partidos de gobierno consideren oportuno. Y la ley de violencia intrafamiliar… Como le digo, yo no estoy muy al tanto de las cuitas internas del Gobierno. Pero en Castilla y León somos gente de palabra y las dos partes demostrarán que se puede llegar a acuerdos y sacarlos adelante.
–Dice que el PP ha aceptado esas ideas cuando pactó el gobierno. ¿Pero creen en ellas?
–Creo que el PP tiene interlocutores válidos suficientes para que les haga esa pregunta. Pero me consta que hubo esfuerzo por las dos partes por llegar a ese acuerdo. Y la prueba es que ese pacto se ha repetido en otras cuatro comunidades. Debemos dejar de tener miedo al qué dirán de ese pacto porque es un pacto absolutamente normal. Castilla y León está funcionando. Los ciudadanos de Castilla y León no han visto rebajados ninguno de sus derechos, como se quería hacer ver por parte de la oposición.
–La legislatura pasada aquí en las Cortes fue la del récord de llamadas al orden con Luis Fuentes (Cs) como presidente.
–No lo sabía, mire. Pues esta será récord también, pero en contra.
–La situación no ha mejorado mucho en cuanto a crispación. ¿Nota que a veces se le puede ir de las manos?
–A mí no me gusta llamar al orden. Sé que es un recurso y una potestad que tengo por el reglamento, pero creo que no se han dado situaciones especialmente complicadas como para tener que hacerlo. No me gusta llamar al orden porque creo que debemos dignificar, entre comillas, la labor de los procuradores. Y estamos representando a las personas de Castilla y León que les han votado y no se debe llegar al punto de tener que echar a alguien de un parlamento por sus reiteradas molestias o intervenciones fuera de momento.
–Eso hace que también se le acuse de parcial, por ejemplo, cuando García-Gallardo llamó imbécil a Igea y usted lo resolvió instando a Igea a seguir.
–He de reconocer que en ese momento no lo escuché, de hecho en el diario de sesiones no aparece, no queda reflejado. No sé si coincidió que el señor Igea estaba mirando para Juan García-Gallardo o Juan García-Gallardo lo dijo… Se resume en lo que he dicho, no ha habido graves insultos, soy partidario de la libertad de expresión, de que todo el mundo sea consecuente y que lo que dice quede reflejado.
–Entre PP y Ciudadanos había muy buena relación en los grupos parlamentarios y pésima relación en el Gobierno.¿La historia se repite?
–Pues no lo sé. La actividad que hace nuestro partido con los miembros del Gobierno, vicepresidente y consejeros, está allí. Yo puedo hablar de lo que veo aquí y es una cordialidad absoluta, una lealtad absoluta entre los dos grupos parlamentarios.
–¿Qué le parece cuando ve el desfile de altos cargos en Industria y Empleo?
–Me consta que ha habido problemas personales de salud de alguien en el último caso. Esa consejería ha tenido mucha actividad, está generando muchos cambios, muchas innovaciones. Y también me pongo en el perfil del consejero y si quiero buscar una persona que se adapte a lo que yo quiero para esta consejería, tengo derecho a confundirme en algún caso o a cambiar para mejor en otro.
–Presumía Vox de haber reducido el gasto político superfluo. Ese ahorro se produjo en las Cortes, donde rebajó el número de contratados respecto a la anterior legislatura, pero se ha gastado más en la Junta.
–No conozco al detalle esos datos. Puedo dar fe de lo que yo he hecho aquí. He reducido la relación de puestos de trabajo, hemos reducido el número de personas que trabajan conmigo, porque creía que era lo suficiente y lo necesario.
–Como leonés, presidente de las Cortes de Castilla y León, y en un partido antiautonomista... ¿León en Castilla y León, León solo, León con Asturias, León con Zamora Salamanca y El Bierzo como provincia?
–Vaya lío. Tengo clara nuestra postura. Hay veces que se nos achaca 'si ustedes están en contra de las autonomías, ¿por qué están aquí?' Para intentar cambiar las cosas o llevar tu proyecto político a efecto tienes que estar dentro de las instituciones. Ahora nos toca estar aquí, pero eso no quita para que nuestra convicción sea otra. Pero, desde luego, nuestro planteamiento de las autonomías no pasa por crear una más. También se plantean todas esas disyuntivas. ¿Estamos hablando de León provincia solo o del Reino de León? ¿Alguien ha preguntado a los zamoranos o los salmantinos? Con estas batallas internas que tiene el PSOE, ahora resulta que la parte de León sí vota a favor de la autonomía de León, la parte de Castilla y León dice que son los afiliados los que tienen que decidir, el alcalde de León habla de unirse con Asturias, dos ministros dicen que lo van a trasladar al Gobierno, el presidente de la Diputación dice que El Bierzo tiene que ser provincia… Debemos ser un poco serios. Todo este dislate no nos hace ser más leoneses. En estos dos años, a nivel de inversiones, de infraestructuras, de nuestras consejerías de agricultura, de turismo, creo que León está siendo muy valorada. Luis Mariano Santos [procurador de UPL] me preguntó en campaña que cómo podía hablar del victimismo de los leoneses. Lo que quería decir es que en estos últimos años se está intentando revertir.Que quizás arrastramos problemas de muchos años atrás, pero hay muchas más provincias que tienen ese sentimiento.
–Le acusan de querer dejar morir de inanición a la Fundación Castilla y León y a Villalar.
–Como presidente de la Fundación Castilla y León, casi el 20% del presupuesto de la Fundación va a esa festividad en Villalar. De una fundación que tiene unos objetos sociales y unas finalidades de lo más diversas. Lo que no iba a hacer es dedicar el 50% del presupuesto, como se hacía anteriormente, para un día de fiesta. En segundo lugar, desde el primer día que he accedido a la Presidencia de las Cortes y de la Fundación se me ha tildado de sectario, fascista… Abro las puertas de este edificio para que vengan a leer su manifiesto de Villalar este año y no recibo más que insultos. ¿Quiénes son los sectarios y quiénes son los que están boicoteando todo esto? Desde el primer día han sido ellos. Los únicos excluyentes están siendo ellos. A mí no me ha parecido mal la idea de la Junta de celebrarlo en cada sitio. Si queremos tener sentimiento de comunidad, que parece ser que ahora no lo tenemos, pues no está de más intentar llegar a todas las provincias.
–Muchas veces ponen como ejemplo de islamización a Francia. Allí hay un 10% de musulmanes, mucha población inmigrante de las propias colonias francesas. En Castilla y León es un 2,3% y la mitad, españoles.
–Nosotros no estamos en contra de la inmigración legal, quiero que eso quede clarísimo. Inmigración legal, ordenada, con gente que respete nuestra cultura, que respete nuestro modo de vida, y que se venga a adaptar aquí, perfecto, no hay ningún problema. Pero la inmigración ilegal está creando muchos problemas, y puede crear muchos problemas de colapso en servicios públicos, de inseguridad en las calles, nos guste o no. Más del 50% de los delitos de 2024 son de población extranjera, cuando la población extranjera es el 12% en España, creo que ese dato es revelador. Lo que pedimos es la aplicación de la ley de extranjería.
–¿Cree que se romperá el gobierno con el PP por ese punto?
–Quiero creer que no. El punto número 32 del pacto dice: «El Gobierno de coalición de Castilla y León promoverá una inmigración ordenada desde la integración cultural, económica y social, y en contra de las mafias ilegales». Nadie le pone el cascabel al gato del verdadero problema que tiene la inmigración ilegal, y es el tráfico de personas en origen.
–Celebraba usted el otro día el triunfo de Marine Le Pen en las redes sociales. En su programa hay algunas cosas que pueden chocar con intereses españoles.
–Europa se constituyó como una unión de países soberanos, libres y que conjuntamente querían el crecimiento de todos. Ahora mismo, desde hace unas décadas para acá, Europa no es eso. La soberanía de los países ha dejado de existir, y creo que la defensa que está haciendo Marine Le Pen en alguno de esos puntos son cosas que nosotros también defendemos: nuestra soberanía alimentaria, energética, la defensa de nuestras fronteras.
–Estamos viendo a la selección española en la Eurocopa... [la entrevista se realiza el martes pasado, antes del Alemania-España]
–¡Qué bien juegan!
–Lamine Yamal, nieto de una emigrante legal que vino a cuidar a un señor a Madrid y luego se trajo a sus hijos. Nico Williams, cuyos padres saltaron la valla de Melilla y dijeron que eran de Liberia para ser considerados refugiados. ¿Cómo lo ve?
–Me está encantando cómo está jugando la selección, además sabe que yo, por el deporte, tengo mucha predilección. Pero, hombre, si queremos llevar la solución de la inmigración a Lamine Yamal y a Nico Williams... Es un problema mucho más de fondo. Creo que hay que regularlo, no se puede permitir la entrada a las fronteras abiertas, porque el problema ya se está viendo en toda Europa. Estamos a tiempo de que no llegue a los niveles que ha llegado en países nórdicos, en Francia.
–Pero parece, por el ruido en las redes, que hay gente que no se siente representada por esta selección.
–Yo no participo de eso.
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