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Ciudadanos pidió a Francisco Igea que entregara su acta. Le dijo que le expulsaba, que no contaban más con su único procurador en Castilla y León después de abrirle expediente por criticar la decisión de la formación de no acudir a las elecciones generales. Después ... llegó su coqueteo nada disimulado con Izquierda Española, formación que concurrirá a las elecciones europeas. Y en medio, un pleito continuado en las Cortes de Castilla y León, donde Vox y PP pelean por dejarle fuera de la Junta de Portavoces, sin derecho a exclusividad y relegado a la condición de tránsfuga.
Ha sido en medio de este proceso en el que Francisco Igea, que trata de defenderse incluso en sede judicial, ha solicitado a la Mesa de las Cortes el documento por el que Ciudadanos comunicaba al parlamento autonómico que Igea ya no pertenecía al partido. La condición en la que se basa toda la argumentación de sus rivales políticos para otorgarle la condición de tránsfuga. Y la sorpresa ha sido que no existe dicha comunicación oficial. «No consta en el Registro General de la Cámara escrito remitido por el partido político Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía (Cs) dirigido a la Mesa de las Cortes de Castilla y León o al Presidente de la citada institución comunicando su expulsión de la formación política».
En este caso, hay que reseñar, no basta con enterarse por la prensa o de oídas, sino que es precisa esa comunicación escrita. Igea, a los efectos del parlamento autonómico, seguiría perteneciendo a Ciudadanos, por mucho que en el seno del partido naranja ya no tenga voz, voto ni derecho a entrar en la sede, si la hubiera, ni a participar en ningún debate. La única comunicación al respecto parece ser la que pidió la Fundación Castilla y León (antes Fundación Villalar), dependiente de las Cortes, al propio partido Ciudadanos al conocer la decisión de la formación sobre su parlamentario. Y es que Igea formaba parte del patronato en representación del partido político, y al dejar de pertenecer a él, tampoco podía seguir en la Fundación.
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Es un giro de guion que tiene poco recorrido, en todo caso, porque basta con que la comunicación se haga efectiva, lo que podría suceder en muy pocas horas, pero permite que Francisco Igea mantenga abierta la batalla con PP y Vox por seguir haciendo su labor en las Cortes sin cortapisas legales ni burocráticas.
Ciudadanos, que se derrumbó en las municipales y autonómicas de 2023, decidió no acudir a las urnas el 23 de julio para las generales, lo que motivó las quejas públicas de Francisco Igea y de Edmundo Bal. Desaparecidos del Congreso y de todos los parlamentos autonómicos que se han ido renovando -incluido el de Castilla y León, dado que Igea, a los efectos, no participa en la vida política del partido-, la formación naranja se encuentra ahora embarcada en el proceso de las elecciones catalanas, donde aún tienen representación, y en las europeas, donde su número 2, Soraya Rodríguez, ya ha anunciado que será candidata por Izquierda Española.
Es todo lo que queda de Ciudadanos al margen de 391 concejales repartidos por toda España (de 67.000 aproximadamente). Seis parlamentarios en Cataluña y siete eurodiputados de los que una ya está en precampaña por otro partido. Las encuestas le conceden un 0 en Cataluña, el origen de su éxito, aunque Carlos Carrizosa, su candidato, aseguraba que analizando «los microdatos» del sondeo de El País su formación podría obtener representación por Barcelona. Dicho sondeo le concede un 1,3% de intención de voto en Cataluña. Tampoco las primeras encuestas para las europeas, como la del CIS, le concede opciones de obtener representación.
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