Castilla y León registra 177 muertes atribuibles al calor entre julio y agosto

En el año 2023, para el inicio de julio y debido a un junio excesivamente cálido, el informe del citado instituto ya atribuía las primeras muertes a las altas temperaturas. Este año, en cambio, a pesar del buen inicio del verano, con un junio que registró un clima suave, las olas de calor que ha sufrido Castilla y León de forma constante a lo largo del mes de julio se reflejan en 96 muertes que el Carlos III atribuye al fenómeno meteorológico. Un dato muy pesimista teniendo en cuenta que en el mismo periodo del año pasado, tan solo se estimaron 49 decesos.

Si la comparativa de los meses de julio ha supuesto un aumento respecto del pasado año, parece que con agosto se recorre el camino contrario. A pesar de que con tan sólo once días analizados, el MoMo ya atribuye al calor de este mes 81 muertes, sólo quince menos que en los 31 días del mes pasado y aún con más de la mitad del mes por venir, esta cifra queda muy lejos de los 228 fallecidos que tuvieron lugar durante el mismo mes pero de 2023, cuando se dieron la mayoría de olas de calor del periodo estival. Todo parece señalar que no se repetirá una cifra tan alta de muertes relacionadas con el calor, pues la segunda mitad del mes de agosto viene con un destacable descenso de las temperaturas, tanto máximas como mínimas, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

El total de muertes por calor que valora el MoMo durante este verano queda lejos de cifras de decesos por calor en los meses de julio y agosto de otros años. Destaca especialmente la cifra del año 2022, cuando se produjeron 453 muertes por calor en Castilla y León según el Instituto Carlos III. Este dato dista mucho de la siguiente cifra más alta, la de 2023, cuando se sufrieron 277 pérdidas, 176 menos que el verano predecesor.

El efecto de las temperaturas, que cada año son más altas durante los dos meses completos del verano, hace de esta forma estragos en una región que hasta el año 2021 apenas superaba los 130 fallecimientos relacionados con el calor veraniego, a excepción del año 2016, cuando se alcanzaron los mismos 177 fallecimientos que se registran en verano de 2024 hasta el 11 de agosto.

El Instituto Carlos III define en su estudio el número de defunciones presupuestas al calor por edad y sexo. Como cabe esperar, los mayores de 85 años son los más proclives a fallecer debido a las altas temperaturas dada su vulnerabilidad y las patologías que sufren propias de la edad. De los 177 que se estima fallecieron por calor durante el mes de julio y lo que va de agosto, 129 se hallan dentro de este grupo. En cuanto al sexo, el MoMo señala a las mujeres como más tendentes a fallecer fruto del calor, siendo 90 de las víctimas estimadas por las altas temperaturas, frente a los 39 varones.

Desde el Servicio de Salud de Castilla y León insisten en tomar las precauciones necesarias, especialmente con este grupo de edad y aplicar las habituales medidas para paliar los efectos de las olas de calor que producen muertes que podrían evitarse: beber agua aún cuando no se siente sed para mantener una óptima hidratación, evitar salir a la calle durante las horas centrales del día, permanecer en el interior de espacios climatizados en la medida de lo posible y en cuanto a la vestimenta, utilizar fibras naturales, ligeras y transpirables.

Las 177 muertes que pueden asociarse al calor ponen a Castilla y León como una de las que peores datos presenta en el conjunto nacional. Sólo la Comunidad de Madrid, con 285 y Cataluña con 214 superan los datos recogidos en nuestra Comunidad, dato que se ve agravado por la diferencia de población entre estas tres regiones.

Por el contrario y obviando a Ceuta y Melilla – que acumulan solamente una muerte estimada por calor entre ambas ciudades autónomas este verano – Cantabria, Canarias y Murcia están a la cola en la lista del Carlos III con cuatro, siete y ocho fallecimientos derivados de las altas temperaturas respectivamente.

La previsión de la Aemet señala un desplome de las temperaturas. Las autoridades desactivan las alertas por altas temperaturas en lo que se prevé como una segunda mitad de agosto que traerá a Castilla y León una bajada significativa de las temperaturas. Las máximas de esta semana apenas superarán los treinta grados y se recuperan las noches frescas y madrugadas frías en las que los termómetros se situarán por debajo de los quince grados a partir del miércoles.