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Tres personas cruzan un paso de peatones en San Isidro. Ramón Gómez
Coronavirus en Castilla y León: la comunidad pide prudencia al Gobierno ante el «progresivo» regreso a la normalidad

Castilla y León pide prudencia al Gobierno ante el «progresivo» regreso a la normalidad

El buen tiempo, justo antes del puente festivo, provoca imágenes de tráfico inusual y largas colas en las tiendas

Antonio G. Encinas

Valladolid

Miércoles, 8 de abril 2020, 21:13

En tiempos de pandemia, una frase inoportuna puede resultar muy dañina. Decir, a 7 de abril, que el día 26 podría comenzar un«progresivo» regreso a la normalidad, cuando ni siquiera se ha reunido el comité de expertos que debe estudiar qué estrategia se debe seguir, tiene efectos perniciosos a 24 horas de comenzar un puente festivo con 20º de temperatura. Por eso este miércoles, apenas un día después del exceso de optimismo de la ministra María Jesús Montero, la Junta de Castilla y León y otros dos ministros del mismo gabinete y del mismo partido,José Luis Ábalos y Salvador Illa, rectificaron esa visión y reclamaron prudencia.

Quizá vieron por televisión las imágenes de retenciones en Madrid, que la Dirección General de Tráfico achacó a los controles que se hicieron a la salida de la capital, especialmente en la A-3 y la A-6, y que ralentizaron la circulación. O quizá se llevaron el mismo impacto que la consejera de Sanidad en Soria. Verónica Casado vio «demasiada gente por la calle» en Soria y corroboró esa impresión con lo que vio ayer en Valladolid, donde el solecito matutino animó las colas de la compra. Largas filas de gente en los supermercados, a las puertas de las fruterías, o un tráfico inusualmente intenso en el paso de San Isidro, como se puede ver en la imagen que acompaña a estas líneas.

Tres veces no

Por eso Casado comenzó y terminó la rueda de prensa con la misma idea: «Hay una enorme preocupación. No podemos relajarnos. Que empiecen a ser los días más luminosos no quiere decir que podamos salir a la calle», dijo nada más sentarse ante la cámara. Después, tras una hora larga de comparecencia, y a raíz de la pregunta habitual sobre la evolución de los casos en Miranda de Ebro, hizo lo que ese gif de la película 'El Mago de Oz' que se hizo viral cuando comenzó el confinamiento por el coronavirus. Solo que en lugar de repetir tres veces, como Judy Garland, «se está mejor en casa que en ningún sitio», Casado optó por «cuarentena social, cuarentena social, cuarentena social». Y añadió: «No levantemos la mano porque podemos encontrarnos con un problema». Y para rematar la rueda de prensa, ya con ruido de recogida de folios, «muchísimas gracias a todos y cuarentena social, sigan en ello y haga el sol que haga, por favor, en casa».

Vaticinar un regreso «a la normalidad», aunque sea «progresivo», resulta inadecuado cuando ni siquiera se ha reunido ese comité de expertos del que formará parte Francisco Igea. «El momento más crucial de la crisis. Ojo con la falsa seguridad. No debemos relajar las medidas de prevención», decía ayer en Twitter. Y apuntaba un dato crucial: «Las UCI están al 71% de su capacidad maxima y al 176% de la habitual». Porque las UCI que hoy rebosan de afectados por el Covid-19 no son las que tiene Castilla y León habitualmente, sino esas unidades extendidas que han hecho suyas salas de reanimación y hasta quirófanos, llegado el caso. Otro de los expertos que han designado las comunidades autónomas, el epidemiólogo Oriol Mitjá –a propuesta de Cataluña–, ya dejó pistas en la misma red social de por dónde deben ir las cosas: desconfinamiento secuencial, detección precoz de casos y contactos, medidas de confinamiento localizadas y evaluación de la inmunidad poblacional.

Las advertencias de los expertos, por tanto, vuelven a estar presentes. Con la voz más alta y más clara, esta vez. Y hablan de prevenir y de prudencia. Máxime cuando no está claro de qué modo se podrá afrontar esta «desescalada» del estado de alarma.

Así que Salvador Illa, ministro de Sanidad, matizó con contundencia a su compañera Montero. «El Gobierno de España no levanta ningún confinamiento. Estamos en el momento duro», dijo. Y Ábalos le secundó. «No hay fecha de vuelta a la normalidad». Y hasta Europa, desde su Centro de Prevención y Control de Enfermedades, aclaró que es «demasiado pronto para empezar a levantar todas las medidas de distanciamiento comunitario y físico», informa Europa Press.

La primera prueba de 'desescalada' será el lunes, cuando vuelvan a la rutina las actividades «no esenciales». Eso, en Valladolid, es decir Renault, Iveco o Michelin, por poner a tres de los grandes motores económicos de la ciudad y de la región. Pero ni siquiera laJunta sabe cuántas empresas van a seguir esos pasos y en qué condiciones. Carlos Fernández Carriedo, consejero de Economía y Hacienda, se mostró a la expectativa a ese respecto. «Volvemos al escenario de la primera fase de alarma. Eso quiere decir que estaremos en una situación en que solo pueden abrir empresas en actividades esenciales y podrán abrir las no esenciales, que no incluirá la apertura de las que están obligatoriamente cerradas, como restaurantes, bares y comercio no esencial. Hay que garantizar la seguridad».

Normalidad hospitalaria

Ese anhelado regreso a la normalidad tiene otro efecto añadido en la Sanidad. Castilla y León aceptó anteayer la ayuda de Madrid en cuanto a recursos humanos para Soria y Segovia, principalmente. El motivo, explicó Verónica Casado, es que el personal sanitario está al límite y hay que organizar los descansos ahora que las UCI se desahogan un poco y que los nuevos ingresos remiten. Ayer se registraron 53 altas más que ingresos hospitalarios en Castilla y León.

Porque en lontananza aparece otro reto inaplazable. Recobrar la normalidad hospitalaria. Algo que tendrá que hacerse, explicó Casado, hospital a hospital, en función de su tamaño, de sus necesidades, de su capacidad... El blog 'Strambotic' se hacía eco de un mensaje de un doctor estadounidense, Víctor Tseng, que hablaba de las cuatro olas de la pandemia. La segunda apuntaba a las consecuencias de la reducción de recursos destinados a patologías ajenas al Covid-19. En la tercera aparecía el «impacto de los cuidados interrumpidos en enfermos crónicos». Y en la cuarta, los problemas psicológicos derivados de la alerta sanitaria. Fases que, como en el caso del duelo, se anticipan y conviene tener preparadas.

«La propia prevalencia de la enfermedad es distinta por provincias y también por hospitales. El tamaño de los hospitales es distinto también. A medida que las camas Covid se vayan liberando se irán normalizando esas plantas. Lo harán hospital por hospital. A medida que vayamos disminuyendo y si no hay ningún repunte, cada hospital ya está planificando cómo empezar. Pero tendremos que convivir tiempo con esta situación. Los centros de salud serán los últimos a los que llegue la normalización absoluta, seguirá habiendo consulta telefónica un tiempo, por ejemplo», apuntó Casado.

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