Castilla y León necesita 45.000 trabajadores extranjeros para igualar la tasa media del país

Tras un año largo de recuperación después de lo peor de la pandemia, el mercado laboral en general y el de la región empieza a ofrecer síntomas de agotamiento y lo hace sobre todo por los extremos, el de los empleos más cualificados y de los menos. Castilla y León sufre de forma casi endémica el éxodo de universitarios formados en las universidades de aquí y, a la vez, aparece como una comunidad que no logra seducir a trabajadores extranjeros. Los números son en este caso un fiel reflejo de la realidad: de los 20 millones de afiliados que hay en el país, son extranjeros 2,35 millones, es decir el 11,8% del total. En Castilla y León, esta tasa se queda en el 6,9%, con todas las provincias salvo una por debajo de la media del país.

Con 64.311 afiliados a la Seguridad Social foráneos, la comunidad necesitaría más de 45.000 trabajadores venidos de fuera para igualar la tasa nacional. Segovia no, ya que con una presencia intensiva de extranjeros en sectores como el ganadero o el hostelero, tiene una cuota del 13,7% que se traduce en 8.616 personas.

Un vistazo a algunas de las provincias españolas con mayor presencia de mano de obra extranjera deja claro que las que demuestran una mayor capacidad de atracción, o simplemente más recurren a ellos son las más turísticas. Pero no solo ellas. Encabezan la lista, por ejemplo, dos provincias andaluzas que combinan playa y un potente sector agrario: Huelva Almería, donde más de uno de cada cinco trabajadores afiliados son extranjeros. La proximidad del Norte de África también ayuda.

En una lista que, con fecha de abril de este año encabeza la provincia onubense con una tasa de afiliados extranjeros del 25,9% y cierra Jaén con el 2,7%, ocho de los nueve territorios de la comunidad figuran por debajo de la media. Soria tiene el 11,6% y Burgos, el 9,1%, mientras que Ávila arroja un 6,9%. El resto se apelotonan en la parte baja de la tabla: Valladolid, con el 5,9% tiene 13.030 afiliados; Palencia el 5,5% con 3.492; León el 5,3%; Salamanca el 4,9% y Zamora, el 4,7%.

Llama la atención cómo provincias de interior como Huesca presentan una tasa del 16,1%; Guadalajara del 14,7% o Cuenca, del 14%. También rebasan la media nacional Teruel, Zaragoza y La Rioja, con entorno al 13%.

Después de que en mayo el Ministerio de Trabajo y los agentes sociales mantuvieran una reunión para abordar la situación de las vacantes en España, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, advertía de que se opondrá «a la entrada de cupos de trabajadores (extranjeros) en España» para cubrir las necesidades de las empresas si la finalidad es hacerlo con ofertas de salarios bajos. El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, tachó esta afirmación de «simplista» y su homólogo en Cepyme, Gerardo Cuerva, acusó al Gobierno de «liquidar un problema de esa magnitud con un mensaje demagógico y falso».

Cualificación y retribuciones aparte, el hecho es que los trabajadores extranjeros que se ganan la vida en Castilla y León se concentran en buena parte de los sectores y actividades que se declaran necesitados de mano de obra. Dentro del colectivo de afiliados extranjeros al Régimen General, es decir, asalariados, el 15% trabajan en hostelería (del total de afiliados son el 7,6%); con el 12,5% en la industria manufacturera (16,7% en el caso del total general); el 9,7% en el servicio doméstico y el 9% en el comercio (13%). Por cuenta ajena trabaja el 8,7% en la construcción (que ocupa al 5% de asalariados totales) y el 8% en el sector agrario (1,5%).

Mayor similitud entre las tasas de extranjeros y de trabajadores totales se produce en el Régimen Especial de Autónomos. Coincide en cabeza el sector del comercio, con el 25% en el caso de los extranjeros y del 21% en el total. Los foráneos se establecen por cuenta propia a continuación en la hostelería (17,7%) y en tercer lugar en la construcción (17,2%). El RETA global tiene en segunda posición la agricultura (20%) y después la hostelería (10,5%).

En su comunicación sobre los planes del Gobierno para cubrir vacantes laborales, el ministro José Luis Escrivá aseguraba que entre los cambios que pretende llevar a cabo su departamento se encuentra la de regularizar a los migrantes en situación irregular que se formen en sectores en los que se necesiten trabajadores, pues considera que la legislación actual no es suficientemente ágil para responder a los «cuellos de botella» que se producen en el mercado laboral y no se pueden suplir con españoles.

De hecho, aun presentando una notable tasa de autoempleo, con 8.745 autónomos extranjeros en la comunidad, el 13,5% del total, la gran mayoría (el otro 86,5%) son empleados por cuenta ajena, seis puntos y medio por encima del porcentaje global de afiliación.

Con una amplia mayoría, la fuerza laboral foránea de la comunidad está formada por personas de lo que antes se conocía como Europa del Este. Son casi 12.000 los afiliados a la Seguridad Social nacidos en Rumanía y más de 8.800 los llegados de Bulgaria. En tercera posición figuran los trabajadores procedentes de Marruecos, casi 7.700, y a mayor distancia figuran a continuación los portugueses (4.200), colombianos (4.000), venezolanos (3.100), Dominicanos (1.800) , chinos (1.700), peruanos y hondureños, ambos con algo más de 1.500.