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El Ministerio de Sanidad que dirige José Manuel Quiñones no responde. Ni a José Antonio Abella, el médico y escritor que precisa de un tratamiento (Encorafenib y Cetuximab) que cuesta 6.000 euros al mes, ni a este diario, que ha solicitado a través ... del gabinete de prensa de la administración pública una explicación de por qué se deniega a 530 pacientes en España este fármaco que sí cuenta con financiación pública en 14 países de Europa. «Si no hay dinero para tratar a enfermos con cáncer, que sean valientes y lo digan claro: se tienen que morir. Pero eso cuesta votos. Ha ocurrido también con gobiernos anteriores», se lamenta Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), que integra a 78 asociaciones.
La familia de José Antonio Abella (Burgos, 1956), médico jubilado y escritor afincado en Segovia, ha reunido ya más de 80.000 firmas en la plataforma change.org para pedir que la sanidad pública financie el medicamento al que en la actualidad no tiene acceso para tratar su cáncer colorrectal por el alto coste, al igual que medio millar de pacientes de la sanidad española.
Begoña Barragán
Presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer
El pasado 5 de julio Barragán y otros representantes de asociaciones de lucha contra el cáncer se reunieron con José Manuel Miñones –quinto ministro de Sanidad del PSOE desde 2018– . al que presentaron el programa 'Cáncer, una cuestión de Estado', además del protocolo de actuación puesto en marcha este mes ante situaciones de inequidades, de retrasos en la aprobación de nuevas terapias o de casos como el de José Antonio Abella. «En estas situaciones contactamos con el Ministerio ofreciendo siete días de plazo para que respondan y, si no lo hacen, lo trasladamos al ministro, y si no contesta en siete días, hacemos público cada caso que nos llegue», explica Begoña Barragán.
«Les escribí el viernes (7 de julio), hay que dar un plazo para que respondan, pero sospecho que no lo van a hacer». José Antonio Abella (76 años) remitió una carta al ministro de Sanidad, José Manuel Quiñones, y otros cuatro correos a la web de Moncloa dentro del apartado 'Escribir al presidente'. «He facilitado mis datos, contado mi caso pero después de esta falta de respuesta... ¿qué haces?». Abella lleva poco más de un mes con el tratamiento de seis mil euros para frenar los efectos del cáncer colorrectal cuyo tratamiento se complicó. La campaña en change.org y la donación del cheque del Premio de Novela Ateneo Ciudad de Valladolid a dos oenegés aun sabiendo que con ese dinero pagaría algo más de tres meses de terapia ha causado tanta admiración hacia Abella como indignación hacia los responsables de la gestión sanitaria. Para el médico jubilado el silencio a su demanda de respuesta desde las instituciones simboliza «el desprecio» de la Sanidad pública al que se enfrentan cientos de pacientes. «Quiero llevarle esas más de 80.000 firmas al ministro para que me mire a los ojos y me diga por qué el Estado no financia una terapia que sí sufragan otros países. ¿Es Portugal un país más rico que el nuestro? Los oncólogos me dicen que se trata de un tema puramente económico. El problema es que los recursos de un país se pueden administrar o dilapidar de muchas maneras. Solo queda mover la conciencia de los políticos con capacidad de decisión».
El ministro conoce la situación de Abella, asegura la presidenta de GEPAC. «Incluso, le llevamos una fotografía suya para que viera que es un ser humano, que hablamos de personas y no de entes abstractos», aduce Barragán, quien, no obstante, apunta que el responsable de Sanidad «no nos dijo nada de qué van a hacer sobre este medicamento que no asume la sanidad pública».
Aunque hay 530 españoles que para vivir necesitan ese fármaco que cuesta 6.000 euros, lamenta que esta situación se repite cada vez con más frecuencia con otros tratamientos que precisan pacientes de cáncer. «En España cada vez hay más fármacos oncológicos que no se financian; es una situación que nos preocupa mucho, porque al final es un tema de razones económicas puras y duras, de ahorrar dinero. Lo pueden disfrazar de cualquier forma, pero que no engañen a la sociedad porque hablamos de la vida de las personas».
Confiesa Barragán, miembro de la junta directiva de una plataforma europea de asociaciones de pacientes de cáncer, que siente «vergüenza» cada vez que en ese foro defiende que España tiene una Sanidad «en teoría» pública y universal, pero que hay pacientes que se mueren porque no pueden acceder a terapias que en otros países de Europa sí cuentan con ayuda económica de las arcas públicas; eso es condenar a muerte a estas personas y no es tolerable; en España cada vez se restringen más los fármacos oncológicos por temas económicos, para ahorrar. Mientras no nos den otra explicación, ese es el motivo y si tienen una razón de peso, tendrían que dar la cara y explicarla. Se puede ahorrar a costa de muchas cosas, pero no de la vida de las personas».
Cuando en el Ateneo de Valladolid supieron de la enfermedad de quien había ganado el Premio de Novela que convocan desde hace 70 años tuvieron claro que estaban «ante una persona excepcional, de una calidad humana enorme, como pocos». Lo comprobaron tras conocer que, pese a necesitar seis mil euros mensuales para el tratamiento, se ratificó en su voluntad de donar los 20.000 euros a un hospital de la orden de San Juan de Dios en Senegal y a la Protectora de Animales de Segovia. Refiere Celso Almuiña, presidente del Ateneo, que incluso ofrecieron a José Antonio Abella hacer una campaña para dar a conocer su caso y recaudar fondos, «pero lo rechazó, no quiso. Pensábamos que era de justicia tener ese gesto, pero él dijo que en su situación, con el mismo problema, hay mucha gente; es una persona fuera de serie además de grandísimo escritor, como ha demostrado». Cuenta también Almuiña que, respecto a la donación, el autor de 'El corazón del cíclope' le dijo que «prefería morirse de cáncer antes que de vergüenza por incumplir su palabra; hay pocas personas que en su situación harían esto».
Desde las asociaciones se anuncia que van a seguir dando a conocer cada caso de enfermos sin acceso a tratamiento, además de recurrir a la vía judicial. «No tenemos otras alternativas». También extienden su rechazo al sistema mediante el que se aprueban el uso de los fármacos en nuestro país. «No es de recibo que se tarden 600 días, hay que cambiar ese sistema y hacerlo más rápido, como sucede en otros países».
El otro frente de batalla, lamenta la portavoz de GEPAC, es la inequidad existente entre comunidades autónomas. «No es de recibo que según en qué región te atiendan tengas acceso a unos tratamientos o a otros, son problemas muy serios de nuestra sanidad que hay que atajar e impedir que se agraven aún más, es necesario un pacto serio».
La Asociación Contra el Cáncer de Valladolid lamenta el caso en el que se encuentran Abella y el resto de afectados y deplora que «el cáncer sea igual para todas las personas pero no todas las personas son iguales frente al cáncer». Soledad Fernández, responsable de comunicación de la entidad vallisoletana, aboga «por la equidad frente a cualquier tratamiento independientemente del tipo de patología oncológica que se padezca; a día de hoy hay una inequidad en función del tipo de cánceres que se investiga y del código postal, en función de dónde nazcas o vivas. Cuando hablamos de inequidad nos referimos a tratamientos, acceso a la investigación y a la prevención».
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